[NdeR: La siguiente crónica contiene información puesta en duda por otro periodista que estuvo en la zona. SinEmbargo publicó este texto como nota principal el 7 de julio. El 8 de julio, un reportero que fue a Las Varas acompañado de otros puso en duda el trabajo distribuido por la agencia española EFE, a cuyo servicio está inscrito SinEmbargo. Al final de esta misma crónica, que se respeta íntegra como fue publicada, se pueden encontrarse argumentos y una respuesta].
La madrugada del pasado miércoles, miembros del grupo La Línea, brazo armado del Cártel de Juárez, e integrantes del Cártel de Sinaloa se enfrentaron en la comunidad de Las Varas, en Madera, Chihuahua. A decir de testigos, cada lado contaba con unas 60 camionetas tripuladas por hombres armados. El enfrentamiento, señalaron, dejó decenas de muertos, incluso medios locales indicaron que podrían ser 50, sin embargo, cuando las autoridades llegaron sólo encontraron los 15 que confirman.
Un policía de la comunidad aseguró que los sicarios que alcanzaron a escapar se resguardaron en otros poblados– no descarta que sigan ahí–, y hasta secuestraron a médicos, pues «llevaban a muchos heridos». Las autoridades del estado aún mantienen un operativo en Las Varas, donde comercios permanecen cerrados y las calles vacías.
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Por Luis Chaparro
Las Varas (México), 7 jul (EFE).- Tres horas de intensos tiroteos pusieron fin a la tranquilidad de un pequeño poblado del llamado Triángulo Dorado, en el norte de México, dedicado a la producción de manzanas, y dejaron el miércoles un reguero de muertos y numerosas huellas de la violencia, según constató la agencia de noticias Efe.
El saldo oficial es de 15 muertos, una decena de heridos y cinco detenidos, pero los habitantes de Las Varas, ubicado a la entrada de la Sierra de Chihuahua y fundado en tiempos la Revolución, se cuentan por decenas, de acuerdo con los testimonios de varios pobladores.
«Son 15 los que encontraron las autoridades ya que llegaron, pero nosotros vimos cómo ellos mismos [los sicarios] recogían los cuerpos, los juntaron encima uno de otro en sus trocas [camionetas) y se fueron rumbo [al poblado] Flores Magón», dice a Efe un vecino que pidió el anonimato.
Los comercios permanecen cerrados y las calles desiertas horas después de la batalla protagonizada por sujetos que desde algunos meses atrás se paseaban a bordo de camionetas blindadas por el tranquilo poblado con armas de alto poder en mano y pasamontañas cubriendo sus rostros.
Aunque los habitantes de Las Varas -poco más de un millar- no lo sabían, aquellos hombres formaban parte del grupo La Línea, el brazo armado del Cártel de Juárez, uno de los más violentos en México.
La madrugada del 5 de julio la población vivió una de sus peores pesadillas: La Línea se enfrentó a muerte durante casi tres horas contra el Cártel de Sinaloa.
«Eran como 60 camionetas de cada lado, eran muchos hombres armados. Nosotros empezamos a escuchar los balazos como a las 4:00 de la mañana, y no más nos tiramos al piso, porque se oyeron como por tres horas», cuenta Raymundo.
Las autoridades de Chihuahua, que llegaron a la comunidad tras recibir una alerta ciudadana, reportaron el hallazgo de 15 hombres sin vida, además de una decena de heridos y cinco arrestados, miembros de los dos cárteles.
Sin embargo, los habitantes aseguran que los muertos suman decenas y, desde el día del ataque, el vocero de la Fiscalía General del Estado (FGE), Félix González, estimó que el balance de víctimas fatales subiría «bastante».
«La cifra todavía puede variar porque se están haciendo operativos en brechas y caminos» de la zona, donde se han reportado la presencia de más personas sin vida, aseguró a Efe entonces, pero dos días después, la cifra oficial no se ha modificado.
Desde hace al menos una década el estado de Chihuahua, fronterizo con Estados Unidos, ha sido escenario de una cruenta guerra entre estos dos cárteles por el control del territorio para el trasiego de drogas al vecino del norte.
De acuerdo con el Comisionado Estatal de Seguridad, Óscar Aparicio Avendaño, el grupo de La Línea estuvo comandado por un ex policía del estado durante el enfrentamiento.
Se trata de José Luis González Montes, alias «El 32», y quien hace un par de meses fue arrestado en la ciudad de Madera y liberado pocas horas después, según el propio funcionario.
En tanto, el Fiscal César Augusto Peniche dijo en una rueda de prensa que del lado del Cártel de Sinaloa comandó el enfrentamiento un hombre apodado «El Jaguar» y de quien se desconoce su nombre.
Estos dos sujetos atemorizaron a todo un poblado y movieron a las fuerzas de todo el estado para intentar combatirlos.
