El Vaticano dio a conocer el martes los pasos cruciales del próximo proceso sinodal, que se concentrará específicamente en la “sinodalidad”, el carácter descentralizado de la iglesia y el papel de los laicos.
Por Nicole Winfield
Roma, Italia, 7 de septiembre (AP).— Funcionarios del Vaticano se negaron a responder el martes si las mujeres tendrán voto en las propuestas concretas para el futuro de la Iglesia católica al cabo de un proceso de consulta a los fieles que el Papa Francisco iniciará el mes próximo y durará dos años.
Desde hace años, activistas e incluso monjas han pedido el voto en el Sínodo de Obispos, que se reúne en Roma para discutir asuntos apremiantes para la iglesia de mil 300 millones de fieles.
Francisco ha tratado de dar mayor inclusividad al sínodo para que refleje mejor los problemas que enfrenta el común de los católicos en la vida real. Pero hasta la fecha no se ha permitido que voten las mujeres, ni siquiera las superioras que participan como representantes de las 641.000 monjas que hay en el mundo.
El Vaticano dio a conocer el martes los pasos cruciales del próximo proceso sinodal, que se concentrará específicamente en la “sinodalidad”, el carácter descentralizado de la iglesia y el papel de los laicos.
El proceso comienza el 10 de octubre con una misa oficiada por el Papa en San Pedro y finaliza en octubre de 2023 con la votación de los obispos sobre un documento final. El Vaticano visualiza un proceso de consulta a los católicos a nivel diocesano para que transmitan a través de las conferencias episcopales nacionales lo que quieren los católicos de su iglesia en el tercer milenio.
El nombramiento meses atrás de la hermana Natalie Becquart como subsecretaria de la oficina sinodal del Vaticano fue la señal de que ella, al menos, podría votar, haciendo uso del derecho que tuvieron los hombres que la precedieron en el cargo.
Pero el martes, preguntado si otras mujeres invitadas a la reunión final en octubre de 2023 podrían votar, su jefe, el cardenal maltés Mario Grech, se negó a responder.
Grech enfatizó que las mujeres pueden y deben participar en los niveles de consulta diocesanos y que el objetivo era llegar a un consenso.
“Esta atención al voto no me da serenidad”, dijo a la prensa. “No es el voto lo que cuenta”.
Por su parte, Becquart no mencionó el voto cuando se le preguntó sobre sus esperanzas para el proceso, y se limitó a decir que las mujeres “son parte del pueblo de Dios”.
“Lo que es muy importante es que se las escuche y sean protagonistas de este proceso sinodal desde el comienzo”, dijo. “Es importante que este sínodo pueda incluir y escuchar a las mujeres”.
Desde hace tiempo las mujeres se quejan de su estatus inferior en la Iglesia católica a pesar de que realizan la mayor parte de su trabajo como docentes en escuelas religiosas, administradoras de hospitales católicos y la trasmisión de la fe a las futuras generaciones.
Francisco ha designado a algunas mujeres, como Becquart, a puestos de alta jerarquía en el Vaticano y ha promovido que tengan un mayor poder de decisión en el gobierno de la iglesia, pero ha reafirmado la doctrina que les prohíbe acceder al sacerdocio.