Los dirigentes sindicales montaron un acto multitudinario a las puertas del Ministerio de Producción, en el centro de Buenos Aires, completamente colapsado por las diferentes columnas de manifestantes, no solo de gremios sino también de agrupaciones políticas de oposición y organizaciones de pequeños y medianos empresarios y comerciantes.
Buenos Aires, 7 mar (EFE).- La mayor central sindical de Argentina realizó hoy en Buenos Aires una masiva movilización de protesta contra la política económica del Gobierno de Mauricio Macri y amenazó con convocar a una huelga nacional para finales de este mes o inicios de abril si el Ejecutivo no rectifica el rumbo.
«Vamos a ir a una medida de protesta para que el silencio ensordecedor de una medida de fuerza le haga ver al Gobierno», advirtió Juan Carlos Schmid, uno de los integrantes del triunvirato que lidera la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central obrera de Argentina.
Los dirigentes sindicales montaron un acto multitudinario a las puertas del Ministerio de Producción, en el centro de Buenos Aires, completamente colapsado por las diferentes columnas de manifestantes, no solo de gremios sino también de agrupaciones políticas de oposición y organizaciones de pequeños y medianos empresarios y comerciantes.
La protesta fue convocada en reclamo al Gobierno de Macri por sus políticas económicas que, a juicio de los sindicatos, dañan el tejido productivo argentino y generan la destrucción de puestos de trabajo, un diagnóstico que el Ejecutivo no comparte en absoluto.
Los reclamos gremiales al Gobierno no son nuevos: el año pasado los dirigentes sindicales llevaron sus demandas a una «mesa de diálogo» con las patronales convocada por el Ejecutivo, pero las conversaciones naufragaron porque, según los gremios, los empresarios incumplieron los compromisos para evitar los despidos.
«El diálogo se interrumpió por la actitud mezquina del empresariado y porque se quebró la confianza con los interlocutores del Gobierno», afirmó Schmid.
Los líderes sindicales advirtieron al Gobierno que no aceptarán que se les impongan límites a las alzas salariales que se negocian, ni flexibilizaciones en las normas laborales o intentos de dividir el movimiento obrero.
Además, responsabilizaron al Ejecutivo por la «absoluta falta de política de inversiones en actividades productivas», denunciaron que las «importaciones están liquidando la producción nacional» y advirtieron que se multiplican los despidos y suspensiones, que muchos pequeños y medianos productores no pueden cubrir sus costes y que por la inflación se hace cada vez más difícil llegar a final de mes para los asalariados.
«Esta CGT no va a permitir que nos quieran poner techo para las discusiones paritarias porque nosotros vamos a discutir en cada sector la posibilidad de recuperación del salario perdido», dijo en el acto Carlos Acuña, otro de los integrantes de la cúpula de la central obrera.
Acuña recordó que el año pasado los gremios aceptaron alzas salariales de entre el 25 y el 30 por ciento a partir de una previsión oficial de la inflación del 24 por ciento que, finalmente, terminó siendo del 40 por ciento.
«Si no hay rectificación a las políticas vamos a hacer una medida de fuerza antes de fin de mes. Va a haber paro, pero el paro tiene que ser como esta marcha, acompañado por todos los sectores de la sociedad», dijo Héctor Daer, otro de los integrantes del triunvirato de la CGT.
La movilización de hoy, que terminó con algunos disturbios menores durante la desconcentración, coincidió con la segunda jornada de huelga nacional decretada por los gremios de maestros, sin acuerdo en sus negociaciones salariales, en un contexto de crecientes protestas sindicales en distintos sectores.
El Gobierno de Macri cuestionó la concentración al considerar que los indicadores económicos marcan una incipiente recuperación de la actividad económica y en la creación de empleo y liga la protesta de la CGT, de tradición peronista, con intereses políticos en un año que estará marcado por los comicios legislativos de octubre.
«Muchos dirigentes gremiales no están siendo lo más francos posibles sobre el rumbo económico del país, que va a ser de crecimiento este año», dijo hoy el jefe de Gabinete, Marcos Peña en su cuenta de Twitter.
Peña aseveró que todas las acciones del Gobierno «tienen como foco generar más puestos de trabajo» y dijo que el Ejecutivo tiene las «puertas abiertas» para dialogar con los sindicatos, pero, advirtió, «lamentablemente, este año la política electoral se está mezclando con la agenda de trabajo que tenemos que hacer en conjunto».