Los damnificados del edificio 5 del condominio en Rincón del Sur 15, Xochimilco, exigen al Gobierno de la Ciudad de México una auditoría a la constructora Grupo Darmi y a la administradora Graciela Vieyria sobre el uso de los 9 millones de pesos para la reconstrucción. El día en que la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum entregó la obra, ambos señalados no le permitieron subir a ver los pisos sin acabados.
Ciudad de México, 7 mayo (SinEmbargo).– Todo estaba planeado, sospechan los vecinos del edificio 5 del condominio Rincón del Sur 15, en la Alcaldía Xochimilco de la Ciudad de México. Claudia Sheinbaum Pardo, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, acudió a la entrega simbólica el 19 de abril, entre cámaras y aplausos. Pero los representantes de la constructora Grupo Darmi y la administradora Graciela Vieryia Olivares sólo le mostraron los dos primeros pisos, y no le permitieron subir a los departamentos sin acabados, impresentables.
La empresa, que prometió hasta un elevador, argumenta que se terminó el presupuesto en la inyección del concreto y así los dejarán.
Los habitantes de los 10 departamentos del edificio de más de 40 años no han regresado a vivir ahí por la incertidumbre que las fallas en la obra implican y porque exigen que el Gobierno de la Ciudad de México realice una auditoría al uso de los 9 millones de pesos de recursos públicos y los 200 mil pesos que les pidió Graciela Vieryia, representante legal ante la Procuraduría Social (PROSOC), para el proyecto preliminar.
La reconstrucción duró ocho meses bajo hermetismo. Nunca se les dio algún recibo, informe o planos y fue la administradora quien eligió a la constructora Grupo Darmi y a la supervisora de obra BIPCO. Bruno, habitante del departamento nueve, consideró que el error fue no haber puesto por escrito las promesas «color de rosa» de la constructora.
«Esta señora [Graciela Vieiryia] venía jalando a la Doctora Sheinbaum: ‘Véngase por aquí, Doctora, aquí vea este’, le dijo. No la dejó subir más allá del departamento seis, porque después del seis se ve lo mal terminado que están todos», recordó Manuel Alonso Juárez, del departamento siete, sobre la visita del viernes 19 de abril. «En el departamento seis yo le enseñé el piso, los muros y el techo cómo estaban mal acabados. Ella me contestó: ‘esto está muy mal, esto no es posible’. Fueron sus comentarios, muy ambiguos».
Cuando Manuel intentó que la Jefa de Gobierno de la capital del país subiera al departamento siete, la representante legal Graciela la jaló. Y como estaba rodeada de prensa y miembros del colectivo Damnificados Unidos, ya no pudo insistir.
«En mi departamento que es el siete no tengo pisos, me destruyeron las puertas, en el baño rompieron el plafón, rompieron el azulejo, quitaron una tina y ahí se ve una cuarteadura, y ahí se quedó», describió. Eso es lo que buscaba que la gobernante viera. «Las puertas de mi clóset no aparecen, están las de Jair [habitante del departamento seis]. Hicieron un revoltijo, un cochinero».
Jair Ruiz, del departamento seis, dijo que las autoridades sólo estaban viendo los departamentos uno, dos y tres, «los cuales están bien arreglados». El tres, hasta con instalación eléctrica en el balcón, es el de la representante legal.
Cuando lograron que la Jefa de Gobierno subiera al departamento seis, «se dio cuenta que los pisos son distintos, no hay puertas, no hay cocina, los baños están sin terminar, los plafones están sin colocarse al igual que los clósets». Tiene niños menores de 10 años y su balcón, desde un piso alto, está construido a la mitad: «está mocho».
FALTA APOYO DE AUTORIDADES
El jueves 2 de mayo damnificados del sismo del 19 de septiembre sostuvieron una reunión privada con la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento. Pero acordaron revisar el caso particular de Rincón del Sur 15 edificio 5 después del 8 de mayo.
«A lo mejor la Doctora Claudia Sheinbaum tiene muy buenas ideas de trabajo y muchas ganas de hacer las cosas bien. Pero su equipo que está abajo de ella no está trabajando. Esa es la impresión que nosotros tenemos», aseguró Manuel Alonso.
