Crastan trató por años confrontar a Bátiz, pero fue inútil. Después se enteró de más historias de mujeres que habrían sido acosadas por el director mexicano, y cuando ella se enteró de las denuncias de músicos de la OSEM por la violencia que ejercía Bátiz, decidió que era hora de hacer pública la agresión sexual que sufrió.
La violinista le escribió al Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, por Twitter: «Es tiempo de que sea denunciado. Me violó en 1996 en un cuarto de hotel en Zürich… y mis acusaciones llegaron a oídos sordos. Al contrario, al Embajador mexicano en Suiza, amigo de Bátiz, le pareció cool y divertido».
Ciudad de México, 8 de febrero (SinEmbargo).- La violinista suiza Silvia Crastan denunció al director de orquesta mexicano Enrique Bátiz Campbell de haber abusado de ella en un hotel de Zúrich en 1996.
A través de su cuenta de Twitter, Crastan narró que Bátiz Campbell «me violó en una habitación de hotel en Zurich en 1996, también he oído otras historias horribles… él es un ser humano enfermo y pervertido. Cuando lo acusaron fue protegido por sus abogados y vigilado por el personal de la orquesta».
En ese entonces, la violinista tenía 24 años de edad y con la Symphonisches Orchester Zürich, que había invitado a Bátiz como director huésped.
De acuerdo con el diario Reforma, un amigo del director mexicano fue quien presentó a Bátiz y Crastan durante un ensayo. Después de eso, la suiza aceptó un desayuno con el director mexicano al tratarse de «un amigo de mi profesor».
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El día del encuentro, Silvia Crastan llevaba consigo su violín. Bátiz le ofreció dejarlo en la habitación de su hotel para después ir a almorzar y ella accedió. Subieron al cuarto, él cerró la puerta y la arrojó a la cama. Inmovilizándola, le bajó los pantalones. La joven le imploraba que se detuviera, pero él no le hizo caso, narró la violinista.
Al día siguiente, Bátiz ya había abandonado el país. Silvia contó lo sucedido a su maestro, pero él la ignoró, igual que la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM), a la que envió una carta en la que denunciaba a su fundador.
«Les escribí contando lo sucedido, pero no hubo respuesta. Lo protegieron. Nadie reaccionó», contó al diario capitalino.
La agresión no paró ahí. La joven recibió una llamada de Bátiz: «Te extraño, quiero lamerte. Ven conmigo a Bulgaria y luego a mi casa en México».
Crastan trató por años confrontar a Bátiz, pero fue inútil. Después se enteró de más historias de mujeres que habrían sido acosadas por el director mexicano, y cuando ella se enteró de las denuncias de músicos de la OSEM por la violencia que ejercía Bátiz, decidió que era hora de hacer pública la agresión sexual que sufrió.
La violinista escribió también al Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, por Twitter: «Es tiempo de que sea denunciado. Me violó en 1996 en un cuarto de hotel en Zürich… y mis acusaciones llegaron a oídos sordos. Al contrario, al Embajador mexicano en Suiza, amigo de Bátiz, le pareció cool y divertido».
Enrique Bátiz, de 75 años de edad, dejó esta semana la OSEM, que dirigió durante cuatro décadas, luego de que músicos miembro lo denunciaran de maltratos, insultos y amenazas.