Ciudad de México, 6 de agosto (SinEmbargo).—Integrantes de organizaciones civiles que representan a la comunidad de mujeres transgénero pidieron a representantes del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) que se pronuncie para que los homicidios cometidos hacia este grupo sean clasificados como feminicidios en México. Además, exigieron mecanismos que les garanticen una vida libre de discriminación y violencia.
En el marco de la preaudiencia Violencia de Genero y Feminicidio en el Distrito Federal, mujeres transgénero de la organización Almas Cautivas demandaron a autoridades mexicanas que los crímenes de odio cometidos a este grupo se cataloguen como feminicidios, debido a que, aun cuando un documento no lo diga, también son mujeres.
México ocupa el segundo lugar mundial en crímenes de odio por homofobia, sólo por debajo de Brasil, según dio a conocer en mayo de 2013 el director del Instituto Oikos Centro Integral, Juan Carlos Hernández Meijueiro, en el marco del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia.
De acuerdo con el último informe de la Comisión Ciudadana Contra Crímenes de Odio por Homofobia (CCCCOH), en México se han registrado 798 muertes contra personas de los grupos Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transgénero, Transexual e Intersexual (LGBTTTI)
También, según el instituto Oikos, las entidades mexicanas en donde se ha cometido el mayor número de homicidios son el Distrito Federal con 164; Estado de México, 78; Nuevo León, 64, y Michoacán y Jalisco con 54.
Por su parte, la organización civil Letra S en su informe de homicidios contra personas LGBTTTI en el periodo 1995-2013, registró 152 casos de homicidios seguidos de las mujeres trans, mientras que los hombres homosexuales son las principales víctimas con 640 casos. Asimismo detalló que la mayoría de las víctimas tiene entre 18 y 30 años de edad.
Al respecto, Daniela Esmeralda Vázquez Matías, integrante de esa Organización No Gubernamental (ONG), explicó que “finalmente se trata de una violencia de género” y detalló que cuando un mujer es asesinada se debe dar a conocer el por qué de este hecho. “ De los crímenes de odio, las autoridades no se detienen a investigar de manera profunda y sólo dan el carpetazo”, aseveró.
La luchadora social destacó que una de sus demandas es que se incluya en las cifras de feminicidio los asesinatos a mujeres transgénero y que se erradique la discriminación desde el sistema judicial ya que “cuando ven que fueron asesinadas y son trans, relacionan los asesinatos con trabajo sexual, cuando no es así”.
Vázquez Matías civil agregó que las mujeres transgénero que son activistas corren un mayor riesgo de ser asesinadas, y recordó el caso de la activista Agnes Torres Hernández, quien fue hallada muerta en Atlixco, Puebla, en 2012.
“El activismo en las mujeres trans es un trabajo que implica un riesgo muy alto para la vida, así como ella, nosotras podemos amanecer muertas mañana porque alguien vio que estuvimos aquí denunciando”, dijo.
Las activistas también denunciaron que –de acuerdo con informes de otras organizaciones que defienden los derechos de este sector– trabajadoras sexuales transgénero del municipio de Naucalpan, Estado de México, son extorsionadas por los policías de esa entidad y “les piden favores sexuales sin protección a cambio de dejarlas estar ahí”.
Durante la presentación de mayo de 2013, Juan Carlos Hernández Meijueiro expuso que pese a las cifras relacionadas con los crímenes que se comenten en contra de la comunidad LGBT, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) declaró que en México no existe aún el reconocimiento de los crímenes motivados por el odio, por lo que no existen registros confiables es este tipo de delitos realizados por las autoridades responsables.
MUJERES TRANS A PENALES FEMENILES
Otra de las peticiones que hicieron las integrantes del colectivo, fue el traslado de mujeres transexuales a penales de mujeres, debido a que en México aún no existe esta modalidad, lo que vulnera sus derechos porque en los centros de reclusión varoniles sufren de violencia física, sexual y emocional.
En el Sistema Penitenciario del Distrito Federal se tiene una población de alrededor de 500 personas de la comunidad LGBT, mientras 150 son mujeres trans, detallaron las activistas. Sin embargo, denunciaron, las cifras a nivel federal son de difícil acceso.
Respecto a las formas de reclusión, Ari Vera Morales, integrante de la organización, dijo que “el sistema penitenciario sigue siendo genitalista. Porque de acuerdo con tus genitales es como deciden a qué penal te vas, y es necesario para estos casos contar con una reasignación de género. Si cuentas con ella puedes llegar a un penal siempre y cuando no tengas pene”.
Vera detalló que “el sistema penintenciario del DF se ha posicionado a un nivel diferente respecto al federal». Pero agregó que aún no hay un conocimiento de cómo organizar el tratamiento de las mujeres trans en reclusión.
Aclaró también que algunas mujeres no piden ser cambiadas, sino no ser violentadas donde están, “no hay investigaciones que demuestren cuál puede ser el lugar adecuado para esta población”.
También comentó el caso de un hombre trans, quien fue enviado por las autoridades a una cárcel femenil; éste dijo que su desarrollo como hombre trans “era bien visto, pues le daba cierto estatus»; por eso, cuando salió, buscó delinquir para poder volver al centro y «ser libre”.
