«La idea del proyecto es demostrar que la gente que está en la cárcel es totalmente recuperable a través de un proyecto de moda y de fashion que ya tiene hoy en día presencia no sólo en México sino en varios país del mundo», explicó Jorge Cueto, fundador de Prisión Art.
Ciudad de México, 6 de octubre (SinEmbargo).- Jorge Cueto pasó un año en el penal de Puerta Grande en Jalisco donde pudo darse cuenta de lo que se vive dentro de las cárceles mexicanas; al salir también pudo notar los problemas de reinserción social a los que se enfrentan las personas que han estado encarceladas, así nació Prisión Art.
Durante el año que Cueto pasó en el penal consiguió una mesa en donde los artesanos podían trabajar y ofrecer sus productos dentro de esta prisión, la gente hacía tatuajes y piteado, una artesanía característica de Guadalajara; actividades que se convirtieron en la base del proyecto que Jorge desarrollaría.
«Este proyecto empezó hace seis años con la idea de confrontar a los grupos de crimen organizado para que no contrataran a los muchachos y muchachas que iban saliendo de la cárcel, de esa forma empezó», dijo Jorge en entrevista a Magazine.
«Lo que pasa es que yo estuve en la cárcel un año y ahí pude ver la difícil situación que se pasa dentro de las cárceles donde la corrupción, la violencia, la tortura es el pan nuestro de cada día y lo que decidimos fue implementar este proyecto con la idea de capacitar primero a los chavos para que pudieran hacer algo porque la mayoría de la gente que está en la cárcel son muy jóvenes y no tienen prácticamente ninguna educación ni preparación ni nada entonces lo primero fue ayudarlos a capacitarse, después iniciamos un proceso para ayudar en su rehabilitación y al final decidimos darles trabajo a todos aquellos que cumplieran con las reglas del proyecto».
-¿Quién se encarga de los diseños?
-Todo el proyecto empezó porque inventamos un procedimiento para tatuar el cuero entonces todas las piezas que ves prácticamente todas son tatuadas, lo mismo que si tatúas el cuerpo humano pero se tatúa cuero y con ese cuero tatuado los que cumplen la calidad se convierten en bolsos y los que no cumplen la calidad se destruyen, la cosa es que todo se le paga a los muchachos, los que están bien y los que están mal. Y sí claro, nunca repetimos una pieza, lo cual es fascinante porque todos los diseños nosotros lo que hacemos en la oficina es diseñamos el bolso como quien dice y después la piel la tatúan los muchachos con lo que quieren, está sensacional.
El primer paso es capacitar a las personas para poder integrarse a Prision Art y crear diseños que puedan plasmar en bolso o cartera. «La capacitación es una mezcla, una fusión rara entre tatuaje, diseño de modas, arte y marroquinería. Tiene como resultado una línea de productos de piel de lujo que se comercializa bajo la marca Prision Art», contó Jorge.
REINSERCIÓN SOCIAL
Cueto explicó que además de los prejuicios y estigmas que tiene la sociedad de una persona que estuvo en la cárcel, que sin duda influyen, también juega un papel importante la alta cantidad de población de las prisiones y de personas liberadas que no logran la reinserción social.
«Hay una estigmatización grandísima pero aparte el número de personas que está en la cárcel y que sale todos los días es altísimo, en la cárcel tenemos más de 200 mil personas en México y cada año obtienen la libertad 35 mil, entonces imagínate 35 mil personas que no se pueden reinsertar, que no pueden tener un trabajo en una empresa, que no pueden ganarse la vida digamos como el resto de la población y que lo que ocasiona es que normalmente hace que delincan otra vez y vuelvan a cometer un crimen».
Prison Art actualmente se encuentra en 8 cárceles diferentes: una en la Ciudad de México, tres en Hidalgo, tres en Jalisco y una más en Querétaro y conforme la marca va creciendo se aumenta el número de trabajadores y de prisiones.
«La idea del proyecto es demostrar que la gente que está en la cárcel es totalmente recuperable a través de un proyecto de moda y de fashion que ya tiene hoy en día presencia no sólo en México sino en varios país del mundo».
Jorge contó que hay jóvenes que trabajan en Prision Art y están estudiando porque el proyecto les cambia la visión de la vida. «La verdad tenemos inclusive muchachos que están en la universidad pagados por nosotros los cuales están estudiando diseño, administración psicología; tenemos varios que están a punto de terminar la preparatoria y que la idea es que sigan estudiando la universidad y que sigan trabajando con nosotros. Yo creo que es un proyecto de vida diferente al que ellos tenían como expectativa, tenían una expectativa cuando estaban en la cárcel muy complicada la verdad y hoy en día tienen una forma de ganarse la vida muy diferente en paz con la sociedad y ganando bien porque trabajamos con comercio justo»
TRABAJO ARTESANAL
Prisión Art cuenta con bolsos, carteras, backpacks y ahora también sombrillas con diseños hechos por sus trabajadores que plasman a través de una técnica de tatuaje en la piel de los productos por lo que cada uno es diferente. «Cada producto es totalmente distinto y cada producto lo que trata de promover es la individualidad tanto del que hace la bolsa como de quien lo usa para que nadie tenga una bolsa igual a la tuya», explicó Jorge.
-¿Cómo ha sido el recibiendo de los consumidores cuando se enteran de la historia que hay detrás de las piezas?
-Al principio teníamos mucho miedo de que el público mexicano, una sociedad mexicana tan lastimada que le habían robado, asaltado, agredido etc., pues no iba a querer el proyecto, entonces siempre nos enfocamos hacia lugares turísticos para tratar de captar los clientes internacionales de turismo; empezamos a abrir en San Miguel de Allende, Playa del Carmen, después Cancún; pero vimos que muchos de los clientes eran mexicanos, al mexicano le encantaba el producto y la acción social que estábamos realizando y el impacto que estábamos generando, entonces ya empezamos a abrir tiendas en la Ciudad de México y Valle de Bravo etc. y hoy en día la opción de compra con causa al mismo tiempo que es un producto de lujo, muy bien hecho, con buenos materiales que está en tendencia de moda, etcétera ha tenido una gran aceptación.
REHABILITAR, NO CASTIGAR
«Yo creo que en México la gente que está en la cárcel está totalmente olvidada; es un problema que ya lleva muchísimos años y que no se ningún interés de ninguno de los gobiernos que hemos tenido para cambiarlo», explicó el fundador de Prison Art. De acuerdo con Jorge Cueto la clave está en rehabilitar, aspecto que influirá en su reinserción social.
«El problema de México es que las cárceles son brutales y están hechas para castigar no para rehabilitar entonces cuando la gente sale de la cárcel sale sin preparación sin apoyo, sale resentida, lastimada y sin ninguna opción para poder empezar una vida nuevamente y lo primero que hace es reincidir. Eso aunado a que las cárceles en México no están sectorizadas, conviven todos los delitos juntos, o sea no importa si tú fuiste a la cárcel por robarte unas cervezas en una tienda de conveniencia, estás junto con los narcotraficantes, secuestradores, asesinos, violadores etc. entonces lo que hacen es que se crea una especie de comunidad al interior de las cárceles que, cuando obtienen la libertad, esas comunidades se extienden afuera y los muchachos que entraron por cualquier cosa acaban trabajando para los carteles», explicó Cueto.