Un 78 por ciento de las aplicaciones de las interfaces máquina-cerebro está relacionado con el ámbito médico y con el segmento de consumo en un segundo plano de aquí a dos décadas, afirma un estudio de Juniper Research.
Por Alberto Iglesias Fraga
Ciudad de México, 6 de marzo (TICbeat/SinEmbargo).- Las interfaces máquina-cerebro son la eterna promesa de que un sistema informático pueda procesar e interpretar nuestras ondas cerebrales, entendiendo nuestro pensamiento y transformarlo en acciones reales. Una eterna tendencia pronosticada por mil y un gurús que puede convertirse en un lucrativo mercado en apenas un par de décadas.
Así lo asegura un nuevo estudio de Juniper Research, según el cual los ingresos globales asociados al hardware de interfaces máquina-cerebro llegará a los 19 mil millones de dólares en el año 2027. Se trata de una cifra muy por encima de los 2 mil 400 millones que esta particular industria facturará en 2018, con los usos médicos como principal punta de lanza.
No en vano, las aplicaciones en materia de salud de esta tecnología supondrán nada menos que el 78 por ciento del total de mercado, con el control de prótesis y la visión artificial como primeros casos de uso. Pero para los analistas, existe un sinfín de situaciones en las que podremos ver un claro potencial como la monitorización de nuestra capacidad de concentración, los implantes cocleares o las herramientas de modificación del sueño.
En torno al primero de esos escenarios, las interfaces máquina-cerebro prometen ser más eficaces que las actuales tecnologías (como los sensores ópticos en muñecas), mucho más caras y menos precisas. Para Juniper, la tecnología basada en electroencefalogramas permite controlar con exactitud la fatiga, con lo que se convierte en una gran alternativa para garantizar la seguridad y la productividad en los entornos más críticos del ámbito industrial.
¿Qué ocurre con las aplicaciones de las interfaces máquina-cerebro en el mercado de consumo? Para los expertos en la materia, este segmento de negocio seguirá siendo minoritario en años venideros, ya que apenas se vislumbran algunos puntos de interés -como la meditación guiada- de apenas relevancia. “La proporción de ventas actual será de menos del 1 por ciento en 2018, aunque subirá a más del 6 por ciento en el mercado más elevado de 2027”, reza el documento. Será la conjunción de las IMC con la realidad virtual o la realidad mixta la que facilitará experiencias de usuario de calado, un fenómeno al que contribuirá también la caída del precio medio de estos dispositivos de consumo (270 dólares en 2027, frente a los 11 mil 570 dólares que cuestan sus homólogos en el área médica).
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