Conforme avanza el 2016, que arrancó con turbulencias que no se han calmado, distintas instituciones se han pronunciado para alertar que el país debe estar preparado. Primero el Banco de México (Banxico), luego la Secretaría de Hacienda (SHCP) y ahora el sector empresarial.
Ciudad de México, 8 de febrero (SinEmbargo).– México debe prepararse. La inestabilidad en los mercados financieros y la debilidad económica en el mundo «van para largo, no es una cuestión de semanas», afirma el Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Hace unas semanas el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, decía que era un fenómeno «temporal».
En este «2016 complicado», hay retos y riesgos evidentes para la estabilidad macroeconómica y el crecimiento del país en la perspectiva de corto y mediano plazos, agrega en su mensaje semanal. Apenas el jueves pasado el Banco de México (Banxico) reconoció que la coyuntura actual ha cambiado desfavorablemente y los riesgos se han acentuado, por lo que debe haber un ajuste a las finanzas públicas para «mantener un marco macroeconómico sólido».
Aunque el desafío deriva principalmente de fenómenos externos, dice el sector empresarial, «la estabilidad macroeconómica del país presenta focos amarillos: vulnerabilidades que deben atenderse oportunamente», entre ellas, la deuda del sector público y la deuda estatal, dice. Ante ello pide mayor inversión y reforzar el mercado interno.
En respuesta a la petición de Banxico sobre un pronto ajuste a las finanzas públicas (incluyendo Petróleos Mexicanos), el CCE expone que «hay que hacer un mayor esfuerzo en términos de eficiencia y ahorro en el gasto gubernamental, sobre todo en el gasto corriente, con ajustes en los tres niveles de gobierno y también en las empresas productivas del Estado».
Hoy el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, anunció que habrá “inevitablemente” un recorte en el gasto público en 2017, si los precios del petróleo continúan cayendo ante la sobre oferta. La mezcla mexicana está alrededor de 25 dólares por barril. El funcionario agregó que no habrá recortes en gasto de inversión para proyectos que ya iniciaron, entre ellos, el nuevo aeropuerto, pero se tendrán que posponer los proyectos “que no tengan el impacto más importante o aún no estén listos”.
En cuanto a las empresas productivas del Estado, el sector privado subraya en su mensaje que «la situación en Pemex es delicada, se requiere una reingeniería y un esfuerzo por redimensionar su gasto y sus propias estructuras».
Como lo había dicho anteriormente, el golpe por la caída en los precios del petróleo ha sido demoledor, pero «la empresa sigue perdiendo mucho dinero por ineficiencias y prácticas administrativas, operativas y laborales inadecuadas a este tiempo. El problema no sólo afecta las finanzas públicas, sino a varias cadenas de valor de alto impacto en la economía», critica.
EL CCE PIDE MAYOR INVERSIÓN
El déficit primario de las cuentas del sector público se ubica en 3.5 por ciento del PIB, por lo que, asegura el CCE, «tenemos que recurrir a deuda para pagar los intereses de la deuda que ya tenemos previamente contratada».
La deuda del sector público ya pasa de 45% del PIB, la tasa de endeudamiento más alta desde los años 80, documenta el Consejo.
Otro foco amarillo es la deuda de los estados, señala. Ya supera los 515 mil millones de pesos en total y en algunas entidades frena su crecimiento.
Ante el endeudamiento, el CCE enfatiza que no se han canalizado a la inversión, sino mayormente a gasto corriente.
«Parte fundamental de una estabilidad macroeconómica perdurable en el largo plazo es la inversión», expone. Sugiere incrementarla a un 5 por ciento del PIB. «No hay mejor blindaje de las fluctuaciones financieras externas o internas que un crecimiento sostenido y sostenible».
La fórmula ganadora es muy clara: estabilidad macroeconómica con crecimiento, concluye.