Líderes demócratas como la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, afirmó que «es profundamente alarmante que el funcionario de la Administración Trump que puso a los niños en jaulas renuncie porque no es lo suficientemente extrema para el gusto de la Casa Blanca».
Los Ángeles, 8 de abril (EFE).– Activistas y defensores de los derechos de las personas migrantes alertan que la salida de Kirstjen Nielsen del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) podría anticipar un endurecimiento todavía mayor de las políticas en este ámbito del Presidente de Estado*s Unidos (EU), Donald Trump.
«Es muy, muy preocupante. Si Nielsen no era lo suficientemente fuerte para Trump, ya no sabemos cuál es el grado de abuso que este Gobierno quiere implantar. Su reemplazo será mucho peor» aseguró a Efe Maru Mora-Villalpando, fundadora de Latino Advocacy.
La advertencia de Mora-Villalpando coincide con la de otros defensores de los migrantes como Frank Sharry, director del grupo America’s Voice, que considera que el actual Gobierno impone un oscuro panorama para el DHS.
El activista señala que «mientras la Administración de Trump insista en deshumanizar a los migrantes y refugiados y no respete los ideales fundamentales del experimento estadounidense», las estrategias serán crueles e ineptas.
Similar sensación tienen líderes demócratas como la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien afirmó que «es profundamente alarmante que el funcionario de la Administración Trump que puso a los niños en jaulas renuncie porque no es lo suficientemente extrema para el gusto de la Casa Blanca».
Mora-Villalpando advierte que los temores no son infundados, especialmente cuando la renuncia se da en medio de los escándalos por la separación de familias y cuando el Gobierno Trump ha dicho que necesita de uno a dos años para reunificar a las familias que fueron divididas en la frontera.
«Estoy segura que volveremos a ver separación de familias, y un día no muy lejano los jueces que está poniendo el Gobierno avalarán estas acciones», añadió la activista.
Un reporte de este lunes de NBC da crédito al mal augurio de Mora-Villalpando. Citando a tres altos funcionarios de la Casa Blanca, la cadena asegura que Trump ha insistido en restablecer la política de separación de familias, a pesar de las órdenes judiciales que le impiden hacerlo.
Los funcionarios habrían revelado que el reemplazo interino de Nielsen, Kevin McAleenan, actual comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, no ha descartado la separación familiar como una opción para lidiar con la ola de migrantes centroamericanos que están arribando con sus hijos a la frontera.
Según las mismas fuentes, Nielsen intentó explicar a Trump que la separación familiar iría en contra de las órdenes judiciales y de su propia orden ejecutiva, que el Presidente firmó en junio de 2018 cuando estalló la polémica sobre esta medida y que le puso fin.
Mientras, los antecedentes de McAleenan con respecto a la separación de niños también están en la mira de los activistas.
Cristina Jiménez, cofundadora del grupo de «soñadores» United We Dream, resaltó que los defensores de los migrantes no olvidan que el funcionario evitó hablar en el Congreso sobre la muerte de la pequeña guatemalteca Jackeline Caal, quién falleció en diciembre pasado bajo custodia de la Patrulla Fronteriza.
Maribel Hastings, columnista y asesora de America’s Voice, aseguró por su parte que no importa quién encabece el DHS, pues la «raíz del problema» es el deseo de Trumo de usar a los migrantes como «peones en su juego de ajedrez político» para las elecciones de 2020.
En este sentido, Mora-Villalpando advirtió que todos deben prepararse para un escenario inimaginable: «Nosotros no alcanzamos a entender la magnitud de lo que se avecina».