Una jueza norteamericana desestima la denuncia que interpusieron tres trabajadoras de la empresa Google por «violar la Ley de Igualdad de Salarios en California». Según las demandantes la empresa da preferencia a los varones respecto al tema salarial y a las posibilidades de ascender a mejores puestos.
Por Alberto Iglesias Fraga
Ciudad de México, 7 de diciembre (TICbeat/SinEmbargo).- La jueza del tribunal superior de California, Mary Wiss, ha desestimado todas las demandas colectivas contra Alphabet, matriz de Google, por pagar menos a sus empleadas mujeres en comparación con los hombres y darles menos oportunidades para ascender en la compañía. Según la magistrada, la demanda no era apropiada porque se presentó en nombre de todas las mujeres que trabajan para la firma en California, cuando deberían hacerlo solo en representación de aquellas que hayan sufrido esta discriminación salarial.
Fueron tres las trabajadoras que alzaron su voz al respecto en septiembre y comenzaron la aventura judicial: Kelly Ellis (ingeniera de software entre 2010 y 2014), Kelli Wisuri (especialista en comunicación y ventas en Google hasta 2015 desde su llegada al grupo en 2012) y Holly Pease (trabajadora de la firma entre 2012 y 2015). Las tres demandantes decidieron saltar del barco después de que se les recolocase supuestamente en puestos de menor responsabilidad, se les bajara el sueldo y se les impidiera acceder a las promociones internas de las cuales sí disponían sus colegas masculinos.
Ahora las afectadas tienen 30 días para presentar una nueva queja cumpliendo con las directrices de la jueza. James Finberg, abogado de las tres mujeres, ya ha confirmado que darán este paso a principios de enero para demostrar, de una vez por todas, que Google “viola la Ley de Igualdad de Salarios de California … al pagar a mujeres menos que a hombres por sustancialmente iguales”.
En la misma línea, la nueva denuncia también deberá ser más concreta y clara respecto a las acusaciones realizadas por las demandantes. Según la jueza Wiss, las quejas de las tres trabajadoras eran vagas y deben mostrar cómo los grupos específicos de mujeres se vieron afectados por las políticas de remuneración de Google. Lo mismo sucede con la premisa del puesto de trabajo equiparable: para la magistrada no quedaba suficientemente demostrado que hicieran un trabajo comparable a la de los hombres a los que supuestamente se les pagó más.
Al margen de esta demanda, y tal y como os contábamos en este mismo portal, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos también está investigando las “disparidades salariales sistemáticas contra la mujer en prácticamente todos los niveles de la plantilla” de Google. Prácticas que, desgraciadamente no son ajenas a la inmensa mayoría de las empresas de Silicon Valley y ni tan siquiera a las compañías que tenemos más cerca, en España.