Morena y PT se han vuelto una bancada importante en el Congreso de la Unión, señalan legisladores y académicos consultados por SinEmbargo. Por ello, no es difícil pensar que el PRI se les acerque para negociar la designación de funcionarios “a modo”, o la aprobación o suspensión de iniciativas de Ley.
Visto así, PRI y Morena -o PRIMOR, como les dicen de manera despectiva- son señalados por la oposición de haber acordado, en beneficio propio, las nombramientos de los nuevos consejeros del INAI y del titular de la ASF, así como la aprobación fast-track (por la vía rápida) de la Ley General de Comunicación Social, además del estancamiento en el Senado del proyecto para eliminar el fuero constitucional.
“Se dicen representantes de las izquierdas pero no tienen nada que ver con posiciones de avanzada de la izquierda democrática, de una izquierda responsable”, acusó de Morena el Diputado Jesús Zambrano. Pero el Senador petisa Manuel Bartlett Díaz reviró diciendo que las acusaciones son “falsas” y que vienen de “cínicos”, que desde un principio, formaron parte del denominado «Pacto Por México” convocado en 2012 por el PRI, con apoyo del PAN y del PRD.
¿Por qué apoyaría Morena-PT al PRI? Según legisladores y académicos, hay dos respuestas: uno, el apoyo material y estratégico que el PRI les da para consolidarse como una fuerza, no sólo en las cámaras del Poder Legislativo, sino también, en general. Y dos, una alianza que podría buscar lubricar la transición de gobierno, ante un muy probable escenario en que Andrés Manuel López Obrador llegue a la residencia oficial de Los Pinos.
Ciudad de México, 6 de mayo (SinEmbargo).- Los diputados y senadores de la coalición del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y del Partido del Trabajo (PT) son señalados, por la oposición panista y perredista, de operar en acuerdo con las bancadas del Revolucionario Institucional (PRI) en los plenos, para obstruir o apoyar proyectos de Ley, e impulsar funcionarios “a modo”, sin otro aparente motivo que el beneficio mutuo y facilitar la posible transición de gobierno, en caso de que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llegue a la Presidencia de la República en julio próximo.
“Esta alianza de Morena con el PRI viene de antes de que se evidenciaran estas nuevas cosas en las cámaras de diputados y senadores”, dijo a SinEmbargo Jesús Zambrano Grijalba, Diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Morena no cumplía un año y medio de existir, cuando ya sonaba el rumor de su matrimonio con el PRI (o el denominado «PRIMOR»). En 2016, en el marco de las elecciones intermedias, por ejemplo, Morena fue señalado de negociar con el partido tricolor para que este último ganara las gubernaturas de Oaxaca y Veracruz, que son de tradición priista. A cambio, al partido fundado por AMLO, le habrían facilitado recursos para fortalecerlo y dividir el voto a favor del PRI.
La supuesta relación de amistad entre el candidato morenista al Gobierno de Oaxaca Salomón Jara Cruz y el priista Alejandro Murat Hinojosa, quien resultó electo; el presunto dinero que el ex Gobernador priista de Veracruz Javier Duarte de Ochoa cedió al candidato de Morena, Cuitláhuac García, para meterle el pie al panista Miguel Ángel Yunes Linares; o el rumor a voces sobre PRIMOR, que habría hecho mancuerna en la designación de candidatos a cargos de elección popular en Baja California, en febrero de 2016, cuando Morena impulsó a los ex priistas José Osuna Camacho y Catalina Zavala Márquez para una diputación, son algunos ejemplos que, para la oposición panista y perredista, dibujan el chanchullo.
La oleada de señalamientos continúa. Tan sólo el mes pasado, hubo cuatro: PRIMOR habría operado en la Comisión de Gobierno de la Cámara Baja para aprobar el dictamen de la Ley General de Comunicación Social, que busca regular la propaganda gubernamental. Asimismo, habría incidido en la Cámara Alta para detener la propuesta de reforma constitucional que elimina el fuero del Presidente de la República y de los integrantes del Poder Legislativo. Y PRIMOR metió la mano, según, en la designación de los dos nuevos comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI); y del nuevo titular de la Auditoria Superior de la Federación (ASF).
