La información uniforme de los medios hegemónicos al servicio del capital esconde muchas de las realidades sociales y políticas que confluyen en Europa y en América Latina. Con más de 40 años en el mercado, la fuerza mítica de Ediciones Akal y de su legendario editor, Ramón Akal, intentan equilibrar la báscula en beneficio de la libertad de expresión y la difusión de discursos alternativos que avivan y enriquecen todos los debates.
Guadalajara, Jalisco, 7 de diciembre (SinEmbargo).- Los textos otros, las otras miradas. Desde que Ramón Akal decidiera hace 42 años sortear la censura de la dictadura franquista, mediante la publicación de los textos sin que pasaran por el Comité de Aprobación, Ediciones Akal, fundada en 1972, ha representado una voz discordante en medio de discursos sociales y políticos que a menudo pretenden ser uniformes.
En una entrevista otorgada hace unos meses a la periodista Mónica Mateos, de La Jornada, el editor denunció al neoliberalismo como la causa de querer uniformar el conocimiento en el mundo.
“Se lee aquello que los grandes grupos estiman que debe leerse. Se lee y se olvida inmediatamente, no deja ningún pozo”, consideró el editor al presentar en Casa Refugio la nueva colección de la editorial, Inter Pares, para reflexionar desde la filosofía y las ciencias sociales sobre las distintas realidades latinoamericanas y europeas y cómo se relacionan entre ellas en libros que se imprimirán en México.
“Buscamos un planteamiento crítico, que es ese que te hace pensar en forma constante acerca del medio en que estás viviendo, cuáles son los leit motiv existenciales de nuestra época, si son justos o injustos, si tienen respuesta o no tienen respuesta, para incluso cuestionarnos a nosotros mismos”, dice Ramón Akal.
Filosofías del sur, de Enrique Dussel; Después de Zapata: el movimiento jaramillista y los orígenes de la guerrilla en México (1940-1962), de Tanalís Padilla, y Revoluciones sin sujeto: Slavoj Zizek y la crítica del historicismo posmoderno, de Santiago Castro-Gómez, son algunos de los primeros títulos de la colección que dirige el mexicano Jorge Betanzos.
En la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, que concluyó este domingo en dicha ciudad, la editorial donde publica en español el célebre filósofo Slavoj Žižek y que posee, además, toda la obra de Pablo Iglesias, el líder de Podemos, presentó el libro Antiperiodistas: Confesiones de las agresiones mediáticas contra Venezuela, de Fernando Casado Gutiérrez.
Se trata, como explicó Betanzos en conferencia de prensa, de mostrar los éxitos del Gobierno de Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana encabezada por el fallecido ex Presidente Hugo Chávez (1954-2013), que se mantienen velados por los medios de comunicación hegemónicos que trabajan al servicio del capital.
“Queremos publicar todo aquello que no se publica”, explicó a su vez la directora de Akal, Cristina Martínez, quien en la misma conferencia de prensa admitió no ser un Quijote como editorial, “aunque lo parecemos”.
¿QUÉ NO NOS CUENTAN SOBRE VENEZUELA?
“Populismo”, “falta de libertad de expresión”, “presos políticos”, “represión”, “colaboración con el terrorismo”, “dictadura”, son frecuentes apelativos que los grandes medios han utilizado para definir la Revolución Bolivariana de Venezuela y al presidente Hugo Chávez, explica Fernando Casados en Antiperiodistas.
Su libro ofrece un recorrido por las declaraciones de más de 70 periodistas que trabajan para diarios de América Latina y España responsables de crear los estereotipos existentes sobre el Gobierno venezolano.
Redactores, editores, columnistas y editorialistas relatan cómo cubren la información generada en dicho país, el funcionamiento interno de sus redacciones, los secretos y vicios de la profesión periodística. Las confesiones se producen, en algunas ocasiones, de manera franca y directa; en otras, inconscientemente o evadiendo la culpa, pero el resultado es el mismo: la incursión en el antiperiodismo, afirma el autor.
Investigaciones y sesudos análisis sobre cómo la prensa desinforma se han hecho muchos. “La originalidad del trabajo que presentamos es que por primera vez los protagonistas, es decir, los manipuladores, son quienes cuentan la historia en un lenguaje apto para todo público”, explica la editorial, que tiene como firme propósito cambiar la forma en que circulan la información y los libros tanto en América Latina como en España.
LA AVARICIA DEL VATICANO
Otro de los libros presentados en la FIL por Akal y que despertó gran interés entre la prensa acreditada a la Feria es Avaricia, a cargo de Emiliano Fittipaldi.
Se trata de una profunda investigación que ha despertado la furia del Vaticano, hecha por un periodista que lleva años ocupándose de estos temas para L’Espresso, y quien ha recopilado, a partir de fuentes confidenciales, una gran cantidad de documentos internos que le han permitido cartografiar el primer mapa del imperio financiero de la Iglesia: de los lujos (casi) inocentes que se conceden los cardenales a los fraudes millonarios, de las fabulosas inversiones en todo el mundo al gigantesco negocio de los hospitales, de las tramas del IOR a la realidad del tesoro del Papa.
La Fondazione del Bambin Gesù, encargada de recoger las ofrendas para los niños enfermos, ha pagado las obras que se han llevado a cabo en la nueva casa del cardenal Tarcisio Bertone. Sólo en Roma, el Vaticano posee casas por valor de cuatro mil millones de euros. El IOR nunca ha entregado a Banca d’Italia el listado de quienes han evadido su botín, a pesar de haberlo prometido.
Para hacer un santo, o al menos un beato, es necesario pagar cientos de miles de euros. Y el hombre que el propio Papa ha elegido para enderezar las finanzas vaticanas, el cardenal George Pell, ha gastado para él mismo y sus amigos medio millón de euros en seis meses.
Una investigación basada en documentos inéditos y fuentes internas de la curia, que fotografía un momento crucial de la historia vaticana, en la que un Papa de nombre Francisco está poniendo a prueba la fuerza y resistencia del pecado capital que ha crecido como un parásito en el mismo seno de su Iglesia, denuncia Fittipaldi.
