Un enorme pasivo laboral, una deuda millonaria -que llevó a Moody’s a rebajar su calificación crediticia-, una caída en su Producción de crudo y un problema de liquidez han envuelto a Petróleos Mexicanos (Pemex) en una implosión «más severa» de lo percatado hasta ahora. Es un camino muy duro por delante. La inyección de capital por 73 mil 500 millones de pesos del Gobierno Federal no fue suficiente al no ser una solución a largo plazo, afirman analistas.
Ciudad de México, 7 de mayo (Sinembargo) .- «Hace dos años Petróleos Mexicanos (Pemex) estaba siendo cortejado como la chica más hermosa de la habitación y todos trataban de asociarse con la empresa, pero ahora todos la miran diferente», afirmó John Padilla, director de la consultaría en temas energéticos IPD América Latina. La implosión de la petrolera es «más severa» de lo que muchos se han percatado, declaró al portal Euromoney .
«Tienen que evaluar la realidad de donde están parados», expuso. «Pero es un camino muy duro por delante».
Marzo y abril fueron meses difíciles para Petróleos Mexicanos. A unos días de recibir un rescate financiero por 73 mil 500 millones de pesos por parte del Gobierno Federal, se registró una explosión de una planta del Complejo Petroquímico de Pajaritos en Coatzacoalcos, Veracruz, perteneciente a una firma de la empresa Mexichem y de la ahora Empresa Productiva del Estado.
El accidente, que causó la muerte de 32 contratistas, fue el último de una serie de incidentes fatales que envuelven a la paraestatal, cuya pérdida histórica en 2015 fue de 712.6 millones de pesos, 36 por ciento más de lo que reportó en febrero a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) por 521 mil 607 millones de pesos, reveló esta semana al Senado de la República.
«La intervención no fue suficiente», dijo a Euromoney Fabiola Ortiz, analista de Standard & Poors en México. «Continuará necesitando apoyo del Gobierno federal. Necesitamos ver qué pasará con los precios bajos del petróleo y la producción de la compañía, pero el problema sigue ahí».
La apertura de campos y activos a la inversión privada, mediante la Reforma Energética, no ha dado los frutos esperado. Se supone que eso ayudaría a transformar a la compañía, por el contrario, la firma se ha atrincherado más, consideró John Padilla, de la Consultaría IPD América Latina.
«Generalmente con la apertura del mercado la expectativa es que la compañía productora del Estado se fortalezca, pero eso no ha pasado», declaró Padilla.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) especificó en abril que para recibir la inyección de capitales, Pemex deberá comprometerse a reducir su pasivo, el cual asciende a un billón 474 millones 008 mil 528 pesos. Asimismo, deberá implementar mecanismos para gestionar adecuadamente el pasivo.
«Eso [el pasivo y la deuda] es un gran pedazo, incluso para el Gobierno», afirmó Padilla. «El Gobierno Federal ofreció una cantidad mínima, pero no es una solución a largo plazo».
En marzo pasado, Moody’s ajustó la perspectiva de la calificación de México de estable a negativa porque el débil rendimiento económico y las continuas dificultades externas, así como la situación de Petróleos Mexicanos, aumentan el riesgo de que la deuda no se estabilice por Encima del horizonte de calificación e inclusive la aumente más del 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
El mismo día, Moody’s de México bajó la calificación de Pemex de Baa1 a Baa3 con perspectiva negativa porque los débiles indicadores crediticios que muestra empeorarán conforme continúen financiando sus inversiones de capitales con fuentes externas ante los bajos precios del petróleo.
Pemex, administrada por José Antonio González Anaya, combate un problema de liquidez. Tiene un adeudo por 147 mil millones de pesos con más de mil proveedores y los precios del petróleo siguen a la baja.
Sin embargo, los inversores de deuda aún no presionan el botón de pánico. «Somos conscientes de las luchas de Pemex», dijo a Euromoney Jack McIntyre, analista de Brandywine Global. «Los bajos precios del petróleo claramente han presionado a Pemex y a México, pero pensamos que estamos siendo compensados».
De 2016 a 2018, Moody’s de México estima que la producción de Pemex bajará en promedio 5 por ciento anual como consecuencia de una capacidad “limitada» para realizar las inversiones que se requerirían para estabilizar la producción.
De acuerdo con su último reporte trimestral, la producción de petróleo crudo de Pemex fue en promedio de 2 mil 230 millones de barriles, un 3 por ciento inferior al promedio del primer trimestre de 2015.
Los bajos precios del petróleo y la elevada carga fiscal seguirán siendo los factores principales que generen el flujo de efectivo libre negativo.
Petróleos Mexicanos reportó en abril a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que tuvo una pérdida neta por 62 mil millones de pesos en el primer trimestre de 2016, menor de los 100 mil 546 millones de pesos informados en el mismo periodo del año pasado.