El Comisionado para la Reconstrucción César Cravioto no les ha contestado la solicitud que enviaron desde el 26 de abril para que la Unidad de Transparencia de la Secretaría de Finanzas realice una auditoría sobre el uso de los recursos públicos por parte de Grupo Darmi y la representante legal Graciela Vieyria.
«Yo fui a tres reuniones con la Comisión para la Reconstrucción y no iba él por exceso de trabajo. En una me dijeron que se dialogara con ella [la administradora Graciela], que eran chismes entre nosotros o diferencias de opiniones. En la siguiente ahí estaban de la Procuraduría Social (PROSOC), me pidieron ir a sus oficinas, y me atendió un joven que me dio el avión. A la tercera reunión no fue nadie de la PROSOC por lo que decidimos hacer el escrito para saber qué se hizo con ese dinero», contó Manuel.
En un comunicado, el colectivo Damnificados Unidos ya había criticado las respuestas del Comisionado César Cravioto, quien señala que solo se trata de «diferencias» entre vecinos.
«Condenamos que quien ostenta la máxima autoridad en materia de reconstrucción en la Ciudad de México prefiera la opacidad y pretenda poner a pelear entre sí a los damnificados antes de responder la demanda de llamar a cuentas a las empresas constructoras para que comparezcan respecto al manejo de los recursos públicos empleados en las obras», expuso.
Yara, otra habitante del edificio 5 de Rincón del Sur, aseguró que los representantes de Grupo Darmi les explicaron «que se rebasó el presupuesto que habían pedido, que lo usaron nada más para lo que era la reconstrucción de los daños más fuertes, que no les había alcanzado el dinero y que se iba a quedar así».
Ante ello, «pedimos al Gobierno una revisión de una compañía externa para ver si realmente se hizo todo lo que prometieron ellos en el proyecto y que realmente el edificio esté bien reparado, que lo entreguen habitable».
Manuel agregó que la constructora les dijo que «teníamos un buen presupuesto para tener un edificio nuevo y único, y que todos los departamentos quedarían en buen estado, que no los íbamos a reconocer. Pues no lo reconocemos por tantos malos acabados».
«Nos habían dicho que había 46 perforaciones para inyectar concreto (alrededor del edificio). Dicen que aquí se fue todo el presupuesto. Yo digo que aquí se fue el despojo de recursos»
«Habló de instalaciones hidráulicas, eléctricas, sanitarias. Al contrario, las dejó incompletas, rotas. Los baños están destruidos, las cocinas están destruidas, los pisos están chuecos, las escaleras están parchadas. El día que vino la Doctora Claudia Sheinbaum se cayeron cuatro personas en las escaleras por lo mal que están acabadas», acusó.
EL PAGO DEL CRÉDITO
Bruno Ortiz acababa de adquirir un crédito de Infonavit en junio de 2017 para un departamento que a la fecha no ha podido habitar. El sismo del 19 de septiembre dañó el edificio cinco de Rincón del Sur y su vivienda, el número nueve, quedó solo con fisuras, porque ya lo había renovado antes. Dado el subsidio del gobierno de la Ciudad de México, no se le otorgó el seguro.
«Ya voy para dos años pagando el crédito y es el día que no puedo habitarlo. Se me hace ilógico. Se supone que la obra está terminada. Durante el proceso hubo mucho hermetismo, muy austera la información por parte tanto de la constructora como de la administradora», dijo mientras miraba el edificio inalcanzable.
Actualmente vive con su suegra, esposa y sus dos hijos. Además de aportar a los gastos, sigue pagando el crédito.
«Lo único que quiero y deseo es poder habitar ese departamento que siento que es algo que estoy pagando, pero que no puedo usar. Es mucha frustración, impotencia… no sé ni cómo llamarlo. Es desesperación de no poder habitar algo que estoy pagando», enfatizó.
«Ya es necesario que alguien venga y nos dé una explicación total de qué es lo que ha pasado, qué está pasando y qué va a pasar», exigió.
Respecto a los 20 mil pesos que pidió la administradora Graciela Vieiryia a cada vecino, comentó que si todo lo subsidió el Gobierno capitalino, «no teníamos que haber puesto de nuestro bolsillo ni un quinto. Lo más importante es la transparencia de todo esto».