Además de insensible o fuera de la realidad, la publicidad de Coca-Cola ha evidenciado que la empresa tomará partido en temas de interés público si con ello logra incrementar sus ganancias. Además, pone al descubierto la falta de regulación gubernamental, informaron organizaciones civiles.
Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).– Con su publicidad, Coca-Cola, una de las empresas más grandes del mundo, no sólo está cruzando la frontera entre lo económico y político, sino que además evidencia la debilidad del Estado para sancionar mensajes insensibles, opinaron activistas.
Alejandro Calvillo Unna, director general del Poder del Consumidor, las campañas publicitarias de la refresquera ni siquiera hablan del producto, sino que utilizan valores básicos o de ideas que no están conectadas con el mundo real y por ello caen en la insensibilidad, desigualdad o división.
Sobre la última campaña de año nuevo en Rusia, donde Coca-Cola difundió en sus redes sociales un mapa sin incluir a Crimea, península en disputa entre el Estado ruso y el ucraniano, Calvillo mencionó que la firma incluso ha tomado una postura política si ve ganancia en ello.
«Ellos van a hacer y van a mover sus fichas políticas tanto como puedan. El fin es económico. Ellos podrán incluso negociar con regímenes para que los dejen vender su producto. Ellos trabajan para tener más ganancias, para cada tres meses poder presentar a sus accionistas mayores ingresos», refirió Calvillo Unna.
Para Carlos Ventura, colaborador del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, la empresa ha rebasado la frontera entre lo económico y lo político y puede tomar una postura en temas de interés público, ante la falta de regulación de publicidad, como fue el caso de su campaña «Abre tu corazón», la cual tuvo un spot en la comunidad mixe de Totontepec, Oaxaca, en la cual se acusa que hubo discriminación, situación que ya investiga el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
«Este tipo de publicidad pasa por encima de los derechos y la dignidad de pueblos y personas. Por vemos que rebasan los límites, y los rebasan por la ausencia del Estado, que no protege ni garantiza… lo cual está provocando este tipo de experiencias», aseveró.
Ventura agregó que el contrapeso de los mensajes de Coca-Cola no está viniendo del Gobierno, sino de la ciudadanía. «Las personas se están dando cuenta que no sólo se les está violando su derecho a la información sino hay otras afectaciones, como la discriminación», dijo.
La semana pasada, la firma estadunidense publicó un mapa sin incluir a Crimea, lo cual provocó indignación entre usuarios de redes sociales. Luego del incidente, la refresquera borró el contenido y subió uno nuevo incluyendo la península en disputa, además de ofrecer disculpas.
Sin embargo, en Ucrania la publicidad provocó que sus ciudadanos llamaran a un boicot contra Coca-Cola.
No es la primera vez que Coca-Cola se suma a temas coyunturales. En septiembre pasado, justo en el «Mes de la Herencia Hispana de Estados Unidos», sacó la campaña #OrgullosoDeSer (añadiendo un apellido latino en cada etiqueta de sus botellas). A pesar que la empresa no lo confirmó, aquella estratégia surgió tras las declaraciones recistas de Donald Trump, quien aspira a ser candidato republicano a la Presidencia de EU.
En México, en el caso de la comunidad mixe, diversas organizaciones denunciaron que en el spot hubo elementos de discriminación, a reforzar estereotipos.
Además, dijeron que el video impone la cultura del consumo, retrata a indígenas como subordinados y rompe con los tratados internacionales de los pueblos originarios.
El comercial de Coca-Cola retrata a un grupo de jóvenes que lleva un mensaje a una población mixe durante fiestas decembrinas. Sin embargo, las organizaciones y la comunidad aseguran que existe discriminación, pues ese tipo de festividades son ajenas al pueblo indígena, rompen con la dinámica comunitaria y son exhibidos como personas “ayudadas” por gente de fuera.
La comunidad mixe presentó un video, utilizando el comercial de Coca-Cola, donde se informa sobre las condiciones, riesgos, enfermedades, costumbres del pueblo y además le respondió a la empresa con un mensaje: “Para permanecer unidos, debemos proteger nuestra dignidad, nuestra salud y nuestra cultura”.
“El reforzamiento de estereotipos vinculados a pueblos indígenas en este tipo de publicidad, como ahora lo hace la empresa Coca-Cola, genera dos cosas: por un lado, la posición de privilegio de ciertos grupos identificados con una cultura creada por el mercado de consumo, por tanto de subordinación de los pueblos indígenas ante éstos. Y por otro lado, se reproduce una visión asistencialista y ausente de un enfoque de derechos humanos”, comentó la activista mixe Elvira Constantina Pablo Antonio, colaboradora de ASER Litigio AC.
Por su parte, El Poder del Consumidor solicitó en diciembre al Gobierno del Distrito Federal (GDF) el retiro del árbol de navidad, el cual tenía publicidad de Coca Cola y fue instalado en la plancha del Zócalo capitalino.
La organización calificó de incongruente la labor del GDF, pues 16 de diciembre presentó el programa “Ciudades Cambiando la Diabetes”, esto tras las incesantes cifras negativas de obesidad, diabetes y sobrepeso de México.
Tal programa y otros como “Estrategia de la Ciudad de México para la Prevención y el Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes”, que el Jefe de Gobierno del DF lanzó en julio de este año, refuerzan la incongruencia del GDF, informó la organización.