La compañía se llama Riviera Álamo y gobierno de Coahuila le pagó 24 millones de 250 mil pesos en seis facturas emitidas durante este año. Reforma señala que una investigación de su grupo comprobó que dicha firma “pantalla” está ligada a la funcionaria estatal considerada la más cercana y la principal operadora financiera-política de Rubén Moreira.
Ciudad de México, 7 de noviembre, (SinEmbargo).- La Secretaria de Infraestructura y Transporte de Coahuila María Esther Monsiváis Guajardo utilizó dos prestanombres para establecer una empresa fantasma con la que ha facturado, en un año, más de 24 millones de pesos al gobierno coahuilense, señala Reforma.
La compañía se llama Riviera Álamo y gobierno de Coahuila le pagó 24 millones de 250 mil pesos en seis facturas emitidas durante este año. El diario capitalino afirma que una investigación de su grupo comprobó que dicha firma “pantalla” está ligada a la funcionaria estatal considerada la más cercana y la principal operadora financiera-política de Rubén Moreira.
Reforma explica que los presuntos dueños, Valentín Moreno González y José Santos Javier Garza Lizcano, son un ex empleado de Monsiváis y un chofer de ruta, según se revelan en registros patronales del IMSS a los que el diario tuvo acceso.
Moreno González trabajó entre el 10 de agosto de 2012 y el 31 de emprmayo de 2014, en la empresa Concordia Ferma, la cual, está inscrita en el Registro Público de Nuevo León a nombre de Monsiváis y su esposo.
«El domicilio personal está ubicado en una vivienda popular en la calle Camboya, en la Colonia Nuevo Amanecer, en Apodaca, Nuevo León, se convirtió en «empresario» tras trabajar para Monsiváis y su esposo”, consigna el diario.
El segundo presunto propietario es Santos Garza, quien es un ex chofer de ruta con domicilio en una zona popular de Monterrey. «Nunca hemos sabido que tenga negocio, menos en Saltillo», dijo uno de sus vecinos, que admitió conocerlo desde hace varios años.
Luego de laborar en Concordia Ferma hasta el 31 de mayo de 2014, Moreno sorpresivamente apareció tres días después, el 3 de junio de 2014, como dueño de Riviera Álamo, la empresa que ahora factura millones de pesos a Coahuila.
Garza Lizcano, el otro «propietario» de Riviera Álamo, es un ex chofer de ruta quien vive en un sector popular, y que también se convirtió en un empresario de la noche a la mañana, agrega Reforma.
La firma tiene el domicilio en Saltillo, y según datos del Registro Público, «maneja 15 giros que van desde la construcción de viviendas, obra civil y desarrollos inmobiliarios hasta la tramitación de permisos y certificados y asesorías en obras portuarias y aeroportuarias e incluso la producción de granos y forrajes”.
Los pagos que ha recibido del gobierno son puntuales. “Fuentes de la Secretaría de Finanzas coahuilense indicaron que, por orden del subsecretario de Administración, Julián Montoya, los cheques para varias firmas, entre ellas Riviera Álamo, deben agilizarse y ser pagados en forma».