Hace ocho años que vivo en esta calle y hace ocho años que este «moderno» automóvil, por llamarlo de alguna manera, está estacionado enfrente de la casa de mi vecino. No está, como puede verse, en condiciones de andar. Tiene las llantas ponchadas, es decir, está ostensiblemente abandonado y es un espectáculo triste en nuestra calle, y sin embargo nunca se le ha quitado de aquí.
Por Nicolás Alvarado