El estudio ha logrado identificar cómo funciona el cerebro cuando el sentimiento de nostalgia produce un alivio del dolor.
Redacción Ciencia, 8 de marzo (EFE).- Mirar fotos de buenos momentos con la familia o con los amigos provoca nostalgia, una emoción que, aunque agridulce, también es positiva. La nostalgia puede ayudar a reducir el dolor y, ahora, un equipo de científicos chinos ha desvelado el mecanismo cerebral que hay detrás de este alivio.
Su descripción se publica en la revista JNeurosci y, según los investigadores de la Academia de Ciencias de China, la nostalgia disminuye la actividad de las áreas cerebrales relacionadas con el dolor y reduce las valoraciones subjetivas del dolor térmico.
En concreto, el equipo dirigido por Kong Yazhuo constató que el tálamo, una región cerebral fundamental para la modulación del dolor, también está relacionado con el efecto analgésico asociado a la nostalgia, informan sendos comunicados de la Sociedad de Neurociencia, en Estados Unidos, y la Academia China de las Ciencias.
La nostalgia, un anhelo sentimental por el pasado propio, es una emoción social autoconsciente, quizá agridulce, pero predominantemente positiva. «Esta nos ayuda a mantener un estado psicológico positivo al contrarrestar el impacto negativo de las situaciones difíciles», explican los autores del estudio.
Las funciones adaptativas de la nostalgia son muchas y uno de sus efectos es el alivio del dolor.
Para llegar a sus conclusiones, los científicos midieron la actividad cerebral de adultos con imagen por resonancia magnética funcional (IRMf) mientras estos valoraban los niveles de nostalgia de las instantáneas y calificaban el dolor de estímulos térmicos.
Las imágenes nostálgicas mostraban escenas y objetos de una infancia corriente, como un dulce popular, un programa de televisión de dibujos animados o un juego de patio, y las instantáneas «control» mostraban escenas y artículos correspondientes a la vida moderna.
La visualización de imágenes nostálgicas redujo las puntuaciones de dolor en comparación con la visualización de las otras imágenes.
Además, observar fotos nostálgicas también disminuyó la actividad en el giro lingual izquierdo y el giro parahipocampal, dos regiones cerebrales implicadas en la percepción del dolor.
Lo más importante, dicen los investigadores, es que el tálamo anterior codificó la nostalgia y el tálamo parietal posterior la percepción del dolor.
Así, la actividad del tálamo, una región del cerebro implicada en la transmisión de información entre el cuerpo y el córtex, estaba vinculada tanto a las clasificaciones de nostalgia como de dolor, describen los autores, que explican que el tálamo puede integrar la información de la nostalgia y transmitirla a las vías del dolor.
«El tálamo desempeña un papel clave como vínculo funcional central en el efecto analgésico», resume Zhang Ming.
La nostalgia puede ser una forma de aliviar niveles bajos de dolor, como las cefaleas o el dolor clínico leve, sin necesidad de fármacos, concluyen los autores.
Este estudio arroja luz sobre los mecanismos neuronales que subyacen al alivio del dolor inducido por la nostalgia, «proporcionando nuevas perspectivas para el desarrollo y la mejora de la analgesia psicológica no farmacológica».