Hacia «las 6:00 o 7:00 de la mañana, que acabó la balacera, llegó el Gobierno y los sicarios se metieron a casas, ahí tuvieron a gente secuestrada, yo creo que ahí están todavía escondidos», señala uno de los residentes de Las Varas, quien huyó a Madera tras el enfrentamiento.
Según un agente policial, algunos de los sicarios huyeron en sus camionetas rumbo a otros poblados de Chihuahua, mientras que otros incluso abordaron avionetas con rumbo al vecino estado de Sonora.
«Se llevaron medicamento, hasta doctores, porque llevaban varios heridos, según las investigaciones. En una pista de aterrizaje en una comunidad cercana [a Las Varas] dejaron ropa, botes de cerveza y balas», dijo a Efe un agente que también pidió el anonimato.
Las autoridades de Chihuahua mantienen el operativo de seguridad en Las Varas para capturar a más sicarios involucrados en los hechos violentos.
NOTA IMPORTANTE
El sábado 8 de julio, un día después de que EFE distribuyera la crónica, el periodista Marco Antonio López publicó un texto en el que desmiente el trabajo de Luis Chaparro. Lo tituló “Luis Chaparro, esa gran mentira que daña el periodismo”.
Por honestidad con los lectores, se publica íntegro el texto de Marco Antonio López en el que se establece que Chaparro hizo “creer que sí fue, desinformando, dando versiones falsas, arriesgando y faltando al respeto al trabajo de quienes sí fuimos”.
A continuación, el texto íntegro del periodista Marco Antonio López:
¿Deberíamos festejar que Luis Chaparro volvió con vida de Las Varas, en la Sierra de Chihuahua, después de entrar al pueblo y entrevistar a un sicario del Cártel de Sinaloa? Yo lo haría, con gusto, si hubiera estado ahí. Pero no lo hizo. Ni entrevistó a ningún sicario ahí. Ni fue. Ni ha estado, nunca, en Las Varas. Y sin embargo escribió para Efe y para El Universal haciendo creer que sí fue, desinformando, dando versiones falsas, arriesgando y faltando al respeto al trabajo de quienes sí fuimos. Nunca había visto un grado tan irresponsable de ejercer. Y no debe seguir por ahí haciendo creer a los demás que es un periodista, porque no lo es.
¿Por qué estoy seguro que no fue?
El miércoles nos reunimos en mi casa para salir a Las Varas el fotógrafo de Efe, David Peinado y yo. Buscábamos a alguien más que quisiera ir para ser cuatro y compartir gastos. Un fotógrafo habló con Luis Chaparro quien dijo que no iría.
Nos quedamos en Casas Grandes por recomendación de Carlos Huerta y Félix González, voceros de Fiscalía, que no consideraron prudente viajar por esa carretera de noche. En la mañana nos comunicamos con Lucy Sosa y Carlos Sánchez porque salían de Ciudad Juárez hacia Las Varas. Nos encontramos en la carretera ya cerca de Las Varas y acordamos estar juntos por seguridad. Agentes de la Fiscalía y de la Policía Estatal nos acompañaron en el recorrido por el panteón, fosas, comandancia y bodega, esta última lugar en el que asesinaron a 15 personas.
Un fotógrafo mantuvo contacto con Chaparro y le fue informando de cada lugar que recorríamos. Éste nos dijo que Luis que Chaparro estaba en Juárez y que no vendría pero que haría unas entrevistas por teléfono y trabajaría una nota.
Después de estar en Las Varas fuimos a Madera y de ahí a la Fiscalía Occidente en Cuauhtémoc. Ya de noche pasamos a un hotel para empezar a trabajar y a enviar. El fotógrafo nos dijo que le mandaba material visual a Luis Chaparro para su nota y que publicarían juntos en El Universal y en Efe.
Ya el viernes en la tarde Chaparro subió una de las fotos de el fotógrafo de Efe en Las Varas para hacer creer que estaba ahí. Pero nosotros sabíamos que no sólo no fue, sino que no quiso ir cuando se lo propusieron. Sin embargo escribió una crónica fingiendo que estuvo en el lugar. Y es completamente evidente en su trabajo que nunca ha estado ahí y menos esta vez por las siguientes razones:
1. “Nadie camina las pequeñas calles pavimentadas”, escribe Chaparro en El Universal. Pero las calles del pequeño poblado no están pavimentadas.
2. “Unas 30 pick-ups conducían de la ciudad de Cuauhtémoc a Las Varas, un viaje de poco menos de una hora sobre una carretera de dos carriles”, dice. Pero entre Cuauhtémoc y Las Varas hay más de 150 kilómetros de carretera que serpentea la Sierra con curvas muy pronunciadas. Ir a más de 150 kilómetros por hora entre curvas cerradas parece imposible y demuestra que él no hizo ese recorrido, porque nosotros hicimos más de dos.
3. “Este último grupo viste de civil, con un tigre estampado en algunas de sus gorras, otros con el logotipo de Ferrari”. El comandante de la célula policiaca que resguarda la zona nos dijo que murieron personas de ambos bandos y que todos vestían equipo táctico.
