Los Veintisiete acordaron que las exigencias no pueden ser las mismas que las impuestas en los rescates financieros de la anterior crisis sino que, a corto plazo, las condiciones se centren en asegurar que los fondos se usan solo para la respuesta al coronavirus y, a más largo término, en que los países tengan que cumplir las normas fiscales de la UE para asegurar que sus finanzas vuelven a ser sostenibles.
Madrid, 8 de abril (EFE).- Las bolsas europeas perdían alrededor del 1 por ciento poco después de la apertura decepcionadas por la falta de resultados de la reunión del Eurogrupo y a pesar de los nuevos apoyos dados por el Banco Central Europeo (BCE) al sector financiero, según datos del mercado.
A las 9:15 horas destacaba la caída del 1.42 por ciento de París, mientras que el índice Euro Stoxx 50, que refleja la cotización del medio centenar de empresas más capitalizadas y liquidas de la zona euro, el 1.17 por ciento; Madrid cedía el 1.13; Londres perdía el 1.12; Zurich el 0.96; Milán el 0.68 y Fráncfort el 0.6 por ciento.
La pequeña caída de Wall Street en la víspera y el mínimo repunte de los futuros sobre los índices estadounidenses, el 0.3 por ciento a esta hora, presionaban a la baja. El rendimiento del bono alemán a diez años bajaba tres centésimas y quedaba en el -0.35 por ciento, mientras que el cambio del euro se fijaba en 1.086 dólares. Además, la cotización del barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, subía a esta hora el 2 por ciento y se situaba en 32.5 dólares.
El Eurogrupo fracasó en su intento de acordar un paquete de medidas económicas frente a la pandemia, tras más de dieciséis horas de negociación, por la imposibilidad de pactar las condiciones de acceso a la línea de crédito que el fondo de rescate europeo activará para responder a la crisis.
Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea retomarán mañana la reunión, que comenzó en la tarde del martes, con el fin de fraguar un acuerdo que recoja medidas de liquidez a corto plazo para responder a la crisis y perfile un plan de recuperación tras la pandemia, que algunos quieren financiar con deuda conjunta.
Además de cobrarse la vida de miles de personas, el coronavirus arrastrará a la Unión Europea a una profunda recesión y disparará los niveles de desempleo este año.
De ahí que los ministros lleven dos semanas trabajando en un paquete de medidas por casi medio billón de euros para complementar las acciones ya adoptadas, con rapidez y envergadura inusuales, por los Gobiernos y el Banco Central Europeo.
BLOQUEO HOLANDÉS
La principal línea de defensa, convertida también en el gran escollo para cerrar un acuerdo, es la activación de una línea de crédito del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate europeo, que podría conceder hasta 240 mil millones de euros a los países para hacer frente a la pandemia.
El bloqueo reside en las condiciones que deberían cumplir los países que accedan a las ayudas y, en particular, en las exigencias de Holanda para imponer requisitos específicos a cada Estado para asegurar que las ayudas no salen gratis, según varias fuentes europeas.
Los Veintisiete están de acuerdo en que las exigencias no pueden ser las mismas que las impuestas en los rescates financieros de la anterior crisis, con programas de austeridad, reformas estructurales o privatizaciones.
Apuestan por que, a corto plazo, las condiciones se centren en asegurar que los fondos se usan solo para la respuesta al coronavirus y, a más largo término, en que los países tengan que cumplir las normas fiscales de la UE para asegurar que sus finanzas vuelven a ser sostenibles.
La Haya, sin embargo, sigue reclamando que a largo plazo se apliquen también condiciones macroeconómicas específicas para garantizar que los beneficiarios sanean su economía.
«En la medida en que el MEDE se utilice para el apoyo económico, creemos conveniente vincularlo a la adopción de medidas económicas», dijo el ministro de Finanzas holandés, Wopke Hoekstra, tras el encuentro.
«Los Países Bajos han rechazado toda concesión sobre el MEDE. Son responsables del bloqueo» en una negociación que ha sido «muy dura», apunta una fuente europea.
Holanda e Italia, el país más reacio al MEDE, se han enfrentado sobre este punto en varias ocasiones durante la reunión, según varias fuentes europeas.
También quedan flecos por cerrar con respecto al fondo contra el paro «Sure» propuesto por la Comisión Europea, que contaría con 100 mil millones de euros en préstamos para evitar despidos.
Algunos países insisten en dejar claro que se tratará de un instrumento temporal para la pandemia que no terminará convirtiéndose en un seguro de desempleo europeo permanente, pero se trata de una cuestión de lenguaje que debería quedar resuelta mañana, según varias fuentes.
Sí ha quedado pactado el fondo de garantías de 25 mil millones de euros del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para movilizar hasta 200 mil millones en financiación a empresas, tercer pilar del paquete.
FONDO DE RECUPERACIÓN Y «CORONABONOS»
El Eurogrupo sigue dividido sobre la posibilidad de mutualizar deuda europea, un debate que se enmarca dentro de la negociación sobre cómo financiar la recuperación tras la pandemia.
Una decena de países, entre ellos España, Italia o Francia, apuestan por esta medida, que rechazan de plano Alemania, Holanda o Austria, entre otros Estados, donde el simple debate sobre los «eurobonos» o «coronabonos» es políticamente tóxico.
Esta brecha hacía de antemano imposible que de la reunión saliese un acuerdo sobre la mutualización de deuda, pero algunos países, entre ellos España, querían que al menos se mencionase en las conclusiones que se transmitirán a los jefes de Estado y de Gobierno, que son quienes decidirán sobre el plan de recuperación.
Los ministros debatieron en concreto la propuesta francesa para crear un fondo para la recuperación financiado con la emisión de deuda respaldada por los Estados.
Los Veintisiete están de acuerdo en que este tipo de fondo será necesario, e incluso varios países han suavizado sus reticencias a la deuda conjunta por lo extraordinario de la situación, pero dejarán en manos de los líderes decidir sobre cómo se financiaría el fondo, si debe estar dentro del presupuesto comunitario y sus aspectos legales y operativos.
Francia y Alemania, que han unido filas en la negociación, pidieron a sus homólogos «estar a la altura» de la situación y alcanzar un acuerdo «ambicioso».