Los hogares que se benefician de las remesas son cerca de 1.7 millones, aproximadamente más de seis millones de mexicanos para los que los envíos de dinero son un ingreso imprescindible, pues de él depende su subsistencia, además de que incentivan el consumo en el país.
Ciudad de México, 7 de septiembre (EconomíaHoy).- Las remesas enviadas por los migrantes mexicanos en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, se han convertido en una mina de oro, pues representan una de las principales entradas de divisas a México, por encima del turismo y solo superadas por las exportaciones automotrices. Paradójicamente, pese a ser imprescindibles para casi dos millones de hogares, tienen un impacto muy pequeño en la economía del país y no han sido un elemento de desarrollo económico.
«Las remesas no han sido un elemento económico que detone la inversión, se han usado para la subsistencia de millones de personas», indicó Jesús Javier Peña Muñoz, investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef).
El dinero enviado por los connacionales en el extranjero sumó un total de 20 mil 525 millones de dólares entre enero y julio, dicha cantidad representó un aumento de 7.4 por ciento, comparado con el mismo periodo del año pasado. A pesar de que este monto representó un nuevo récord, en cuanto a crecimiento las remesas presentan una desaceleración pues en el mismo periodo del año pasado el crecimiento fue de 11.3 por ciento.
Genoveva Roldan, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de las UNAM, explicó que las remesas son salarios de los mexicanos que trabajan en Estados Unidos y que se van del país por falta de oportunidades o porque los salarios en el país vecino son hasta ocho veces más de lo que ganan en México.
Durante su primer informe de gobierno, Andrés Manuel López Obrador se refirió a los migrantes como «héroes nacionales» y a las remesas como una «bendición para México»; sin embargo, un reporte elaborado por el Instituto de para el Crecimiento y el Desarrollo Económico (Idic) refiere que el gran crecimiento que han tenido las remesas muestra la fragilidad y fallas del modelo económico aplicado durante los últimos 50 años en México.
El reporte del Idic señala que en Estados Unidos los mexicanos tienen una ocupación que les permite recibir entre 10 y 15 dólares la hora, cuando son ilegales, pero para quienes consiguen regularizar su situación migratoria el monto aumenta significativamente.
LA BALA DE PLATA QUE NO FUE
Las remesas que llegan a México representan el 2.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), a diferencia de economías como la de El Salvador en donde las remesas aportan más del 22 por ciento al PIB.
«En la década de los 90 se pensaba que las remesas podían ser la bala de plata del desarrollo económico de México, pero no fue así. No han sido un elemento económico que detone la inversión, se han usado para la subsistencia de millones de personas», indicó Peña Muñoz.
Los especialistas explicaron que la buena racha que han tenido las remesas en los últimos dos años se deben principalmente a tres elementos. El primero es el tipo de cambio, es decir, a un dólar más fuerte. En segundo lugar al efecto Trump, pues su discurso antinmigrante y la amenaza de implementar una política migratoria más restrictiva, ha incentivado un mayor envío de dólares. En tercer lugar está la recuperación económica que ha tenido la economía estadounidense.
IMPRESCINDIBLES PARA EL 5 POR CIENTO DE LOS HOGARES
Los hogares que se benefician de las remesas son cerca de 1.7 millones, aproximadamente más de seis millones de mexicanos para los que los envíos de dinero son un ingreso imprescindible, pues de él depende su subsistencia, además de que incentivan el consumo en el país, apuntó Roldan.
La posibilidad de que el flujo de remesas caiga depende casi exclusivamente de la salud de la economía estadounidense. Y en caso de que esto ocurriera, las consecuencias macroeconómicas para México no serían muy notorias, pero sí para las familias que las reciben, pues con ellas sostienen sus gastos más fundamentales: alimentación, salud y vivienda.
De acuerdo con el Centro de Investigaciones Pew al cierre del 2018 en Estados Unidos había una población de cerca de 57 millones de latinos, de los cuales el 63 por ciento eran de origen mexicano, esto es 36 millones de personas.
Cada año que México no ha crecido, o lo ha hecho por debajo del 4 por ciento, se dejan de crear entre 250 mil y 750 mil empleos formales: los mexicanos deben encontrar ocupación en la informalidad o en la migración, advierte el reporte del Idic.
«Es necesario que este país dependa menos de las remesas, sobre todo porque de ellas depende la vida de cerca de dos millones de hogares, quitar las causas de la migración requiere dar respuesta a las deficiencias de la economía», apuntó Roldán.