Nunca en la historia del Partido Acción Nacional (PAN) había ganado más de tres gubernaturas en una sola elección y ayer se arrasó con siete, declaró con entusiasmo su dirigente Ricardo Anaya Cortés esta mañana. Su mayor meta, ante el hartazgo de la ciudadanía por la corrupción, es ir por los Gobernadores que dejan el cargo con una denuncia penal por enriquecimiento ilícito: los priistas Javier Duarte de Ochoa (Veracruz) y César Duarte Jáquez (Chihuahua), exigieron analistas.
Por Daniela Barragán y Dulce Olvera
Ciudad de México, 6 de junio (SinEmbargo).– El Partido Acción Nacional (PAN) obtuvo una victoria histórica al ganar la gubernatura de siete estados: Veracruz, Tamaulipas, Quintana Roo, Durango, Chihuahua, Aguascalientes y, otra vez, Puebla. Sin embargo, más allá del júbilo, ahora sus candidatos electos, algunos apoyados por la alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), tienen el desafío de combatir los «lastres» heredados y enjuiciar a sus predecesores, aunque no sea un proceso sencillo, piden analistas.
El blanquiazul recibió de nuevo el voto de una gran parte del electorado luego del «desencanto» que trajeron los ex presidentes de la República Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, que gobernaron al país del 2000 al 2012. No puede caer en los mismos vicios que prometió juzgar: el entonces candidato a la gubernatura de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, denunció a Javier Duarte de Ochoa por enriquecimiento ilícito y no ha parado de decir que lo llevará a la cárcel. Por su parte, quien contendió por la administración de Chihuahua, Javier Corral, acusó a César Duarte Jáquez de corrupción y enriquecimiento ilícito.
Los mexicanos, de hecho, están demandando mayor transparencia y menos corrupción, expusieron expertos.
La investigadora del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, Ivonne Acuña Murillo, explicó que el PAN se tiene que deshacer del legado negativo de los gobiernos que recibe y ofrecer un proyecto de Gobierno distinto, ya que varios estados siguen viviendo las consecuencias de la guerra contra el narcotráfico declarada por Felipe Calderón hace diez años.
“Se tienen que deshacer de ese lastre […] En estos siguientes dos años, estos siete gobernadores tienen que dar resultados muy fuertes y contundentes para ejemplificar lo que podría hacer el PAN en la presidencia en 2018; ya se les dio de nuevo el voto, volvieron a ganar y ahora tienen que resolver lo que prometieron o seguirán profundizando los problemas de corrupción, la violencia, la desigualdad. Tienen que dar señales de que hacen bien las cosas”, dijo.
Sin embargo, aunque el objetivo de los panistas electos es regresar el orden, tendrán dificultades económicas para ello, alertó Vidal Romero León, coordinador del área Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
“Veracruz y Chihuahua tienen deudas gigantescas. Tamaulipas también tiene problemas financieros. Gobernar sin dinero es muy difícil y explicarle a la gente que no puedes hacer lo que prometiste porque no hay dinero es más complicado. Ahí habrá mucho desgaste y tendrían que separar las promesas de campaña que iban en contra de los ex gobernadores para pasar a realizar política del día a día”.
José Antonio Crespo, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), afirmó que, ante «el hartazgo y la desesperación por la corrupción», la vía empleada por la ciudadanía para «manifestar su descontento» fue votar por otra opción, pero «eso no significa que esa sea la adecuada para combatir la impunidad».
«El PAN ha quedado muy mal en donde ha gobernado […] debe combatir la corrupción, pero no lo ha hecho antes. No es la primera vez que llega al poder, lo ha tenido desde 1989 y nunca ha combatido la corrupción y por eso vuelven a perder. [En estas elecciones] perdió Sinaloa y Oaxaca porque esos dos gobiernos cubrieron la corrupción», expresó.
IR CONTRA LOS DUARTE
Si los Gobernadores ganadores en Veracruz y Chihuahua cumplen la promesa de castigar penalmente a César Duarte de Chihuahua y a Javier Duarte de Veracruz, romperían con el pacto de impunidad que se percibe entre gobernadores, dijo la académica Acuña Murillo.
No obstante, no es un proceso sencillo y puede ser largo.
“Enjuiciar a los ex gobernadores son procedimientos poco sencillos; en lo que investigan y generan todas las condiciones legales, pasará tiempo y algunas de las acusaciones seguramente no procederán. También se trata de golpes mediáticos que le servirán al PAN eventualmente, pero lo importante serán los cambios que se puedan observar en el día a día de la gente en cuanto a la corrupción. Eso, en términos de opinión pública en esos estados será una gran diferencia”, comentó Romero León, experto del ITAM.
Comparó la lentitud del proceso de demanda que Jaime Rodríguez Calderón «El Bronco», Gobernador de Nuevo León, interpuso contra su antecesor, Rodrigo Medina de la Cruz.
Carlos Sánchez y Sánchez, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coincidió en que «primero debe cumplirse un debido proceso, se les debe comprobar. Si cometieron un delito y se les juzga conforme a derecho, adelante».
Por su parte, Crespo se mostró pesimista en cuanto a la intención de los futuros gobernantes para enjuiciar a ambos Duarte.
«Los candidatos ofrecieron durante la campaña hacer pagar a los actuales gobernadores, pero eso no garantiza que vaya a ocurrir. Tienen la obligación. ¿La van a cumplir? Ojalá que sí. Pero hasta ahorita el PAN no lo ha hecho», dijo.
LA SOMBRA DE FOX Y CALDERÓN
En el 2000 la alternancia llegó a México. El panista Vicente Fox Quesada ganó la Presidencia, pero el cambio sólo quedó en esperanza. Luego llegó Felipe Calderón Hinojosa y el país se llenó de sangre y miles de desaparecidos.
El historiador Lorenzo Meyer Cossío dijo a SinEmbargo en marzo pasado que el cambio en el 2000 significó, entre otras cosas, una Presidencia relativamente débil que tuvo que pactar mucho con los gobernadores, y los gobernadores, de ser personas encargadas del Poder Ejecutivo a nombre del Presidente se convirtieron en los auténticos jefes, sobre todo en estados donde no había habido transición, donde seguía siendo el PRI el único partido, y ahí se combinó el fracaso de Fox [2000-2006] y luego de [Felipe] Calderón [2006-2012], el fracaso de la transición, con estos gobernadores fuertes que aguantaron el embate y se lanzaron a la recuperación del poder.
“Si el PAN quiere demostrar que puede hacerlo [gobernar] mejor que en los 12 años que estuvo en el poder, sus gobernadores jugarán un papel importante porque son los que están frente a un gobierno y darán la muestra de lo que el partido puede hacer”, planteó la investigadora Ivonne Acuña Murillo.
Las administraciones de Fox y Calderón dejaron «decepción, resultaron ser un fiasco» en materia de combate a la impunidad y la corrupción, recordó el analista José Antonio Crespo.
En el caso de Calderón, añadió, «la guerra fue un método totalmente inadecuado para combatir al crimen organizado que lo único que hizo fue ensangrentar el país e incrementar las violaciones a los derechos humanos. La imagen que dejó Fox fue la de no cambiar nada. Ofreció que iba a llamar a rendir cuentas a los regímenes priistas y no lo hizo».
Sin embargo, Sánchez y Sánchez difirió al considerar que «hay una expectativa sobre el PAN. El legado de Fox y de Calderón ya fue juzgado. No creo que la ciudadanía haya votado por el PAN pensando en ellos, sino en función de sus necesidades directas y concretas».