Los partidos Acción Nacional (PAN) y PRD “nos acusan de acordar con el PRI, cuando ellos han gobernado con el PRI en el Senado desde el ‘Pacto Por México’ [2012] hasta este día”, reviró el Senador Manuel Bartlett Díaz, integrante de la coalición PT-Morena. Los señalamientos de la oposición son, en ese sentido, “cínicos”. Pero el legislador admitió que son naturales porque «están desesperados por inventar cosas para que Anaya lo repita utilizando su aparato de campaña presidencial”. Y por eso, concluyó Bartlett, “no hay nada más que perversión, campañas negras y desvergüenza”.
En entrevista con este medio digital, la Senadora sin partido Martha Tagle Martínez y el Diputado Jesús Zambrano Grijalba concordaron en que no hay un acuerdo tangible, pero que, por el modo de actuar de los legisladores como Bartlett Díaz, hay indicios para pensar que Morena y PT están actuando en beneficio propio (partidista), en lugar de hacerlo a favor de la democracia y del desarrollo nacional.
Para Zambrano, no es que Morena y PT se beneficien de manera directa, “sino que están en una clara actitud” de no pelearse con el partido en el poder -como lo han hecho en otras contextos- y mandar un mensaje de “yo no me quiero pelear contigo, yo vengo trabajando aliado contigo, estoy colaborando en las cámaras contigo para que veas que no debes tener motivos para que me obstruyas en mi carrera a la Presidencia de la República”.
La Senadora Tagle, por su parte, confirmó a SinEmbargo que no saben cómo se dan este tipo de vínculos invisibles entre Morena-PT y PRI, a pesar de haber reconocido que «sí son sintomáticas algunas votaciones, particularmente en el nombramiento de los comisionados y en la posición, por ejemplo, que tomaron en la Comisión de Puntos Constitucionales para detener el tema de la minuta que envió la Cámara de Diputados para la eliminación del fuero”.
Cuestionada acerca del por qué y del por qué ahora de esta posible relación, la ex emecista respondió que, «en estas últimas etapas, con el cambio de configuración del Senado, es decir, en tanto senadores del PRD se integran a la bancada del PT y se hace la bancada PT-Morena”, el grupo pasó de ser una minoría a un contrapeso importante en el Poder Legislativo. Y en esta tónica, Morena-PT se vuelve importante para el PRI, sobre todo en temas cuya aprobación requiere de votos de mayoría calificada (el amparo de dos terceras partes del Congreso: 85 de 128 senadores o 333 de 500 diputados, según sea el caso).
RUMOR Y VERDADES DAN VIDA A “PRI-MOR»
Más allá de las acusaciones de la oposición, destacados especialistas en problemas sociopolíticos y económicos dijeron a este medio digital que, con independencia de los partidos políticos involucrados, es normal que en las cámaras legislativas existan acuerdos entre facciones y partidos.
El problema en la coyuntura actual, no sólo radica en la “opacidad” de las negociaciones, indicó el doctor Victor Manuel Muñoz Patraca del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sino también en que “este tipo de acuerdos se ven mal porque lo que se vende es una competencia política entre partidos”, en lugar de reflejar un diálogo parlamentario que esclarezca posturas ideológicas o programáticas, señaló René Bolio Halloran, ex Senador suplente y académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana.
Para legisladores y analistas, no es evidente la relación entre Morena-PT y PRI. Pero tampoco es impensable y puede resultar ser un acuerdo tácito. Si pensamos bien, concordaron Muñoz y Bolio, hay “acuerdos políticos parlamentarios que siempre es positivo que los haya». Pero si pensamos mal, «estamos hablando de un intento de transición pacífica entre el gobierno de Enrique Peña Nieto y el posible de López Obrador” (aunque el PRI terminaría negociando con cualquiera que gane).
El otrora Senador y analista de la Panamericana recalcó que, lo más negativo, es que «muchas veces” los partidos «se van en contra de lo que el electorado piensa, de lo que la ciudadanía necesita, o de las necesidades reales”. Prueba de ello son los nombramientos “al vapor” que no podrían calificarse de ser malos, pero sí opacos. Y en ese detalle, cuaja la duda que hiere, explicó.
Los más recientes y polémicos nombramientos del Senado de la República fueron los del nuevo titular de la ASF, Rogelio Colmenares Páramo, así como de dos comisionados del INAI, Blanca Lilia Ibarra Cadena y Carlos Alberto Bonnin Erales, todos ligados al PRI. En ambos casos la elección se suscitó en secreto. Por medio de una “cédula” -papeleta que es depositada en una urna- los legisladores presentes aprobaron las designaciones.
