Los negociadores de México y Estados Unidos incluyeron un anexo dentro del TLCAN que favorece a las grandes corporaciones de alimentos y bebidas, denunció la Alianza por la Salud Alimentaria que agrupa a 33 organizaciones del país.
De acuerdo con las organizaciones, el acuerdo establece que ninguno de los países firmantes podrá establecer un etiquetado frontal de advertencia en alimentos y bebidas que permita a los consumidores tener información clara para realizar elecciones más saludables.
La propuesta del anexo estaba soportada por la industria de alimentos y bebidas de los Estados Unidos a través de la Grocery Manufacturers Association, mientras que por el lado mexicano, los negociadores apoyaban este anexo en acuerdo con la asociación ConMéxico.
Ciudad de México, 6 de septiembre (SinEmbargo).– México y Estados Unidos aprovecharon la ausencia de Canadá para favorecer, dentro de un anexo del nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), los intereses comerciales de las grandes corporaciones de alimentos y bebidas, poniendo en riesgo la salud de sus poblaciones, denunció la Alianza por la Salud Alimentaria que agrupa a 33 organizaciones del país.
“En un anexo del tratado comercial, promovido por esta industria con la complicidad de los gobiernos de Estados Unidos y México, se establece que ninguno de los países firmantes podrá establecer un etiquetado frontal de advertencia en alimentos y bebidas que permita a los consumidores tener información clara para realizar elecciones más saludables”, destacaron las organizaciones.
El pasado 12 de marzo, la Alianza por la Salud Alimentaria advirtió la existencia de este anexo que fue presentado por el representante comercial de los Estados Unidos. Días después, el 20 de marzo, el New York Times se refirió a este documento que establece que no debería haber ningún símbolo, forma o color que “denote de manera inapropiada que existe un daño por el consumo de comidas o bebidas no alcohólicas”.
La propuesta del anexo estaba soportada por la industria de alimentos y bebidas de los Estados Unidos a través de la Grocery Manufacturers Association. Por el lado mexicano, los negociadores apoyaban este anexo en acuerdo con la asociación ConMéxico.
Al darse a conocer este documento, el representante de Canadá en las negociaciones se opuso públicamente a esta prohibición ya que su país está realizando una consulta para implementar un etiquetado frontal de advertencia.
La prohibición establecida en el anexo impediría que se lleve a cabo la recomendación del establecimiento urgente de un etiquetado frontal de advertencia en México que recientemente formuló un grupo de más de 30 expertos en nutrición y salud pública, que incluye a los directores del Instituto Nacional de Salud Pública, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, así como decenas de miembros de la Academia Nacional de Medica y del Sistema Nacional de Investigadores.
Yarishdy Mora, coordinadora de la Coalición ContraPESO declaró que “es necesario cambiar el sistema de etiquetado frontal (GDA- Guías Diarias de Alimentación) establecido en México por un sistema de información al consumidor con suficiente sustento científico y libre de conflicto de intereses comerciales, toda vez que el etiquetado vigente en la actualidad resulta incomprensible e incumple con la función para la que fue creado”.
Javier Zúñiga, coordinador del área jurídica de El Poder del Consumidor sostuvo que tanto los paneles de arbitraje comercial internacionales como la Organización Mundial del Comercio han reconocido que cualquier política de salud pública que tomen los Estados se encuentra por encima de los tratados comerciales. “Tenemos como ejemplos recientes los casos de Philip Morris contra Uruguay o él de Philip Morris contra Australia”, mencionó.
En ambos casos, los países establecieron serias restricciones a los empaquetados de tabaco, razón por la que fueron demandados en paneles internacionales. Al final, los órganos internacionales establecieron que los Estados tienen la facultad de establecer las medidas de salud pública necesarias para proteger a su población pese a cualquier tratado comercial firmado.
Sin embargo, advirtieron las organizaciones, en el caso de violar la prohibición de establecer un etiquetado frontal de advertencia, el Gobierno de Estados Unidos podría tomar represalias sin pasar por ningún organismo internacional de controversias.
