Tríos: Relatos de Sara Mesa, Alberto Chimal, Alberto Barrera, Isabel Mellado, Mariana H., Luisgé Martín, Andrés Barba, Yuri Herrera, Marta Sanz, Eduardo Antonio Parra y Juan Villoro. Edición y prólogo de Paola Tinoco. Anagrama, primera edición 2017.
Ciudad de México, 6 de enero (SinEmbargo).- A ciertos escritores dotados de una vívida imaginación se les pidió que escribieran algo para Tríos (Anagrama). Excelente – dijeron con alegría – justamente todos ellos tenían en mente una imagen erótica sobre el tema de las triadas y al que no le brillaron los ojos por lo menos le brotó una sonrisa al abordar la cuestión. Al observar esto la editora alzó los brazos: ¡no solo sexo, no quiero escandalizar a los lectores! Más de alguno de aquellos narradores consultados se habrá preguntado: ¿entonces qué se supone que buscan los lectores cuando consultan sobre el tema?
Por lo que a mí respecta veo la cosa de diferente manera. A los lectores nos encanta volvernos cómplices con los cuentos+ y con la literatura en general. Sentimos la necesidad natural de vivir grandes emociones. Y por este motivo cada uno de estos grandes escritores (Villoro, Chimal, Parra, entre otros) decidió explorar otros caminos y angustiar a sus lectores pero es seguro que ninguno de nosotros les guardaremos rencor. Estas sencillas y poco inocentes narraciones están repletas de gente y sus relaciones en momentos determinados, de niveles sociales específicos y lugares concretos.
Pero, no todos los miembros de esta hermandad – que usted, querido lector, pronto podrá tener en sus manos – son amantes embriagados; aunque ciertamente la figura que con mayor frecuencia aparece es la del erotismo descrito desde lo humorístico y lo dramático. Los autores trataron de ir más allá y premiaron a sus personajes con seriedad. No solo escriben de la gozosa aventura que es la vida, si no también de sus infortunios, las penas y las calamidades. Los cuentos – que poco tienen que ver con los de hadas – están poblados por seres tan reales que muchos se alejan de las toneladas de páginas que llenan la literatura actual, la cual se preocupa por la verosimilitud y tanto se aleja de ella como si del mismo demonio se tratara.
Cada uno de estos autores tuvo la valentía de escribir cuentos sin un final feliz. Consideraron que no se debía ser bueno porque valiera la pena y porque al final del día en el mundo no siempre sucede así. En cambio, cada uno de ellos utilizó un extraño sentido del humor que les ayudó a dibujar la vida como el resultado de un dilema en la que muchos de nosotros estamos, hemos estado o estaremos en algún momento de nuestra existencia. Todas estas grandes historias son difíciles de domesticar y algunas de ellas no son propias de una conversación de dominio público. Al final del día la compiladora y editora misma, no sin cierto sentido del humor, ha creído que el lector interesado en este libro se acercará a él movido por el morbo de descubrir qué tipo de trío ha inspirado a cada una de estas once historias, pero lo que el lector descubrirá es un compendio que habla de seres humanos que hacen cosas propias de seres humanos.