Cómprame un revolver, del director Julio Hernández Cordón, muestra una realidad en México que no se aleja a la que se destruye en el ahora: un país con pocas mujeres a causa de la violencia. La cinta, que tuvo su estreno en Festival de Cannes en 2018, llega a las salas de cine este 10 de mayo para mostrar un retrato duro de los llamados niños del narco.
Ciudad de México, 7 de mayo (SinEmbargo).– El narcotráfico ha superado cualquier Ley. El control de absoluto recae en los capos de México, un país en el que la mayoría de sus mujeres han desaparecido o están muertas a causa de la violencia.
Esta es la premisa con la que arranca la cinta Cómprame un revolver, del director Julio Hernández Cordón (Te prometo anarquía, 2015). Una realidad que no suena descabellada si se remonta a las alarmantes cifras de feminicidios, que indican que en el país se matan entre nueve y 10 mujeres al día, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Desde 2015 – año donde se empezó el registro federal de los casos de feminicidio– los números han ido en aumento. En ese periodo se capturaron 411 casos; para 2016 sumaron 600; en 2017, 736; en 2018, 891; y en el primer trimestre de lo que va en 2019, se han contabilizado un total de 227.
En los primeros meses del año, Veracruz fue el estado más crítico con 46 feminicidios, le siguió el Estado de México y después Sonora, éste último lugar donde se filmó la cinta.
“Por qué llegué a esto: porque tengo hijas tengo amigas, tengo parejas, tengo mamá, tengo vecinas. Porque me gustaría que México fuera totalmente admirable para todos, que mis hijas puedan salir a la calle, tener una infancia normal, una adolescencia normal”, responde a SinEmbargo el director Julio Hernández, que cuenta a medios que eligió a sus dos hijas (Matilde y Fabiana) para la interpretación de las niñas de la cinta.
“Que digan que suceden este tipo de cosas porque alguien estuvo en el lugar equivocado me parece super idiota, porque es como decir que México sea el lugar equivocado”.
En Cómprame un revolver conocemos a Huck (Matilde Hernández), una niña que vive escondida por su padre (Rogelio Sosa), quien busca protegerla y evadir la desaparición de su esposa y su otra hija por medio de las drogas.
Huck recoge su cabello, se cubre bajo una máscara y pantalones olgados para no ser descubierta por los capos. Sus amigos, niños que también deben protegerse de ser lastimados, son la muestra de la violencia y orfandad que deja el narcotráfico.
“Quise contar esta historia porque vivo en México, soy mexicano. Hay cosas que me parecen muy lógicas que suceden acá con esta violencia tan cruel y tan sádica con la que actúan el crimen organizado y las autoridades, y es algo que me aflige, que me parece inhumano”, afirma Hernández Cordón.
La película que se estrena en próximo 10 de mayo en las salas cines, no sólo retrata la violencia sino también la paternidad, la fragilidad y a la gente que vive y resiste a diario esta situación en México, de acuerdo con palabras de su director.
“Yo sé que en México ya están hartos del narco, del tema del narco en el cine, la tele. Pero aún así, a mí me parece importante que se siga hablando del tema porque es un tema que está sucediendo, que nos sigue afectando. Como con la impunidad, con la corrupción y la violencia”.
“Creo que el arte no sólo crea comunidad e identidad, sino también crea diálogo. Que se hablen las cosas y se documente cómo están pasando las cosas”.
Mexico además registró también su trimestre más violento de los últimos años con 7 mil 242 carpetas de investigación por homicidio doloso en su primer trimestre de 2019, un incremento del 9.7 por ciento en comparación al de 2018, que sumó 6 mil 598 carpetas.
El viaje de la cinta por varios países, después de su estreno en Cannes en mayo del año pasado, logra una reflexión en Julio Hernández Cordón, sobre la inseguridad en el país y la legalización de las drogas.
“Lo que más preguntan de México en general es ¿por qué esta violencia extrema?, ¿por qué en México somos narcos?, ¿ por qué se mata?, ¿por qué se mata a estudiantes?, ¿por qué todo eso?”.
“Me parece muy injusto que México ponga a los muertos del consumo global de las drogas. No hay razón para que México ponga a los muertos, tampoco hay razón para que nos encasillen en eso, y que lo que pasa en México tiene que ver todos. El consumo de las drogas es nivel mundial y no es un problema que sólo tiene que ver con México”.
“¿Qué es esto o cómo se puede parar? Ya se ha intentado de mil formas, muchas tácticas militares, policiacas y no funciona. Creo que lo que queda es legalizar. Creo que es la única forma en la que se parar esta violencia desbordante que existe en México”, asegura.