El primer caso en el mundo fue el de un hombre de 77 años, por lo que fue bautizado como el «síndrome del ano inquieto», el cual podría estar vinculado con los síntomas posteriores a la COVID-19.
Ciudad de México, 6 de octubre (SinEmbargo).- El pasado mes de septiembre, un equipo de médicos publicó en BMC Infectious Diseases un informe que identificó el primer caso de «síndrome del ano inquieto» en un japonés de 77 años con esta peculiar afección luego de pasar 21 días en recuperación por enfermar de COVID-19. Actualmente, los expertos estudian si esta dolencia tiene relación directa con los síntomas post COVID.
¿QUÉ ES EL SÍNDROME DEL ANO INQUIETO?
El caso reportó que, aunque el varón mejoró satisfactoriamente, algunas semanas después del alta hospitalaria comenzó a experimentar «molestias anales profundas» que le llevaban a acudir al baño constantemente, sin conseguir alivio luego de evacuar.
Neues von der #LongCovid-Front aus ??
«Restless Anal Syndrome» – Über «ein unruhiges, tiefes anales Unbehagen, etwa 10 cm von der Dammregion entfernt» berichtet @biomedcentral ?https://t.co/wSo8DgxuvS pic.twitter.com/XNBI7V1BHY
— Karl-Heinz Karch ??⚪ (@khkarch) October 6, 2021
Los síntomas del hombre empeoraron al descansar, estar en reposo y durante las noches. El paciente percibió mejorías al hacer ejercicio.
Luego de acudir a realizarse estudios médicos, la colonoscopía del paciente reveló hemorroides internas sin otro tipo de lesiones rectales que pudieran explicar los malestares.
«Los hallazgos neurológicos, incluyendo el reflejo tendinoso profundo, la pérdida de sensibilidad en el periné y la lesión medular, no revelaron anomalías», señalaron.
Si bien los expertos continúan estudiando el caso, explican en su informe que el nuevo coronavirus tiene un amplio espectro de síntomas, entre los que se encuentran respiratorios y nasofaríngeos, además de cerebrovasculares y neuronales, por lo que podría existir un vínculo entre este caso y el virus.
UNA VARIANTE DEL SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS
En el informe, titulado «Case report of restless anal syndrome as restless legs syndrome variant after COVID-19», los especialistas indican que la afección sería una variante del síndrome de las piernas inquietas (SPI), un trastorno neurológico y sensoriomotor común muy poco diagnosticado.
La investigación lo identificaría así ya que cumple con cuatro características básicas del SPI: necesidad de moverse, empeoramiento con el reposo, mejora con el ejercicio y empeoramiento por la noche, aunque «no se observaron antecedentes familiares de SPI ni movimientos periódicos de las extremidades».
De acuerdo con los expertos, a la fecha no se ha publicado ningún caso de síndrome de las piernas inquietas asociado al nuevo coronavirus.
Los autores mencionan que este caso puede mostrar los impactos neuropsiquiátricos de la COVID-19, por lo que esta clase de efectos a largo plazo deben seguir monitoreándose.
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