El jueves 15 de marzo, Colmenares rindió protesta luego de una votación con 377 votos a favor. Y el jueves 26 de abril, con 66 y 65 votos, Ibarra y Bonnin asumieron cargo. En el primer caso, los diputados de Morena-PT fueron señalados de votar a favor del candidato impuesto por el PRI (aunque de 450 votos emitidos, incluidos algunos de PAN y PRD, sólo 64 fueron nulos, cinco a favor de otro candidato y ninguno en contra). Y en el segundo, pese a que Morena-PT votó en contra, los senadores de su bancada fueron acusados de hacer quórum (número mínimo de legisladores presentes para que la asamblea tenga validez) con la finalidad de que el PRI lograra sus propósitos.
Lo sucedido en marzo en la Cámara de Diputados, permanece al velo de una votación secreta. Salvo los señalamientos de legisladores como Marko Cortés (PAN) y Guadalupe Acosta Naranjo (PRD), no es claro “el pacto de impunidad” que acusan de PRIMOR. Sin embargo, en la designación de Ibarra y Bonnin, la controversia es más evidente.
Los senadores María Marcela Torres Peimbert (PAN), Luis Sánchez Jiménez Veneciano (PAN) y Martha Tagle Martínez (sin partido), además del Diputado Jesús Zambrano Grijalba (PRD) concuerdan en algo: El PRI se empeñó en imponer a Ibarra y Bonnin con “la valona” de los senadores de Morena-PT.
Aunque la bancada lopezobradorista en el Senado no votó a favor de los aspirantes del PRI (ocho de 14 petistas anularon su voto, según Jiménez), ellos fueron los únicos en hacer quórum. ¿Qué sucedió?
De acuerdo con los legisladores interpelados por SinEmbargo, el problema, más allá de las inconsistencias que se suscitaron a lo largo de todo el proceso de elección -como la cédula en que sólo aparecían los nombres de Ibarra y Bonnin, con todo y que el Comité de Acompañamiento Ciudadano determinó a 11 de 34 aspirantes idóneos- fue, precisamente, que Morena-PT hizo quórum en una votación de mayoría calificada.
“En una circunstancia normal, el PRI se hubiera sentado a formar acuerdos con las bancada mayoritarias para poder generar esta mayoría calificada. Pero sabiendo que estamos en un tiempo electoral y que no iba a haber ese acuerdo con los legisladores del Frente, [los priistas] deciden tener algún acuerdo con Morena para que, aunque [los demás] se opongan, pueda pasar”, explicó Tagle.
La Senadora reconoció que aunque “toda la oposición junta no alcanzaba un tercio de los legisladores”, sin un tercio, lo ideal hubiera sido no permitir que continuara la sesión, y al otro día, cuando hubiera más oposición presente, votar en contra. Concordó Zambrano, para quien, dependiendo del caso, “el no hacer quórum obliga a que los otros se sienten a negociar; a acordar cosas contigo para que se atiendan las observaciones, las propuestas, las exigencias de cambio que tú estás haciendo para corregir una iniciativa”. Y a fin de cuentas, sentenció el perredista, «terminan haciéndole el trabajo sucio a la mafia en el poder […]. Con hacer quórum ayudan al PRI”.
La versión del Senador Bartlett, empero, es diferente. El petista mencionó que “romper el quórum es una estrategia parlamentaria no siempre muy útil. Si tu te sales -y en ocasiones hemos tenido esa disyuntiva- rompes el quórum. O no se rompe; no lo logras romper y entonces resulta que la mayoría logra sus propósitos sin votos en contra, sin que haya un contrapeso”.
Comentó, contrario a las versiones de sus oponentes políticos, que durante más de 10 horas el día de la votación, los coordinadores del PAN y PRD, Fernando Herrera y Luis Sánchez, discutieron con el coordinador del PRI, Emilio Gamboa, “para decidir repartirse los cargos. No se ponen de acuerdo y entonces se salen. Y me empieza a llamar Herrera desde afuera para decirme que me saliera yo para romper el quórum por mi fracción. Eso significaría que estuviera ligado a los poderes del PAN. Y además de todo, en un día de negociación con el PRI, terminar yo de palero del PAN siendo ajeno a esa negociación… Yo no me salí, pero voté en contra como siempre”.
Para la doctora María Marván Laborde, ex comisionada del otrora IFAI (hoy INAI), el proceso no sólo fue “totalmente atropellado y opaco”. Fue una situación que se pudo haber evitado si el Senado -en su conjunto- hubiera sacado una convocatoria a tiempo; si hubiera habido un proceso claro de deliberación; así como exámenes de conocimientos para los aspirantes y un acuerdo previo.
