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Pablo Ruíz Galindo Covarrubias

07/04/2014 - 12:00 am

La Historia de Martha con Oportunidades

La misión del programa de Oportunidades del Gobierno Federal es “coordinar acciones interinstitucionales para contribuir a la superación de la pobreza mediante el desarrollo de las capacidades básicas de las personas y su acceso a mejores oportunidades de desarrollo económico y social”. El Programa tiene diversas condiciones que hace a un ciudadano ser o no […]

La misión del programa de Oportunidades del Gobierno Federal es “coordinar acciones interinstitucionales para contribuir a la superación de la pobreza mediante el desarrollo de las capacidades básicas de las personas y su acceso a mejores oportunidades de desarrollo económico y social”. El Programa tiene diversas condiciones que hace a un ciudadano ser o no ser un posible beneficiario, pero pueden existir otros factores que afecten.

Martha Marín es una mujer de 29 años, madre soltera de 2 hijos, Miguel de 12 años y Ana Paola de 5 años. Vive en Rancho Morelos, San José Villa de Allende en el Estado de México y mantiene a su mamá y a sus hijos. “Para mí fue fácil darme de alta en Oportunidades porque por ejemplo, llegó un señor representante a anotarnos en la lista y como al año y medio ya salimos inscritas en el programa”, cuenta Martha, inscrita desde hace 4 años al programa. Para Martha, el trámite de año y medio le parece corto porque algunas de sus compañeras y amigas han tardado más.

Miguel, hijo de Martha va en 5º de primaria, y desde 3º de primaria pudo estar inscrito en el Programa, que consiste en el apoyo económico para la mamá y la beca educativa para él. Durante su 4º año de primaria, por problemas con los papeles, no apareció en las listas de Oportunidades y Martha tuvo que pagar su colegiatura, sin recibir el apoyo económico que le correspondía.

Actualmente Martha debe recibir un apoyo de 1,700 pesos al bimestre 1,00 pesos de su participación en el programa, 500 pesos de la participación de su hijo y 200 pesos de la participación de Ana Paola su hija). En caso que ella sea dada de baja, deja de recibir cualquier tipo de apoyo, incluyendo el de sus hijos. Este bimestre, Martha no recibió dinero en su tarjeta. Habló al 018005005050 y le pidieron que hablara a las oficinas del Estado de México al 017222139869, en donde la respuesta fue que el dinero no había sido depositado porque tenía registradas 2 faltas en el bimestre de noviembre y diciembre del año pasado. Por ello, le piden acudir a las oficinas que están en Donato Guerra en el Estado de México, que están, según estima, a una hora de su casa aproximadamente. Martha comenta que no le han podido decir si está dada de baja del programa o no, tiene que ir personalmente a las oficinas que le indicaron.

Martha sabe que para que no la den de baja de Oportunidades debe acudir a unas pláticas, principalmente de salud, que les dan unas enfermeras. Si llega a las 3 faltas, la dan de baja. Esto Martha lo sabe porque se lo han dicho las enfermeras, pero no recibió papeles con el reglamento o los requisitos. Las pláticas son cerca del pueblo en el que vive y su trabajo está en la Ciudad de México. Ella tuvo 2 faltas en el periodo que le indican. La primera falta se debió a que el día de la plática, día que pidió permiso en su trabajo para poder asistir, las enfermeras, sin haber avisado con anticipación, no llegaron porque estaban en unos cursos en Valle de Bravo, y la plática la dieron al día siguiente. “Como pedí permiso en mi trabajo nada más para ir y venir, y me hago como 4 horas de camino, yo no me podía quedar un día más y por eso me pusieron la falta”. El día agendado para la plática, Martha estaba presente. La segunda falta se debió a cuestiones de trabajo, y no asistió a las pláticas.

Para Martha, que es parte de “los ciudadanos que menos tienen” (que según  anuncios del Gobierno deben ser los beneficiarios principales de los programas sociales), el castigo por 2 faltas le costó 1,700 pesos este bimestre. Martha necesita de ese dinero para que, junto con el sueldo de su trabajo, cubra sus necesidades básicas. Sumado a eso, tiene que pagar el viaje a Donato Guerra que calcula le va a salir en 300 pesos, más aproximadamente 100 o 200 pesos para comer, porque está pensando que le va a tomar todo el día. Martha tiene la esperanza de que en 8 meses le resuelvan. Los procesos, no cabe duda, son deficientes. “Los que menos tienen” pagan precios altos para poder recibir la atención que el gobierno está obligado a darles.

Todas las Marthas viven con obstáculos constantes, el ejecutivo no se entera o prefiere no enterarse, los legisladores faltan más de 2 veces, y México sigue caminando cojo.

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Pablo Ruíz Galindo Covarrubias
Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana. Abogado practicante y Escritor.
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Pablo Ruíz Galindo Covarrubias
Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana. Abogado practicante y Escritor.
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Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana. Abogado practicante y Escritor.
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