4. “Unos corrieron más dentro del pueblo y otros los fueron siguiendo. Quedaron tirados por casi todos lados, unos en la entrada, otros a la salida, unos más cerca del centro, cuenta un residente de Estados Unidos que visitaba a su familia”, escribe. Pero la balacera sólo fue en la zona de la bodega o al menos ahí fueron hallados los 15 cuerpos. No en las inmediaciones del pueblo.
5. “Cuando las balas callaban, los motores de las pick-ups rugían por el pueblo, hasta que comenzaba una nueva balacera”, asegura. Pero fue un solo enfrentamiento sostenido por alrededor de 40 minutos, comentaron los policías que nos acompañaban y que llegaron al lugar mientras los implicados huían.
6. “Según reportes policiales, los sicarios huyeron, algunos en sus camionetas rumbo a otros poblados de Chihuahua, mientras que otros incluso abordaron avionetas y huyeron rumbo al vecino estado de Sonora”. Quisiera ver ese “reporte policial”.
7. “Se llevaron medicamento, hasta doctores secuestrados porque llevaban varios heridos, según las investigaciones. Ahí en una pista de aterrizaje, en una comunidad cercana a Las Varas, dejaron ropa, botes de cerveza y balas, dice el investigador desde la ciudad de Madera”. Hasta aquí no había citado antes a ningún investigador en Madera y la Fiscalía General del Estado Zona Occidente negó el secuestro de médicos.
8. “Llegada la mañana, las autoridades se habían enterado del enfrentamiento y desplegaron un operativo masivo. El resultado: dos agentes federales heridos, cinco sicarios detenidos”, dice Luis Chaparro. Pero no se reportó ningún agente federal herido en ese enfrentamiento.
9. “El director de la Comisión Estatal de Seguridad, Óscar Aparicio Avendaño, asegura que hasta hoy se tiene registro de 15 personas muertas y otra decena de heridos trasladados a hospitales de la capital”, escribe. Sólo se registraron 5 heridos que fueron participantes del enfrentamiento, todos detenidos. De Chihuahua, Leonardo G., de 18 años. Carlos H., de 24 años, nació en Hidalgo. Efraín G., de 25 años, es de Michoacán. Marco Antonio M., de 27 años, es originario de Tabasco. Y Luis G., de 36 años, nació en Minatitlán.
10. “Quienes aguantaron los últimos cuatro meses de un infierno que se dibuja entre asesinatos, secuestros y fosas clandestinas, huyeron esta mañana a la ciudad más próxima, Madera”, relata. Pero el vocero de Comunicación Social del Municipio de Madera dijo que no había éxodo y que las personas se quedaban en sus casas, sólo que no salían después de las 6 de la tarde.
11. “En algunas calles de Las Varas persisten las manchas de sangre, unos pequeños charcos que reejan el cielo nublado”, afirma. Pero las calles son de tierra y sería muy difícil que se formara un charco de sangre y que además ésta fuera tan clara para reflejar el cielo cuando sabemos que la sangre se coagula y se pone oscura. Y en el recorrido que hicimos por el pueblo porque nos bajamos a caminar por las calles y fuimos a la iglesia, nunca hubo una mancha de sangre, mucho menos un charco.
Y no sólo fingió que estuvo sino que montó todo un escenario que incluye la grabación de una voz distorsionada que supuestamente es el sicario que entrevistó en “las inmediaciones del pueblo” pero el fotógrafo dijo que lo entrevistó por teléfono. Antes, en Casas Grandes, El fotógrafo nos preguntó si queríamos entrevistar a uno de sus contactos que era narcotraficante pero que nos cobraría mil pesos. Lo que no fue opción. No me parece lógico un narcotraficante cobrando mil pesos por dar entrevistas.
Es evidente que Luis Chaparro ha venido mintiendo sistemáticamente sin que alguien le diga algo desprestigiando un oficio que se basa en hechos.
También se trata de un gesto de mayor irresponsabilidad por parte de El Universal y de Efe. El fotógrafo de Efe estuvo reporteando en Las Varas y pidió que no usara nombre para no relacionarlo con Luis Chaparro, porque no sabía cómo se usaría la información que iba pasando y no quería verse involucrado. Lo que queda claro es que él sí estuvo ahí y reporteó lo mismo que los otros que fuimos.
Y a continuación, una respuesta de Luis Chaparro, hecha directamente desde su cuenta de Facebook al autor del texto anterior:
Me gustaría que tuvieras también el valor de comprobar que efectivamente no estuve ahí, Marco, cuando es tan fácil comprobar que efectivamente no fui con Pako, pero ahí mismo pudieron haber preguntado (si se hubieran quedado lo suficiente y no haber dicho «no salió nada», que estuve con vecinos y agentes). En fin, es más fácil escalar peldaños hablando mierda (mal comprobada) de alguien, que haciendo bien tu jale.