Dice mi mujer que el año tiene once meses y una pesadilla. Y esa pesadilla es esta: la pesadilla en la que todos salimos a la calle al mismo tiempo a hacer las mismas cosas, y eso que todavía no comienza el Maratón Guadalupe-Reyes. Y sí, son muy bonitas las lucecitas y las lucecitas de los faros de los coches contribuyen al caos organizado, pero yo quisiera pensar en una Navidad escalonada, que cada quien la celebre en una época distinta del año, o si aboliéramos la Navidad…».
Por Nicolás Alvarado