Las ciudades que tienen una constante mala calidad del aire padecen impactos importantes en la productividad laboral de los habitantes, porque cuando se respiran altas concentraciones de contaminantes como las PM 10, PM 2.5 y ozono, se genera cansancio, disminuye la capacidad de atención y se padecen malestares físicos, expuso WWF México en el Día Internacional del Aire Limpio.
Ciudad de México, 7 de septiembre (SinEmbargo).– La mala calidad del aire, derivada principalmente por la quema de combustibles fósiles, causa 17 mil muertes al año en México, de las cuales el 10 por ciento son menores de cinco años, alertó Ninel Escobar, Coordinadora de Cambio Climático y Energía del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) México este Día Internacional del Aire Limpio, un llamado de Naciones Unidas (ONU) a los países para tomar acciones principalmente en las ciudades.
A nivel global, si no se produce una intervención agresiva, el número de muertes causadas por la contaminación del aire en espacios abiertos aumentará en más de un 50 por ciento antes de 2050, alerta Naciones Unidas.
«Los impactos de la mala calidad del aire –que daña más a las mujeres, los niños y a las personas de edad avanzada– van desde las alergias a la muerte, pasando por enfermedades respiratorias, cardiovasculares, asma, cáncer de pulmón. Además del impacto directo en la salud, también las ciudades que tienen mala calidad del aire tienen impactos importantes en la productividad laboral de las personas. Cuando la gente respira mucha concentración de contaminantes [PM 10, PM 2.5 y ozono], empieza a sentirse más cansada, disminuye su capacidad de atención y padece malestares físicos que provocan que su desempeño en el trabajo no sea el óptimo», dijo Escobar.
La especialista en cambio climático precisó que este problema no es exclusivo de las grandes metrópolis como la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, sino también de medianas ciudades, de acuerdo con las estaciones de monitoreo de calidad del aire instaladas en el país y coordinadas en el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA).
«Solo tres de 20 estaciones de monitoreo de PM 10, PM 2.5 y ozono en México cumplieron con la norma de límites de concentración de contaminantes», expuso de acuerdo con un muestreo. «Este sistema de monitoreo ha buscado que los gobernantes y la ciudadanía sepamos qué aire estamos respirando. Ha avanzado, pero no es exhaustivo y tiene grandes áreas de oportunidad».
Escobar detalló que una de las principales causas de la contaminación del aire en México se deriva de la quema de combustibles fósiles tanto por el uso de gasolinas en automóviles como por la generación de electricidad con carboeléctricas o termoeléctricas que usan carbón y combustóleo.
«Todas las plantas de energía que usan combustibles fósiles emiten contaminantes a la atmósfera y cuando estas plantas están cerca de centros urbanos, tiene efectos en la salud de la población colindante», dijo.
URGE LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA
Pese a la constante mala calidad del aire en ciudades de México, incluso durante el confinamiento, el Gobierno federal ha obstaculizado la inversión privada en energías renovables y favorece las fósiles, origen de la contaminación atmosférica.
«Nuestra percepción es que estos acuerdos no van en la dirección correcta en términos de descarbonizar nuestra matriz energética. Hacemos un exhorto a que se revisen estas políticas, ya que impactan a los mexicanos en nuestro derecho a un ambiente sano», dijo Ninel Escobar, Coordinadora de cambio climático y energía del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) México.
Además de los beneficios ambientales de las energías renovables, Escobar puntualizó que en el contexto mexicano también hay ventajas económicas para los consumidores finales de energía eléctrica.
Sin embargo, justo por la política energética anclada a Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a nivel internacional México también va en la dirección contraria al incumplir el Acuerdo de París firmado para disminuir niveles de emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático.
«El Acuerdo de París también está en la Ley General de Cambio Climático, por lo que no solo es un compromiso internacional, sino también nacional. Adicionalmente, dentro del marco regulatorio energético, nuestro país también tiene el compromiso de generación de electricidad con base en energías limpias y tiene metas temporales que no estamos cumpliendo. Si se sigue promoviendo las fósiles, no hay manera», lamentó Escobar.