«No escuché carros llegar ni irse cuando el asesinato; el escenario del crimen fue modificado y alterado», aseguró el activista mexicano Gustavo Castro, quien declara ante la justicia de Honduras tras el asesinato de la líder indígena Berta Cáceres, al ser el único testigo del crimen.
Tegucigalpa, 8 mar (EFE).- El ambientalista mexicano Gustavo Castro, testigo del asesinato de la dirigente indígena y también ambientalista hondureña Berta Cáceres, el pasado día 3, denunció hoy que la escena del crimen fue modificada.
«No escuché carros llegar ni irse cuando el asesinato; el escenario del crimen fue modificado y alterado», subraya Castro, sin precisar mayores detalles, en una carta difundida por medios locales.
Añade que «las pruebas de sangre y otras dejaron líneas en blanco que luego pueden ser alteradas; mandan a declarar a la mayoría a gente del Copinh (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) y no a los sospechosos tiempo atrás de estar intentando asesinar a Berta».
Cáceres fue asesinada en su casa, en la ciudad de La Esperanza, occidente de Honduras, y Castro, quien vino desde México para participar en unas jornadas ambientalistas, se quedó alojado en la casa de la activista hondureña, según se informó tras el crimen.
Castro señala en su carta que los sicarios que asesinaron a Berta e intentaron asesinarlo a él también, «siguen en la impunidad mientras el gobierno pretende socavar la memoria de Berta, el honor y la lucha magnifica que el Copinh ha hecho por tantos años en la defensa de la vida, los territorios y de los derechos humanos».
El ambientalista, quien resultó herido, indicó que vio morir a Berta en sus brazos y que los lencas, etnia a la que pertenecía Cáceres, «mantienen una lucha inquebrantable contra más de 40 proyectos hidroeléctricos».
También están en contra de decenas de proyectos mineros y mantienen una «lucha por recuperar sus territorios en mas de 50 puntos de su región ancestral y tan hermosa como es la hondureña», indicó Castro.
Además, «el asesinato de Berta podrá significar para muchas empresas e intereses la oportunidad para avanzar sobre sus territorios».
«Pero el Copinh es más fuerte que nunca y necesitará de la solidaridad de todos y todas para sumarnos a su lucha, con solidaridad y con la memoria de Berta en nuestras manos. Los sicarios ya saben que no morí, y seguro estarán dispuestos a cumplir con su tarea», señala el documento.
Según Castro, aunque el consulado de México acudió de inmediato en su auxilio, y le acompañen patrullas policiales, no significa que su vida haya dejado de correr peligro.
«Y es cosa que el gobierno hondureño no quiere ver, intentando todavía hasta el día de hoy retenerme para controlar la información de mis declaraciones. Se han negado a darme copia de mis declaraciones. Me amenazan que si me voy a Tegucigalpa por mi seguridad, me enviarán ordenes de aprehensión preventiva», añadió.
Según la misma carta, «el gobierno sigue preparando sus argucias para presentar ante la opinión pública que el asesinato de Berta se debió (a) conflictos internos, cuando hay demandas contra quienes la habían querido asesinar, vinculando a la empresa hidroeléctrica protegida por el Estado».
«Solo quieren indagar lo interno del Copinh para despedazarlo y acabar con una de las principales luchas y más emblemáticas deHonduras en los últimos 20 años. Y es que mis declaraciones les estorban para culpar a quienes quieren meter a la cárcel», son otras de las frases de Castro en su carta.
El domingo, un juzgado de Tegucigalpa prohibió salir del país a Castro, quien es director de la Asociación Otros Mundos Chiapas, para que pueda «brindar declaración ante las autoridades competentes» de Honduras, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores del país centroamericano en un comunicado.
La nota oficial indicó además que la Embajada de México en Honduras fue notificada el sábado de la decisión judicial, lo que frustró el intento de Castro de regresar a su país.
Según Tegucigalpa, debido a que Castro «es la única persona que acompañaba» a Berta Cáceres cuando fue asesinada, es «fundamental ampliar sus declaraciones para los entes operadores de justicia del Estado de Honduras, previo a su salida del país».