Donald Trump, el hombre más poderoso del mundo occidental, dijo este viernes que la Luna forma parte de Marte. Trump es el hombre más poderoso de Occidente. Pero eso lo convierte, también, en objeto permanente de burlas y críticas. Muchas veces comete errores ortográficos (hasta dos en una misma palabra) y en otras da por hecho temas como si fueran realidad.
Ciudad de México, 7 de junio (SinEmbargo).- «La Luna es parte de marte», o por lo menos eso dijo este viernes el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
En su cuenta de Twitter, el mandatario se refirió a los recursos que su país gasta en la NASA, señaló que con el monto que se invierte en esa agencia no deberían existir proyectos para ir a la luna, pues eso ya «lo hicimos hace 50 años; deben centrarse en las cosas mucho más grandes que estamos haciendo, incluyendo Marte (de la cual la luna es una parte)», escribió.
For all of the money we are spending, NASA should NOT be talking about going to the Moon – We did that 50 years ago. They should be focused on the much bigger things we are doing, including Mars (of which the Moon is a part), Defense and Science!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 7 de junio de 2019
Trump es el hombre más poderoso de Occidente. Pero eso lo convierte, también, en objeto permanente de burlas y críticas. Muchas veces comete errores ortográficos (hasta dos en una misma palabra) y en otras da por hecho temas como si fueran realidad.
Aunque los usuarios de redes sociales no lo ven fuera de Estados Unidos (a menos de que se vuelva tendencia global), varias veces en un mes se convierte en TT por sus gazapos. O por cualquier cosa.
Trump es meme, es video, es tendencia. Apenas hace unos días cambió su característico peinado y llamó la atención.
Todo comenzó cuando en redes sociales circuló un video del Presidente en medio de un día de descanso. El político y magnate cruzó de improvisto por la iglesia McLean Bible en Vienna, Virginia. Allí se estaba orando por las víctimas de las 12 personas que murieron en el tiroteo de Virginia Bach.
De un momento a otro, Trump pasó por el escenario donde estaba hablando el pastor. Tenía puesta una gorra de béisbol, y de un momento a otro se la quitó para mostrar respeto. Fue ahí cuando la gente se dio cuenta de algo extraño (o más bien, demasiado normal) en su cabeza. Su característico peinado alborotado había desaparecido. En cambio, su cabello estaba largo y peinado hacia atrás, algo muy inusual en este personaje.
Los comentarios de Trump de hoy se produjeron un día después de que el administrador de la NASA, Jim Bridenstine, dijera que la agencia no podrá cumplir con el plazo de 2024 para que los astronautas lleguen a la Luna a menos que el Congreso apruebe la solicitud del gobierno de Trump de 1.6 mil millones adicionales en el presupuesto del próximo año.
“Esto lo quita de la mesa”, dijo Bridenstine a USA Today en una entrevista el jueves. Sin el financiamiento adicional, “volveremos a mirar al 2028”.
Fue la declaración más fuerte del jefe de la NASA hasta la fecha: que el destino de un regreso lunar dentro de cinco años a partir de ahora depende casi completamente de la acción del Congreso en los próximos meses. La última caminata de América en la luna fue en 1972.
El tweet de Trump pareció socavar al vicepresidente Mike Pence, quien ha encabezado la política lunar de la administración como jefe del Consejo Nacional del Espacio.
“Devolveremos a los astronautas estadounidenses a la luna, no solo para dejar huellas y banderas, sino también para construir la base que necesitamos para enviar estadounidenses a Marte y más allá”, dijo Pence en la reunión inaugural del consejo de octubre de 2017, que Trump revivió.
En marzo, Pence anunció un ambicioso plan para acelerar el regreso a la superficie lunar de 2028 a 2024. Pence dijo que el presidente había ordenado a la NASA que cumpliera el objetivo «por cualquier medio necesario».
Hablando en una proyección de Apollo 11 el mes pasado, Pence enfatizó que “la política de los Estados Unidos es que volveremos a la Luna en los próximos cinco años, y que la primera mujer y el próximo hombre en la Luna serán estadounidenses”.
Pero por hoy la polémica se centra en cómo le hizo Trump para mandar la Luna a… Marte.