Respecto a estos casos, las luchadoras sociales hicieron un llamado a las autoridades federales, para que se tengan registrados los casos de quienes pertenecen a este sector y si así lo desean puedan ser enviados a centros de reclusión de mujeres.
Expusieron que en los centros varoniles, los presos tienden a hostigar, sobre todo sexualmente, a las mujeres transgénero, lo que desata también más violencia.
“Esa es la realidad de nuestro México esa es la realidad de nuestro sistema penintenciario, esa es la realidad que vivimos las mujeres y hombres transexuales, que para ser nosotros tenemos que escondernos o ser invisibles para que no nos lastime”, expusieron.
“ En el sistema judicial hay un trato desigual para nosotras, los procesos no son los mismos cuando se trata de un transgénero, simplemente te ven y ya piensan que eres culpable”, se quejó Daniela Esmeralda.
RECONOCIMIENTO LEGAL
Un gran problema que enfrenta este sector es el reconocimiento legal que les es negado si no cuentan con un documento que los identifique conforme a una relación entre su nombre y su género, lo que afecta sobre todo en los trámites que tienen que realizar en instancias gubernamentales o de cualquier otra índole como la escuela, explicaron.
“Tú necesitas identificarte jurídicamente hablando, en el banco, en la escuela, para viajar, en el momento en que tú necesitas identificarte y tu nombre no corresponde como se ve la persona, el servidor público, se muestra sorprendido”, expusieron.
“Con una identidad, con un nombre, estas vejaciones por parte de las personas que ofrecen un servicio, disminuyen”, comentó Vera, quien agregó que se debe hacer un énfasis mayor en el cambio de género para que este tipo de procesos no se vean entorpecidos.
El trámite que se exige para corregir un nombre o un dato que está mal en el acta de nacimiento se llama rectificación del acta. Sin embargo, este proceso es caro y puede durar más de dos años, y la mayoría de las veces los jueces no lo aceptan además de que la petición puede ser negada.
“En esos casos tiene recurrir a un amparo, no creemos que sea la vía correcta, y lo único que hace es cambiar el nombre y no el género. Queremos que sea un tramite fácil , eficiente, que facilite al as mujeres”, demandaron.
El principal problema con la negativa al cambio de nombre o de género es, de acuerdo con las activistas una “vulneración de derechos, no tienes derecho al trabajo, es un estigma”.
Las mujeres transgénero explicaron que se trata de un círculo vicioso ya que si no tienen trabajo, tienen que recurrir a trabajos informales, no tienen derecho a la educación y se desarrollan en empleos como de estilismo.
“El Estado mexicano en sus tres poderes son los responsables de todos estos agravios. Para el Poder Ejecutivo, por acción y omisión, no existimos; en el Legislativo las iniciativas no proliferan, mientras que en el Poder Judicial hay un trato desigual para las mujeres trans”, denunciaron.
Daniela Esmeralda Vázquez Matías agregó que “no hay iniciativas que hablen sobre las mujeres trans, y si las hay se han ido a la congeladora”.
DISCRIMINACION
Las activistas señalaron que todo el tiempo sufren de actos discriminativos, en la escuela, en el trabajo, y en los centros de comercio y servicios, por lo que demandaron campañas de sensibilización para los empleadores, la sociedad, estudiantes y funcionarios.
La encuesta sobre Discriminación en la Ciudad de México 2013 , realizada por el Consejo para Prevenir y Erradicar la Discriminacion del Distrito Federal (Copred) dio a conocer el año pasado que el 75 por ciento de la población del DF cree que existe discriminación contra la población transgénero.
Daniela Esmeralda dijo que en el caso de los medios de comunicación hay un trato denigrante . “Los medios dicen el hombre, el trans, son notas amarillistas, que reproducen esta idea de que las mujeres trans somos criminales o que somos únicamente del sector de trabajadoras sexuales, y no es cierto, la población de mujeres trans ejercemos otros oficios”, detalló.
Las activistas explicaron también que si se desarrollan en otro tipo de oficios también sufren discriminación por parte de sus empleadores como de sus compañeros.
Con datos de la primera Encuesta Nacional sobre Homofobia en el Trabajo, que se dio a conocer en mayo pasado, la organización Espolea A.C., que trabajó en coordinación con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, informó que un 35 por ciento de las personas gays, lesbianas, bisexuales y transgénero ha sido víctimas de algún tipo de discriminación en su lugar de trabajo.
En el caso del sector de servicios, Vázquez dijo que “en los establecimientos mercantiles, a muchas chicas se les prohíbe la entrada, sobre todo a lugares como discotecas, tiendas de ropa, incluso en restaurantes, o les piden que abandonen el lugar . En algunos establecimientos hay letreros donde dice que no se discrimina a nadie, pero pedimos respeto y que te comportes conforme lo establecido. Desde ahí empieza la discriminación indirecta”.
Por lo anterior, las mujeres transgénero pidieron a las autoridades federales que se realicen campañas de sensibilización en el reconocimiento de las mujeres transgénero y que haya convenios con las empresas, así como incentivos fiscales para que “ nos den trabajo y no estén en las calles, y no sólo en trabajos de estilismo o en el showbusiness”.