Con respecto a la decisión de los partidos blanquiazul y del Sol Azteca de retirarse de la sesión, la doctora Marván dijo que no fue “tan buena” porque “a la hora de que vieron que se iba a quedar el PT [aliado con Morena] e iba haber quórum para la decisión, hubiera sido muy importante que quedara registrada su votación en contra”.
“¿Cómo pueden decir que yo tenía que salirme para apoyarlos a ellos, cuando votamos en contra. ¿Cómo pueden decir que nosotros teníamos que seguir sus lineamientos panistas, cuando nos dejaron colgados. Nosotros seguimos para votar en contra”, dijo indignado el Senador Manuel Bartlett. Y resaltó que, aunque se hubieran salido, el PRI se hubiera impuesto porque tienen mayoría.
MORENA-PT CUBRIÓ LAS ESPALDAS ¿DEL PRI?
En abril, diputados del PAN y PRD condenaron que Morena votara con el PRI, en la Comisión de Gobernación, el dictamen de la Ley General de Comunicación Social, que busca regular la propaganda gubernamental.
A diferencia de lo que sucedió en el caso del INAI, Zambrano dijo a SinEmbargo que con la Ley de Publicidad podrían «haber reventado la sesión” no haciendo quórum. Pero se quedaron para no obstruir el cumplimiento de una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que los obligaba a expedir, a más tardar el 30 de abril, dicha Ley. “Dijimos vamos a dar debate, vamos a votar en contra y allí que se evidencie nuestra oposición al respecto”, abundó el Diputado perredista.
“La estrategia del PRI fue llevar a último momento cuestiones importantes como las designaciones que estaban pendientes: al menos 60 nombramientos [en el Senado] entre magistrados, comisionados del INAI, consejeros honoríficos […] y también varias leyes importantes como la que se llamó ‘Ley chayote’ [la Ley General de Comunicación Social]”, explicó la Senadora Martha Tagle Martínez. La estrategia de los priistas, en su opinión, fue llevar todo «hasta los últimos días, con la intención de generar una condición para el PRI de mejores posibilidades de negociar. ¿Y con quién podía negociar mejor? Con Morena”.
Según la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados, el 10 de abril Morena -a diferencia del PRI- negó tres veces la aprobación de la Ley General de Comunicación Social. Primero con 33 votos a favor de la suspensión de la moción del proyecto; segundo, con 34 votos en contra de la expedición de los artículos no reservados; y tercero, con 31 votos en contra de las modificaciones legales que habrían de hacerse.
Esta dinámica se repitió el 24 de abril en el Senado de la República, donde los abanderados del Partido del Trabajo, aliado electoral de Morena, emitieron 11 votos en contra de la reforma legal.
Trascendió a principios de abril que, “por error”, el Diputado de Morena Alejandro Ojeda Anguiano -quien integra la Comisión de Gobernación- avaló con su voto, en lo general, la nueva Ley General de Comunicación Social.
La presunta culpa de Morena-PT, en esta ocasión, no fue del todo por la votación o por hacer quórum. Zambrano y Tagle coincidieron en que la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía del Senado, que es presidida por el PT-Morena, no frenó a la Comisión de Gobernación (que es presidida por el PRI) al momento de emitir la minuta, como lo hicieron en el caso de la reforma constitucional para quitar el fuero al Presidente de la República y a los legisladores.
“Sin duda la participación de Morena, en un sentido o en el otro, era determinante”, indicó Tagle. “Presidiendo la Comisión, perfectamente se podía detener o por lo menos hacer un contrapeso a la intención de aprobar o no aprobar esas leyes”. Morena no fue «una oposición real”, sentenció.
De acuerdo con el testimonios de Tagle, además, el petisa Zoé Robledo Aburto -quien presidía la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía del Senado- había hecho un contradictamen. «Esto quiere decir que formalmente se pudo haber presentado como un proyecto de dictamen alternativo y haber llegado al Pleno, porque como hubo votación siempre empatada, pudieron haber llegado los dos dictámenes y entonces las cosas hubieran sido diferente en la votación en el Pleno. No hubieras tenido un sólo proyecto; hubieras tenido dos” a elegir, narró la Senadora.
Sin embargo, en lugar de presentarlo como dictamen, los petistas lo presentaron como reserva “y eso significaba nada”. Como dictamen, con base en el Reglamento del Senado de la República, «cuando son comisiones unidas, tienen que sacar un documento conjunto y de proyecto”, refirió Tagle. Pero «no hubo la intención de sacar un documento conjunto ni que el contradictamen que dejó hecho el Senador Robledo se presentara como un dictamen alternativo […]. La intención era sacar lo que había llegado de la Cámara de Diputados sin moverle nada”.
