Lermanda explicó que la respiración que habían detectado el pasado jueves, 30 días después de la explosión, era la de otros rescatistas que había en ese momento dentro del edificio derruido.
Beirut, 6 sep (EFE).- El equipo de rescate Topos Chile, desplazado hasta Beirut para la búsqueda de cuerpos tras la devastadora explosión de hace un mes, han descartado definitivamente que haya signos de vida entre los escombros de un edificio donde hace unos días creyeron detectar una persona respirando.
«Técnicamente, no hay signos de vida», declaró el jefe del grupo de voluntarios chilenos, Francisco Lermanda, informó este domingo la oficial Agencia Nacional de Noticias (ANN).
Lermanda explicó que la respiración que habían detectado el pasado jueves, 30 días después de la explosión, era la de otros rescatistas que había en ese momento dentro del edificio derruido.
Los integrantes de Topos Chile en Beirut creyeron haber detectado la presencia de una persona con vida entre los escombros dejados por la gigantesca explosión cuando uno de sus perros de rescate se sentó en dos ocasiones diferentes en un mismo punto, marcando la presencia de cuerpos.
Mediante un escáner de temperatura y de ruido detectaron lo que interpretaron como dos cuerpos y unas pulsaciones muy débiles y una respiración en uno de ellos, por lo que comenzaron a excavar tres túneles para llegar al lugar donde pensaban que estaban estos cuerpos.
El antecedente del terremoto de Haití de 2010, donde hallaron una persona con vida tras 28 días atrapada entre los escombros les insufló esperanzas, pero tras tres días de trabajo han descartado la posibilidad de encontrar a alguien vivo en ese lugar.
Al menos tres personas siguen desaparecidas más de un mes después de la tragedia que sacudió la capital del Líbano, cuando dos mil 750 toneladas de nitrato de amonio explotaron en el puerto de la ciudad por causas que todavía se desconocen, provocando ingentes destrozos en varios barrios de los alrededores.
Hasta ahora se han contabilizado 191 muertos y más de seis mil 500 heridos y unas 300 mil personas se han quedado sin hogar.