Ciudad de México, 8 de mayo (SinEmbargo).- La Comisión para Erradicar la Obesidad Infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicó un informe en el que identifica las políticas que son eficaces en la lucha contra la obesidad infantil, con el objetivo de llamar a los países a desarrollar estrategias y políticas integrales para disminuir este problema global, que trae consigo el aumento de las enfermedades crónicas en el futuro de las generaciones actuales.
El reporte interino está abierto a la consulta pública hasta junio, concluido este periodo se finalizará el documento para presentarse al Consejo Directivo de la organización, con el fin de presentar sus recomendaciones a la Asamblea Mundial de la Salud en 2016.
Dicho escrito, que da respaldo al Plan de Acción para la Prevención de la Obesidad en la Niñez y la Adolescencia, lanzado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el año pasado, reconoce que la obesidad infantil es un reto global y urgente que requiere el liderazgo de los gobiernos en coordinación con otros actores, cuya prevalencia aumentó a nivel mundial un 47 por ciento entre 1980 y 2013.
«La obesidad en la infancia es una condición compleja e incrementa el riesgo de los niños a tener efectos psicológicos, complicaciones gastrointestinales, enfermedades cardiovasculares y diabetes, así como las comorbilidades de las últimas dos mencionadas. Tres de éstas, llamadas presión arterial alta, resistencia a la insulina y dislipidemia, forman los elementos clave del Síndrome Metabólico, cada vez más visto entre infantes», se puede leer en el informe.
Además apuntan que sufrir obesidad durante los primeros años de vida incrementa la propención a ser obeso en la adultez, lo cual está vinculado con la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Este documento preliminar explica el papel principal que tienen los gobiernos en el desarrollo de un marco regulatorio y estatutario para combatir obesidad infantil. «La prevención y tratamiento tiene que ser parte de una estrategia multisectorial, que integre las políticas de agricultura, comercio y medidas fiscales, las que deben contener en sus temas la protección a la salud pública como prioridad», dice.
La OMS destaca la evidencia que existe sobre el impacto que tienen las medidas fiscales implementadas en algunos países, al promover dietas saludables y menciona la importancia de un marco de monitoreo y transparencia a nivel nacional para asegurar la implementación efectiva de estas políticas.
Además expone la responsabilidad moral que debe existir para abordar el tema y proteger los derechos de las niñas y niños, reconocidos por la Convención sobre los Derechos de la Infancia de Naciones Unidas.
Respecto al tema, el director de la organización El Poder del Consumidor (EPC), Alejandro Calvillo, expresó su opinión mediante un comunicado: «Con estas declaraciones, la propia OMS recomienda que existan impuestos a bebidas azucaradas y comida alta en energía para reducir el consumo de comida no saludable, por lo que México ya dio el primer paso. Ahora falta ser más enérgicos al respecto y exigir que lo recaudado por impuestos vaya realmente a programas dirigidos a prevenir y contrarrestar obesidad, como ha sido el compromiso”.
En México uno de cada tres niños presentan sobrepeso u obesidad y sufrirá diabetes en su vida, si nació a partir de 2010.
“Dentro de las opciones de política pública que declara el documento, está la implementación de restricciones en la publicidad dirigida a niños para alimentos y bebidas no saludables y la eliminación de la venta de comida no saludable como bebidas azucaradas y comida chatarra en las escuelas, así como el etiquetado frontal informativo. Todo esto se ha hecho, pero con base en los criterios que marca la propia industria, por lo que termina siendo no efectivo para lograr el objetivo”, agregó.
«Sin embargo, en México las regulaciones para el etiquetado y la publicidad dirigida a la infancia, elaboradas por COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios), se realizaron con los criterios de la propia industria», finalizó el director de EPC.
Asimismo, la máxima organización de salud a nivel mundial, incluyó otras sugerencias para el desarrollo de políticas públicas, entre ellas la promoción la ingesta de comida saludable entre niños y adolescentes; los subsidios y mecanismos de precio para reducir los costos de comida saludable para que ésta sea más accesibles a la población, y por último, el promover y proteger la lactancia materna, a través del cumplimiento del Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la leche Materna de la OMS/UNICEF y medidas regulatorias para el periodo de maternidad.