La versión del Senador petista Manuel Bartlett es diferente. “Desde el primer día fuimos opositor del PRI. Votamos en contra de todos los nombramientos mafiosos que ellos sacaron: ministros de la corte, magistrados, organismos autónomos… Y ellos [PAN y PRD] votaron siempre con ellos [los priistas] porque se estableció esa perversa práctica de dividirse” los puestos.
Para René Bolio Halloran, académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, permitir la promulgación de la Ley General de Comunicación Social -o evitar quitar el fuero constitucional- «le deja las manos más libres” al posible gobierno de AMLO -o de quien resulte victorioso- para disponer de los más de 40 mil millones que hay para Comunicación Social. Es, en su opinión, motivo suficiente para un chanchullo.
NO AL ADIÓS AL FUERO
En el caso del proyecto por el que se reforman y derogan diversas disposiciones de los artículos 17, 61, 74, 108, 100, 111, 112 y 114 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los diputados Marko Cortés (PAN) y Jesús Zambrano (PRD) acusaron que la Cámara de Diputados envió al Senado de la República, con tiempo suficiente -11 días antes de la última sesión del periodo ordinario de la Cámara Alta- el proyecto de reformas constitucionales. No obstante, el proyecto se estancó en el Senado.
Según panistas y perredistas, el estancamiento de la reforma constitucional fue un «pretexto” basado en “cambios superficiales”, no sólo para cubrirle la espalda al Presidente Enrique Peña Nieto, sino también, en beneficio del próximo gobierno. De acuerdo con morenistas y petistas, además del panista Ernesto Cordero, había inconsistencias jurídicas en el proyecto, entre ellas por ejemplo, que la iniciativa no consideraba quitar el fuero a los síndicos (cuya labor principal es fiscalizar los ingresos y egresos de los municipios).
Será hasta después de que concluya el proceso electoral cuando el Senado de la República pueda retomar la discusión sobre la eliminación del fuero a todos los funcionarios públicos del país, incluido el Presidente de la República. Asimismo, el Senado concluyó los trabajos de la LXIII Legislatura sin aprobar los nombramientos de los fiscales general y anticorrupción.
«El PT presidía una de las comisiones que le tocaba determinar el tema del fuero, y presentaron desde un principio una propuesta de metodología de analizar y hacer un grupo de trabajo para discutir a fondo la minuta, sabiendo que por los tiempos no iba a dar para sacar la reforma constitucional en materia de fuero, argumentando cuestiones legales que la minuta de diputados carecía, pero que en otros temas, como la Ley de Comunicación Social, a pesar de que teníamos los mismos argumentos de que estaba muy mal hecha y que no cumplía con lo que había solicitado la Corte, ahí sí decidieron avanzar y no les importó”, dijo a SinEmbargo la Senadora Martha Tagle Martínez.
En respuesta, el Senador Manuel Bartlett Díaz comentó que hasta el priista Emilio Gamboa Patrón declaró que la minuta no estaba bien. Además, cuestionó que desde las comisiones de la Cámara de Diputados les fue imposible detener la minuta porque tenían a dos personas, y el PRI y su palomilla, a 30.
“¡Cómo te pueden decir que nosotros pedimos una votación, cuando somos dos en tres comisiones, en donde el PRI tiene mayoría como siempre y en donde PAN y PRI siempre votan juntos. Nosotros no podíamos detener nada!”, exclamó Bartlett. “Somos una ínfima minoría”, por lo que recordó que es una “estupidez” que los acusen de haber podido cambiar el resultado desde la Cámara Baja y evitar detener la minuta en el Senado.
Para el ex priista, las acusaciones del PAN y del PRD no sólo son “cínicas” sino “incongruentes”. Recordó que en octubre del año pasado, cuando fue cesado el Fiscal de Delitos Electorales, los coordinadores del blanquiazul y del Sol Azteca en el Senado, Fernando Herrera y Luis Sánchez, se retiraron de una reunión que tenían. Luego, narra el legislador, “acuerdan y firman la convocatoria para elegir al siguiente [Fiscal] al gusto de Emilio Gamboa». Bartlett añadió que, en esa como en muchas otras ocasiones, quienes hoy lanzan pedradas no están libres de culpa. Es puro “teatro”, concluyó.