Pekín, 6 ago (EFE).- Los medios y aficionados chinos celebran hoy un histórico pleno de oros olímpicos del país asiático en un muy popular deporte nacional, el bádminton, algo que ni siquiera se había conseguido hace cuatro años en casa (Pekín 2008) y que además se ha logrado tras una polémica expulsión de dos de sus mejores jugadoras.
Cai y Fu, que en Pekín 2008 se habían tenido que conformar con la plata, son además el primer oro en dobles masculino que se lleva China, ya que en los anteriores cinco Juegos Olímpicos (el bádminton comenzó a ser disciplina de las Olimpiadas en Barcelona 1992) esta modalidad se la habían llevado indonesios o surcoreanos.
Horas antes, Lin Dan, una de las grandes estrellas del deporte de China (donde se le conoce como «Superdan») ganaba una agónica final (21-15, 10-21, 19-21) del individual masculino ante su eterno rival, el malasio Lee Chong Wei, en una repetición de la final de Pekín 2008 que también se resolvió de la misma manera.
En días anteriores había llegado el oro en dobles mixto (Zhang Nan/Zhao Zhunlei) y Li Xuerui en individual femenino (en ambos casos China se llevó tanto el oro como la plata).
Y, por encima de todo, el oro de los dobles femenino, que en Londres se vio rodeada de una monumental polémica debido a la expulsión de cuatro parejas (entre ellas una china, cabeza de serie número uno) por dejarse ganar en los partidos de la fase de grupos.
Con la expulsión de Wang Xiaoli y Yu Yang -esta última se llevó tal disgusto que anunció su retirada del deporte- sólo quedó una pareja china en el cuadro (Tian Qing/Zhao Zhunlei), que acabó midiéndose a la final contra una pareja de un país con rivalidades históricas para China: Japón.
Ante las niponas Fujii y Kakiiwa, Tian y Zhao, que ya había ganado oro en el dobles mixto, ganaron el oro con claridad, sin necesidad de un tercer set (21-10 y 25-23), haciendo olvidar a los aficionados el disgusto de haber perdido a sus grandes favoritas.
Todos estos oros completan un pleno que ningún país había logrado jamás, aunque la propia China estuvo a punto de lograrlo en Sydney 2000 (en aquella ocasión fallaron sólo los consabidos dobles masculinos, que se llevó Indonesia).
La propia Indonesia, segunda potencia histórica en el bádminton olímpico, y Corea del Sur, se llevaron oros en Atenas y Pekín que también dejaron a China sin el pleno soñado, un objetivo que albergaba especialmente en las Olimpiadas disputadas «en casa».
Superando polémicas, el bádminton chino además consolida a Asia como la dominadora casi absoluta en este deporte desde su llegada a los Juegos Olímpicos en 1992:
Entre China, Corea del Sur e Indonesia se han repartido todas las medallas desde entonces, con excepción del individual masculino de Atlanta 1996, que fue para el danés Poul-Erik Hoyer Larsen.
Muchos años antes, en Múnich 1972, el bádminton fue deporte de exhibición en los Juegos Olímpicos, y aunque en aquella ocasión los chinos no jugaban (la China comunista debutó en unas Olimpiadas en Los Ángeles 1984) también hubo dominio asiático, con dos oros indonesios, uno japonés y uno británico.
En China, el bádminton es junto al tenis de mesa uno de los deportes más populares: su barata equipación, una pequeña raqueta y un volante, hacen que mucha gente lo practique en plena calle, a veces incluso en las aceras de grandes avenidas, en las plazas o hasta en los patios de templos budistas y otros lugares turísticos. EFE