Detrás de un gran personaje hay un gran libro. Ésta es la premisa de la autora, quien, a partir de su propia experiencia, indaga en las lecturas y vidas de ochenta personalidades. El resultado es un testimonio extraordinario, lleno de anécdotas y reflexiones conmovedoras que atestiguan, una y otra vez, las profundas transformaciones que leer trae consigo.
Ciudad de México, 8 de abril (SinEmbargo).- Claudia Marcucetti Pascoli nació en La Spezia, Italia. Vivió en ese país hasta los trece años, se mudó a la Ciudad de México, donde aprendió español y actualmente reside. Comenzó a escribir y desde entonces ha publicado el compendio de cuentos ¡Lotería! Actualmente trabaja en conduce y produce una cápsula televisiva, en la que descubre los cambios que han provocado los libros en personajes de la vida pública.
Es una persona simpática, con llegada a los más intelectuales del mundo con esa frescura que la caracteriza y como tal ha podido entrevistar incluso a aquellos –que como Martín Caparrós, el argentino autor de El hambre– tiene mala fama con los periodistas.
De esos encuentros surgió un libro, De Lecturas y Vidas, un material sumamente rico para entender de dónde viene cada preferencia del autor entrevistado. Y por eso la entrevistamos.
–¿Cómo fue iniciar este libro, fue más sacar que poner?
–Sí, exactamente. Recién leía una crítica de Carmen Aristegui, donde me felicita por el libro, pero también me dice que hay personajes que son más que otros, que el nivel está muy dispar. Yo me concentré en los nombres importantes, sí fue un factor inicial, pero también me apunté mucho en que sus historias son muy buenas y que demuestran además que son lectores. Publiqué la historia de una mujer que editó su libro a los 98 años, una amiga de Jean Paul Sartre, de André Malraux, obviamente era un personaje que yo no me quería perder. Me gustó también el libro que eligió Elena Poniatowska, un libro donde una mujer habla de la guerra sin hablar de la guerra. La verdad es que fue muy difícil quitar a mucha gente, pero no quería hacer un libro para el medio literario, lo que quería fuera hacia los no lectores, que invitara a leer a aquellos no tan aficionados a la lectura.
–¿Cuántos años lleva Literal?
–Literal lleva ya unos tres años. Toqué muchas puertas hasta que me abrieron en Canal 40. Quería al principio que la gente invirtiera dinero en la cultura y poder hacer algo parecido a Página 2, el programa de la televisión española. Pero bueno, no conseguí dinero ni mucho tiempo, pero ahí va. Por eso quiero mucho a SinEmbargo, porque cree en la Cultura, pero en general la gente no invierte en eso. Total que fui haciendo todas estas entrevistas para Literal y volvió a la palabra escrita, que es su origen.
–¿Qué es la lectura para ti?
–Tengo muchas bonitas frases de muchos escritores, pero para mí la lectura siempre ha sido una compañera de búsquedas. En cuanto al programa siempre llevo la sensación de que me van a correr, sobre todo desde que Canal 40 se va a encargar de las noticias, así que vamos a ver qué es lo que pasa.
–¿Qué otras cosas recuerdas de tu libro?
–Me dieron mucha pena con Jorge Volpi, con Xavier Velasco, que son las primeras entrevistas que hice, ahora tengo más entrenamiento, pero yo no soy periodista y un poco mi juego es ese, hacer las entrevistas desde un lugar inocente. Me gusta la historia que hay detrás de cada libro y trato de buscar esa narración. Todas esas primeras entrevistas eran para Canal 13, para Animal Nocturno y quedaron las entrevistas que salieron al aire, no la nota grabada. Traté de ponerme en contacto con ellos, pero no tuve suerte. La historia con Volpi es maravillosa, donde me cuenta que Así hablaba Zaratustra le cambió la vida, se hizo ateo con él.
–¿Quién protagoniza la entrevista más célebre?
–A mí me fascinó la de Martín Caparrós. No ríe durante toda la entrevista, pero la historia que me cuenta es bárbara. Él tenía 5 añitos, iba sobre una carretera con sus papás por tu querida Argentina y de pronto el coche empezó a dar vueltas. Él estaba leyendo a Salgari y su única preocupación era que no se le fueran los ojos del texto. Imaginó entonces que una pasión como la literatura que requiriera tantos esfuerzos valdría la pena.
–¿Para qué otra gente es tu libro?
–Bueno, nadie dirá al abrirlo que es un mal libro, así que es para el que lo quiera leer. Son entrevistas a personajes grandiosos y todos gozan de mi admiración, por eso están ahí. Mi idea fue no hacerle un tributo a los escritores conocidos, sino a todas esas personas que debían contar una historia a través de un libro. Es mi primer libro de no ficción, es un libro como un acto de amor hacia los demás.