El atentado ocurrido en el Valle de Mexicali, en el que dos personas fueron asesinadas, lesionaron a un niño de 6 años y privaron de la libertad a tres individuos, fue obra del grupo delictivo Los Salazar, célula criminal radicada en Sonora que ha buscado el apoyo de Los Garibay –otra organización delictiva– para pelear la plaza encabezada por Felipe Eduardo Barajas Lozano “El Omega”, quien ha controlado gran parte de las acciones criminales en el Valle.
Tijuana, Baja California (Zeta).– La “guerra” en la limítrofe de Mexicali, Baja California con el municipio de San Luis Río Colorado, Sonora, se torna más sanguinaria.
La madrugada del martes 23 de febrero, un comando irrumpió en dos domicilios ubicados en los ejidos Colima y Chiapas I en el Valle de Mexicali, donde asesinaron a dos personas, hirieron de bala a un niño de 6 años y privaron de la libertad a tres personas, de las que hasta el jueves 25 se desconocía su paradero.
Los ataques también se registraron en San Luis Río Colorado en un domicilio, depsuás escaparon hacia Sonoyta, Sonora, de donde se presume llegó el ataque.
Según el Vicefiscal regional, Pedro Mendívil, el atentado fue perpetrado por una veintena de personas armados que tripulaban 10 vehículos tipo pick-up de reciente modelo. Operativo que resulta atípico de la actividad criminal que se registra en Mexicali.
Aunque los primeros datos arrojaron que pudiera tratarse de sicarios integrantes de la célula delictiva encabezada por Felipe Eduardo Barajas Lozano “El Omega”, las indagatorias se dirigen más a un ataque perpetrado por el brazo armado de Los Salazar, cuya principal operación se registra en Sonora, pero que en el último año ha comenzado a dejar su huella sangrienta en el Valle de Mexicali.
Áreas de inteligencia gubernamental arrojan que Los Salazar no podrían actuar solos en este municipio, por lo que buscaron y concretaron una alianza con el diezmado grupo de Los Garibay, actualmente dirigido por Manuel Garibay Espinoza “Don Manuel” y Luis Alfredo Garibay Félix “El Wicho”, quienes les están abriendo las puertas de Baja California.
De 2020 a la fecha se ha notado un incremento sustancial en las cifras de homicidios en la capital del estado, sobre todo en su zona valle, donde varios de los asesinatos se le adjudican a la agrupación delictiva sonorense, debido a que intentan pelear la plaza actualmente dirigida por “El Omega” y por Jesús Alexander Sánchez Félix, conocido como “El Ruso”. Ambos lugartenientes allegados al ala de Ismael “El Mayo” Zambada García, los cuales entraron en un conflicto abierto con sicarios de Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar, identificados como “Los Chapitos”.
EL ATENTADO
La madrugada del martes 23 de febrero, un comando conformado por entre ocho y 10 vehículos quitó la calma a las comunidades rurales cercanas a la limítrofe con el municipio de San Luis Río Colorado, Sonora.
El convoy irrumpió poco antes de la una de la mañana en un domicilio ubicado en el Ejido Chiapas I, donde estaba una familia.
Desde el exterior del inmueble comenzaron a disparar de forma indiscriminada, hasta ingresar y tomar el control del domicilio. Ahí fue asesinado Enrique Martínez y esposa, Araceli Muñoz , resultó herida.
Integrantes del grupo armado, quienes vestían de color beige con equipo táctico color negro y el rostro cubierto, se dirigieron hacia donde se encontraban los otros tres hermanos del hombre asesinado, de nombres Aarón, Alonso y Ángel, a quienes obligaron a subir a los vehículos y desde ese momento se desconoce su paradero.
En la escena del crimen, los agresores dejaron una gorra negra y decenas de casquillos de calibre 7.62×39 y de 9 milímetros, los cuales fueron recabados por peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Los agresores huyeron de la escena permitiendo que se emitieran los múltiples reportes de emergencia al 911 para informar lo ocurrido.
Sin importar que ya era de conocimiento de las corporaciones policíacas, el grupo se trasladó al Ejido Colima, colindante del Chiapas I, separados solamente por 5.5 kilómetros de carretera estatal, para irrumpir en otro domicilio donde replicaron la mecánica.
Desde el exterior comenzaron a disparar hasta ingresar a la casa, donde terminaron con la vida de José Fidencio y lesionaron a su hijo, para posteriormente retirarse de la escena.
Los agresores se trasladaron a San Luis Río Colorado por medio de las brechas que conectan ambos municipios y atacaron Estación Riito, en el Valle de San Luis, donde rafaguearon una vivienda.
Posteriormente, abordaron sus vehículos, se dirigieron hacia la zona del Golfo de Santa Clara, donde hurtaron automóviles a personas que transitaban y continuaron su fuga rumbo a Sonoyta, donde instalaron un retén y nuevamente robaron automóviles con violencia.
Al comando también se le vincula con otro asesinato cometido el mismo día en Avenida Obregón y Calle 2, según reportaron las autoridades municipales sanluisinas.
En total, las autoridades localizaron siete automóviles, dos Mitsubishi de reciente modelo, color azul; una Dodge Caravan 2012; una pick-up Ford Lobo modelo 2020; un automóvil Chevrolet Malibú año 2005; una camioneta Chevrolet Tahoe 2021 y un Honda Accord también de reciente modelo. Tres de estos autos contaban con huellas hemáticas, cargadores de fusiles de asalto y daños ocasionados por proyectiles de arma de fuego, lo que deja claro que en alguno de los incidentes sostuvieron un enfrentamiento.
Las personas que estarían relacionadas con estas agresiones huyeron a Sonoyta o Caborca, conocidos refugios de “Los Chapitos” en Sonora.
LA HIPÓTESIS
Todos los caminos apuntan a una intervención directa de los hermanos Guzmán Salazar en los valles de Mexicali y San Luis Río Colorado. Sin embargo, la hipótesis recabada y analizada por diversas fuentes de las mesas de Seguridad coinciden en que el ataque no pudieron cometerlo solos.
Por las distancias de su base y la falta de estructura criminal en Mexicali, una zona plana y de pocas rutas de escape, “Los Chapitos” requerirían el apoyo de células aliadas para perpetrar el ataque en contra de los que fueron identificados -aunque sin antecedentes penales- como operadores de Felipe Eduardo Barajas Lozano, lugarteniente de Jesús Alexander Sánchez Félix, líder de la plaza en la región.
Por ello, la principal línea de investigación es que “Los Chapitos” buscaron el apoyo de sus aliados, Los Salazar, encabezados por Crispín Salazar Zamorano; y de Los Garibay, una célula diezmada y con poco territorio para el tráfico y narcomenudeo, que tiene a Luis Alfredo Garibay Espinoza como principal representante en la localidad.
“El Wicho” Garibay ha sido detenido en dos ocasiones por la extinta Policía Estatal Preventiva (PEP), una de estas en 2012 en Tijuana, en posesión de un arma de fuego calibre .9 milímetros. Iba en compañía de Jorge Luis Mora López alias “El Chinto”, presuntamente asesinado por sicarios de “El Omega” a mediados del año pasado.