Los Marines investigan las denuncias sobre la implicación de un «indeterminado número» de marines en activo y veteranos en la distribución en una red social de imágenes de compañeras desnudas y también de otras mujeres, y donde además se promueve la violencia sexual.
Washington, 6 marzo (EFE).- El comandante general del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, general Robert B. Neller, admitió anoche que la fuerza militar que comanda depende de la «confianza y el respeto» en pleno escándalo por la difusión entre militares de fotos de sus compañeras desnudas, sin su consentimiento.
Un condecorado sargento, veterano de Irak y Afganistán, Thomas James Brennan, desveló el sábado en su sitió web de información sobre asuntos militares la existencia de numerosas imágenes de mujeres del Cuerpo de Marines que fueron fotografiadas desnudas y que fueron difundidas en Facebook sin su consentimiento.
Según la versión oficial, los Marines investigan las denuncias sobre la implicación de un «indeterminado número» de marines en activo y veteranos en la distribución en una red social de imágenes de compañeras desnudas y también de otras mujeres, y donde además se promueve la violencia sexual.
Según recoge la revista Marines Corps Times, «las explosivas revelaciones» no sólo pueden afectar a centenares de militares, sino que además se han producido amenazas de muerte en las redes sociales contra Brennan, quien ha difundido la información, y su familia.
La respuesta hoy, a través de su cuenta en twitter, del comandante de los Marines estadounidenses ocurre cuando el escándalo ha sacudido las redes y pone en evidencia las dificultades castrenses para atajar los problemas de acoso y violencia sexual contra las mujeres militares.
Según Marine Corps Times, la comunidad donde fueron distribuidas esas imágenes tiene unos 30.000 miembros, principalmente de los Marines en activo y retirados estadounidenses, pero también británicos.
El Pentágono afronta así otro escándalo tras otros anteriores, como el de las violaciones de mujeres en las Fuerzas Armadas, lo que implicó a los investigadores del Servicio Naval de Investigación Criminal (NCIS, por sus siglas en inglés) y también a los capellanes del cuerpo.
El portavoz de los Marines en el Pentágono, comandante Clark Carpenter, declaró a la revista que los investigadores no saben qué envergadura tiene la trama.
En el documento-guía de 10 páginas de la oficina de Asuntos Públicos del Cuerpo de Marines circulado entre los oficiales para afrontar el escándalo se apela a colaborar con los investigadores y denunciar cualquier hecho criminal.
También se ofrece a las mujeres que han resultado afectadas los cauces oficiales de comunicación con el inspector general del cuerpo, el canal de mando, Military One Source (línea de atención telefónica 24 horas) y los propios capellanes.
El impacto en la moral del cuerpo y la degradación de las víctimas son dos de los aspectos que cuestionan la integridad de los responsables del escándalo, entre otros aspectos destacados en el documento preparado para afrontar la crisis.