El profesor Timothy Mousseau, de la Universidad de Carolina del Sur, ha visitado al menos 50 veces Chernóbil tras el desastre nuclear, y sí, ya vio la serie para analizar cada uno de los datos vertidos.
MADRID, 6 de junio (Europa Press).– Chernobyl de HBO se ha convertido indiscutiblemente en la serie del momento, acercando al público el mayor desastre nuclear de la historia que tuvo lugar en abril de 1986. Si bien ya había numerosas películas y series sobre la catástrofe, la nueva ficción ha disparado el interés sobre el suceso pero, como ocurre con todas las producciones basadas en hechos reales, plantea la duda sobre su veracidad. Por eso un científico experto en la materia, que ha visitado el lugar casi en 50 ocasiones, ha analizado al detalle la serie.
Para el profesor Timothy Mousseau de la Universidad de Carolina del Sur, visitar uno de los lugares más radiactivos de la Tierra es solo una parte de su trabajo. «Chernóbil nos proporciona un laboratorio ideal para estudiar contaminantes crónicos y radioactivos de baja dosis», apunta Mousseau.
El trabajo del biólogo se centra en los efectos de la radiación sobre la vida silvestre, por lo que la verificación de los hechos versa sobre el lado científico, más que sobre la historia en sí. En general, la serie es «bastante precisa», según Mousseau. «Estoy realmente impresionado. Es una ficción de primera clase», señala Mousseau en una información publicada por Business Insider en la que se basó en tres puntos clave a la hora de validar Chernobyl.
RADIACIÓN
En la serie, aparecen varias personas usando ropa protectora y portando dosímetros, caminando a través de un campo mientras los dispositivos suenan cada vez más rápido a medida que los niveles de radicación aumentan.
Según Mousseau, en algunas zonas del lugar las mediciones de radiación no arrojarían resultados preocupantes, mientras que en otras áreas, los niveles podrían dispararse. En palabras del biólogo, y tal como muestra la serie, «Chernóbil no es un área uniforme de alta radioactividad», sino que los niveles varían.
LOS TRAJES PROTECTORES
Hay una escena en la serie de HBO en la que un trabajador al que se le ofrece una máscara se burla de su superior y le dice: «Si esto funcionara, usted lo estaría usando».
Aunque evitar que el polvo radioactivo entre en los pulmones es mejor que ingerirlo, no hay mucho que hacer para protegerse de la radiación gamma, que se genera al dividir los átomos. Se requieren capas de plomo para reducir los efectos, por lo que, Chernobyl es de nuevo veraz al señalar que una mascarilla es prácticamente inútil.
«La verdad es que no hay forma de protegerse de la radiación gamma. La única forma de protegerse es no estar allí», explica Mousseau.
En lugar de ponerse trajes o usar máscaras en sus visitas a Chernóbil, Mousseau limita su exposición al tiempo que pasa allí y usa ropa vieja que tira antes de regresar a casa.
LOS EFECTOS EN ANIMALES
Después de que el gobierno soviético comience a evacuar el área alrededor de Chernóbil, varios personajes de la serie son enviados a matar a los animales del lugar para evitar que propaguen la radiación a otras áreas.
Como lo indica la investigación de Mousseau, la radiación en la ciudad se ha relacionado con bacterias intestinales alteradas en ratones, reducción de las poblaciones de aves y disminución de la germinación de las semillas.
«Los efectos en la vida silvestre se prolongarán por decenas o cientos de miles de años», advierte Mousseau.
El biólogo da, por tanto, el visto bueno a una serie que ya ha conquistado a crítica y público, convirtiéndose en la serie mejor valorada de la web especializada IMDb.