Un estudio del Centro de Referencia Veterinaria Ralph en Reino Unido, identificó en dos gatos y un perro la variante Alfa del SARS-CoV-2, luego de que sus propietarios también dieron positivo a COVID-19.
Madrid, 6 de noviembre (EuropaPress).- Un nuevo estudio publicado en la revista Veterinary Record ha revelado los perros y los gatos pueden infectarse con la variante Alfa del SARS-CoV-2, que se detectó por primera vez en el sureste de Inglaterra y que se conoce comúnmente como la variante de Reino Unido o B.1.1.7.
El estudio describe la primera identificación de la variante Alfa del SARS-CoV-2 en animales domésticos: dos gatos y un perro dieron positivo en la PCR, mientras que otros dos gatos y un perro mostraron anticuerpos entre dos y seis semanas después de haber desarrollado signos de enfermedad cardíaca.
Infection with #SARSCoV2 variant B.1.1.7 detected in a group of dogs and cats with suspected myocarditis – study highlights the risk that companion animals can become infected with the virus.https://t.co/RBIkDRgPan
— Dr Joe Pajak FRSC CSci ? NHS FT Governor (@JoePajak) November 5, 2021
Muchos de los propietarios de estas mascotas habían desarrollado síntomas respiratorios varias semanas antes de que sus mascotas enfermaran y también habían dado positivo en COVID-19. Todas estas mascotas presentaron un inicio agudo de la enfermedad cardíaca, incluida una miocarditis grave (inflamación del músculo cardíaco).
«Nuestro estudio informa de los primeros casos de gatos y perros afectados por la variante Alfa de la COVID-19 y pone de relieve, más que nunca, el riesgo de que los animales de compañía puedan infectarse con el SARS-CoV-2», explica el autor principal Luca Ferasin, del Centro de Referencia Veterinaria Ralph en Reino Unido.
«También informamos de las manifestaciones clínicas atípicas caracterizadas por graves anomalías cardíacas, que es una complicación bien conocida en las personas afectadas por el COVID-19 pero que nunca se había descrito en los animales de compañía. Sin embargo, la infección por COVID-19 en los animales de compañía sigue siendo una afección relativamente rara y, según nuestras observaciones, parece que la transmisión se produce de los seres humanos a los animales de compañía, y no a la inversa.»