Berlín, 7 oct (EFE).- La canciller Angela Merkel negó hoy que su país se encuentre desbordado por la avalancha de refugiados, aunque reconoció que no puede solventar solo esta crisis y necesita cooperación con sus socios europeos y con vecinos como Turquía.
Merkel realizó estas declaraciones en una inusual entrevista en directo en horario de máxima audiencia en la televisión pública ARD centrada en la crisis de los refugiados y apenas unas horas después de intervenir de forma extraordinaria también por este tema ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo.
«Tengo un plan, pero no depende sólo de mí», afirmó al abordar la complejidad de la crisis.
«Lo conseguiremos. Estoy convencida», afirmó llevada por el «optimismo» y la «disposición interna», para añadir posteriormente: «Mi tarea es solucionar esta situación. Tengo la seguridad y el optimismo de que esto puede lograrse».
A su juicio, la situación es «extraordinaria» en Alemania, que entre enero y septiembre ha recibido a unos 577 mil refugiados, «quizá la más difícil desde la reunificación» alemana en 1990, pero se puede afrontar y solventar.
«No tengo ninguna duda», apostilló, aunque reconoció cierto desorden en la actualidad y posibilidad de mejora.
Merkel indicó que «la situación está ahí» y que hay que hacerle frente y buscarle soluciones en distintos ámbitos, desde el interno nacional, pasando por el europeo, hasta el combate de las causas originales que obligan a la gente a abandonar su país.
«Tengo un plan, pero no depende sólo de mí», explicó.
En el contexto alemán, la canciller abogó por mejorar y agilizar todo el proceso de tramitación de las peticiones de asilo y la acogida de los miles de personas que llegan cada día al país.
En el ámbito comunitario, recordó el «primer paso» que ha supuesto el acuerdo para repartir 160.000 refugiados entre la mayoría de Los 28, pero dijo de seguido que esto «no es suficiente» y que será preciso dar más pasos en materia de coordinación y protección de las fronteras exteriores.
«Tenemos una situación que tiene que ser resuelta políticamente porque nuestras fronteras exteriores no están protegidas», señaló.
Lo que sí es claro, en opinión de la canciller, es que «no se pueden cerrar las fronteras», porque «no funcionaría».
«Sólo podemos proteger las fronteras exteriores llegando a acuerdos con nuestros vecinos», dijo en referencia principalmente a Turquía.
Asimismo, la canciller pidió de nuevo a sus socios europeos una mayor responsabilidad porque «no sólo cuatro países» pueden estar asumiendo el grueso de los peticionarios de asilo que llegan al continente.
Merkel habló de financiar parcialmente los campos de refugiados sirios que en la actualidad acoge Turquía -para evitar que sus residentes marchen rumbo a Europa- y de la posibilidad de dar asilo directamente a la gente que está en estas instalaciones, evitando que tengan que recurrir a mafias para llegar a Europa.
Por último, habló de tratar de abordar las «razones de fondo» que llevan a los refugiados a huir y, en especial, sobre la guerra en Siria.
Con respecto a las críticas sobre su supuesto populismo al propugnar una política de puertas abiertas y visitar centros de refugiados, Merkel se mostró contundente y aseguró no querer «entrar en una competición a ver quién recibe peor a los refugiados».
Además, preguntó: «¿Alguien cree que estas personas recorren miles de kilómetros porque me saqué un selfie (con un refugiado)? ¿Que cruzan el mar en barca?» y respondió tajante: «Esa no es la razón».
Merkel evitó además dar cifras sobre el número de refugiados y dijo que el número concreto «da igual»: «Son muchos, muchísimos».
Alemania prevé recibir este año unos 800 mil refugiados, una cifra récord que cuadruplica la de 2014, que fue la mayor en décadas.