A Joaquín Díaz Morales, jefe de la brigada de incendios y ejidatario de Tule y Portugal, en el municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, le dispararon dos veces.
Ciudad de México, 7 de noviembre (SinEmbargo).- Joaquín Díaz Morales, jefe de la brigada de incendios y ejidatario de Tule y Portugal, en el municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, fue asesinado.
Su cuerpo fue hallado en el Arroyo del Agua, en un camino de terracería que va de la cabecera de Guadalupe y Calvo a Mesa de San José. “Se le aprecian (al cuerpo) a simple vista, dos lesiones por arma de fuego en maxilar derecho y orificio de salida en el cuello del lado izquierdo. Se encontró en el lugar, un cartucho útil cal 7-67×39. No se localizaron más elementos balísticos. Se traslada el cuerpo a las instalaciones de Semefo para la realización de la necropsia de ley”, se señaló en el parte policiaco.
La investigación por el crimen la lleva la Fiscalía de Distrito Zona Sur, informaron las autoridades de Chihuahua.
“Un grupo de agentes del Ministerio Público y policías de la Agencia Estatal de Investigación llevan a cabo las diligencias necesarias para esclarecer plenamente el móvil de la agresión ocurrida el pasado 27 de octubre.
“En las indagatorias efectuadas, se establece que en el camino de terracería de Guadalupe y Calvo a Mesa de San José, fue localizado un vehículo tipo pick up volcado y en cuyo interior se encontraba el cuerpo sin vida de la víctima, el cual presentaba dos lesiones por arma de fuego. El vehículo es de la marca Ford, Línea Ranger, modelo 1996, color guinda”, detallaron.
La Fiscalía General del Estado lamentó este hecho y reiteró su compromiso en el pronto esclarecimiento del crimen.
SinEmbargo informó hoy que Juan Knelssen, un agricultor menonita miembro del movimiento campesino El Barzón, fue secuestrado por un grupo armado que los sustrajo, con lujo de violencia, del interior de su domicilio, durante la tarde del pasado 5 de noviembre. Juan Knelssen es uno de los activistas pioneros en la lucha contra la siembra de maíz transgénico en Chihuahua. Es un abierto opositor a la empresa transnacional Monsanto.
Las autoridades desconocen el motivo del secuestro. Organizaciones como Greenpeace han expresado su condena y exigencia de que sea localizado lo antes posible.
De acuerdo con testigos, Knelssen se encontraba con su familia, al interior de su casa ubicada en el municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, cuando los agresores irrumpieron en su hogar y lo obligaron a subirse a una camioneta color negro. Desde entonces no se sabe nada sobre él.
César Augusto Peniche Espejel, Fiscal General del Estado de Chihuahua, mencionó que no se tienen todavía datos suficientes para emitir una línea de investigación sólida. Afirmó que no contaba con ningún mecanismo de protección por el activismo que realizó en años anteriores.
Las organizaciones nacionales e internacionales se han puesto en alerta, en un país donde periodistas y defensores son constantemente atacados, sobre todo en los últimos años, durante el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto. A través de un comunicado, Greenpeace exigió la aparición con vida de Juan Knelssen y exigió a Peniche Espejel esclarecer los hechos y redoblar las medidas de seguridad para la familia de la víctima y los integrantes de El Barzón.
La organización recordó que ha acompañado y apoyado el movimiento campesino El Barzón desde los años noventas, con quienes ha sostenido una alianza en contra de la siembra de maíz transgénico en la entidad. “El señor Knelssen ha sido un aliado en esta lucha y Greenpeace levanta la voz de alerta y de condena en torno a su desaparición”.
Greenpeace indicó que este no es el primer atentado en contra de integrantes de El Barzón en Chihuahua. El 13 de junio, Ramón Hernández Nevárez y su hijo Anselmo Hernández Andujo fueron asesinados cuando circulaban en la Carretera Santa Clara-Flores Magón del municipio de Namiquipa.
Ambos luchaban en contra de la sobre explotación de la Cuenca Hidrológica del Río del Carmen. El líder agrario había denunciado con antelación amenazas, sin que éstas fueran atendidas. Así también, los crímenes cometidos el 22 de octubre de 2012 en contra del líder barzonista Ismael Solorio Urrutia junto con su esposa, Manuela Solís Contreras, quienes habían mostrado su oposición en el establecimiento de una mina en la región y denunciado los aprovechamientos y perforaciones ilegales de pozos de agua en la cuenca del río del Carmen por parte de plantaciones comerciales. A seis meses de estos hechos, no hay avances en las investigaciones.
VIOLENCIA CONTRA DEFENSORES
A mediados de octubre, se registraron los asesinatos de dos defensores de derechos humanos. Noel Carrillo Aguilar, activista e integrante del Comité por la Defensa de los Derechos Indígenas, fue ultimado el jueves pasado en Oaxaca; la Comisión Nacional de Derechos Humanos condenó el crimen y pidió a las autoridades del estado esclarecerlo. Además de Julián Carrillo, defensor de la tierra en Chihuahua.
Carrillo fue perseguido por desconocidos y asesinado la noche del 24 de octubre, precisó en un comunicado la organización Amnistía Internacional.
La suya “es el punto culminante de la crónica de muertes de su familia”; la de su hijo Víctor Carrillo (5 de febrero de 2016), sus sobrinos Alberto Quiñones (31 de marzo de 2017) y Guadalupe Carrillo (30 de julio de 2017) y su yerno Francisco Chaparro (1 de julio de 2018), detalló Amnistía.
Con el homicidio de esos dos defensores, la semana pasada sumaban 18 activistas asesinados en México en 2018.
Por otro lado, la Fiscalía de Chihuahua informó que ya se investiga el homicidio del líder ejidal Joaquín Díaz Morales en la comunidad de Arroyo del Agua, municipio de Guadalupe y Calvo. Agentes del Ministerio Público y policías de la Agencia Estatal de Investigación, llevan a cabo las diligencias necesarias para esclarecer plenamente el móvil de la agresión ocurrida el pasado 27 de octubre.
La Fiscalía General del Estado lamenta este hecho y reitera su compromiso en el pronto esclarecimiento de los hechos.
De acuerdo con el análisis “¿A qué precio? Negocios irresponsables y el asesinato de personas defensoras de la tierra y del medio ambiente en 2017”, el año pasado 15 activistas medioambientales fueron asesinados en México. Las cifras se quintuplicaron en comparación con el año pasado, cuando la organización documentó tres homicidios.
El estado más mortífero para los ambientalistas en 2017 fue Michoacán, donde fueron asesinados cinco defensores, seguido de Oaxaca, con cuatro homicidios. alguna comunidad que se encontraba defendiendo su territorio ancestral.
-Con información de Ivette Lira.