La Alianza por la Salud Alimentaria dijo que la prohibición de etiquetados frontales de advertencia en las negociaciones comerciales de México con Estados Unidos trastoca los derechos soberanos de cada nación para proteger el derecho a la salud de sus ciudadanos y responde a una maniobra internacional de la industria de alimentos y bebidas.
“En México hemos sido testigos de cómo la industria, a través de ConMéxico y en alianza con Cofepris, ha establecido un etiquetado que no es entendible e induce al consumo de altas cantidades de azúcar. ConMéxico y Cofepris se han opuesto a la sentencia de un juez que obligaría al cambio de este etiquetado. ConMéxico, por el lado mexicano, y la Grocery Manufacturers Association, por el lado estadounidense, dominan esta negociación para impedir que nuestros gobiernos puedan tomar decisiones soberanas para combatir la epidemia de obesidad”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
Estados Unidos, Canadá y México llevan un año inmersos en las negociaciones del TLCAN, que confiaban en concluir en 2017. Para muchos sectores de México el tratado ha sido devastador, tanto en el tema de la mano de obra, como en el campo y la salud. Hoy, México tiene la segunda tasa más alta de obesidad en el mundo, sólo superada por los Estados Unidos. Siete de cada diez mexicanos tienen sobrepeso y tres de cada diez son clínicamente obesos.
Junto con la epidemia de obesidad han proliferado otras enfermedades devastadoras para la salud. La diabetes tipo 2 es ahora la principal causa de muerte en México, y el gobierno gasta miles de millones de dólares tan sólo en enfrentar la enfermedad y sus complicaciones. En un país con altos costos de salud que se deben cubrir del bolsillo propio, muchos van a la quiebra tratando de cubrir sus gastos médicos.
Datos de la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) de 2016 revelan que el 36.9 por ciento de los adolescentes en México viven con sobrepeso u obesidad, y la cifra llega a 72.5 por ciento en la edad adulta, mientras que en 2006 cerca de 1.5 millones de menores de cinco años sufrían desnutrición crónica.
Académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) también señalan que un 30 por ciento de los niños con sobrepeso y obesidad en México presenta un estado prediabético.
ONGs DE EU Y CANADÁ RECHAZAN ACUERDO
El doctor Jim Krieger, director ejecutivo de la organización Healthy Food America y profesor del área de Medicina y Servicios de Salud en la Universidad de Washington, declaró que “la gran industria de alimentos y bebidas está detrás de esta propuesta, siguiendo el manual de estrategia desarrollado por la gran industria de tabaco, de emplear los acuerdos comerciales para bloquear políticas de salud pública que ellos perciben como amenazas para sus ganancias. No se debe usar el TLCAN para restringir la capacidad de los países de proteger la salud de sus ciudadanos”.
Peter G. Lurie, presidente del Centro para la Ciencia en el Interés Público (Center for Science in the Public Interest-CSPI) de los Estados Unidos, mencionó que una de las cosas más importantes que los gobiernos nacionales podrían hacer para reducir la carga de diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, cáncer y otros problemas de salud asociados con la dieta sería requerir el etiquetado nutrimental frontal en alimentos procesados.
“Estos sistemas podrían informar a los consumidores a simple vista si un alimento cumple con sus necesidades e incentivaría a compañías a competir con base en la nutrición. Por ejemplo, el etiquetado frontal chileno estimuló la reformulación de muchos productos empaquetados, en lo que las compañías se apresuraron para evitar tener que señalar ‘alto en sal’ o ‘alto en azúcares’ en los empaques”, refirió.
Manuel Arango, director de Políticas Públicas, Incidencia e Interlocución, Heart & Stroke Foundation of Canada, también se pronunció en contra del anexo sobre el etiquetado frontal: «Hemos recordado al gobierno canadiense que nuestra organización, la Heart & Stroke Foundation of Canada, en conjunto con nuestros aliados, nos hemos opuesto reciente y determinadamente al uso erróneo de las negociaciones del TLCAN de tal manera que pudiera amenazar la salud pública. En particular, sentimos que el gobierno canadiense debe seguir el desarrollo expedito de su propuesta de etiquetado frontal nutrimental y esto no debe ponerse en la mesa de negociación durante las discusiones del TLCAN”.