Terminamos el 2014 con la muerte de Joe Cocker. Terminamos el 2015 con la muerte de Natalie Cole. Cuando la música se viste de luto y lloran las canciones…
Ciudad de México, 6 de enero (SinEmbargo).- Si a fines del 2014 lloramos con desconsuelo la partida de Joe Cocker, el final del 2015 no fue distinto, al anunciarse la muerte de Natalie Cole, víctima de problemas cardíacos y renales desde hace varios años, a causa –según ella misma lo había admitido- de una larga adicción a las drogas duras.
El 31 de diciembre, a los 65 años de edad, se iba en una clínica de Los Angeles la cantante de jazz, hija del famoso pianista Nat King Cole (1919-1965) y quien en 1991 triunfó con el álbum Unforgettable… With Love, que incluye un dúo mezclado en estudio con la voz de su padre. El disco vendió siete millones de copias sólo en Estados Unidos y le valió a la intérprete tres Grammy.
En una autobiografía publicada en el 2000, Natalie relató que había consumido cocaína, heroína y LSD y reveló que en algún momento trabajó como prostituta en Harlem. En 2008 le diagnosticaron hepatitis C, que se contagió con una aguja contaminada durante su tiempo como adicta. Al año siguiente recibió un trasplante de riñón tras haber sufrido un fallo renal.
En octubre anunció que cancelaba los conciertos que tenía previsto dar en noviembre y diciembre, entre ellos una actuación en la víspera de Año Nuevo en Los Angeles, debido a sus problemas de salud.
ADIÓS A SCOTT WEILAND
Aun cuando se trató de una muerte prácticamente anunciada, el mundo del rock lloró con rabia la partida temprana de Scott Weiland (1967-2915), el líder de Stone Temple Pilots y uno de los mejores vocalistas en la historia contemporánea del género.
El también vocalista de Velvet Revolver, murió el 3 de diciembre a causa de una sobredosis de drogas y alcohol a los 48 años en el estado de Minnesota, mientras estaba de gira con su grupo The Wildabouts, dando fin así a una vida trágica en la que nunca pudo salir adelante, como bien reveló la madre de sus hijos en una estremecedora carta pública.
“Elijamos hacer que esta sea la primera vez en que no glorificamos su tragedia con palabrerío sobre el rock and roll y los demonios que, de paso, no tienen por qué venir con la música. Pasen de largo de la deprimente playera con la inscripción 1967-2015; usen ese dinero para llevar a un chico al futbol o a comprarle un helado”, pidió Mary Forsberg.
ADIÓS A ORNETTE COLEMAN
El 13 de junio, un paro cardíaco se llevó en Manhattan, donde vivía, al compositor y saxofonista de jazz Ornette Coleman. Los reportes de prensa dieron cuenta de su personalidad controvertida, de su nacimiento en Texas, en 1930 y de su primer álbum de 1961 Free Jazz: A Collective Improvisation, que lo cambió todo y para siempre en el género del jazz, con apenas 37 minutos de música tan trascendente como provocadora.
Solo y de niño aprendió a tocar el saxo y poco a poco su osada personalidad y su inteligencia filosa fueron dando sentido a una filosofía aplicada al jazz que lo llevó a ser entrevistado por el filósofo francés Jacques Derrida (1930-2004).
“Intento expresar un concepto según el cual una cosa pueda ser traducida por otra. Pienso que el sonido tiene una relación mucho más democrática que la información, ya que no necesitamos de un alfabeto para comprender la música”, dijo en la nota de 1997 titulada por Derrida “La lengua del otro”.
“Estaba en el Sur cuando las minorías eran oprimidas y me identifiqué con ellas a través de la música. Estaba en Texas, comencé a tocar el saxofón y a mantener a mi familia tocando en la radio. Un día, pasando por un lugar donde solía haber apuestas y prostitución, varios se agarraban a golpes y vi apuñalar a una mujer. Pensé entonces que debía salir de allí. Le dije a mi madre que no quería tocar más esta música porque pensaba que no hacía sino reforzar todo ese sufrimiento. Ella me respondió: – ¿Qué te pasa, quieres que alguien te pague por tu alma? No lo había pensado y cuando ella me lo dijo fue como si hubiese sido rebautizado”, contó en esa famosa entrevista.
ADIÓS A LEMMY KILMISTER
La vida desbordada y excesiva le pasó tempranamente factura y Lemmy Kilmister tuvo que enfrentar la diabetes, problemas cardíacos e incluso portar un desfribilador, hasta que la muerte se lo llevó el 28 de diciembre pasado, para tristeza de sus seguidores y de la legendaria banda de metal que lideraba, Motörhead.
Había cancelado los shows del año en los Estados Unidos, ya sólo fumaba dos cigarrillos al día, se había pasado de una botella diaria de whisky al vodka y hacía ejercicio regularmente en una bicicleta fija.
Según comunicó su grupo, Lemmy Kilmister murió a los 70 años como consecuencia de un cáncer muy agresivo, del que había tenido conocimiento apenas el 26 de diciembre.
El mundo de la música dijo también adiós al cantante estadounidense Percy Sledge, la voz de «When a Man Loves a Woman» (14 de abril); el compositor de las bandas de sonido de Titanic y Braveheart, James Horner (22 de junio); el compositor puertorriqueño Raphy Leavitt, fundador de la orquesta de salsa La Selecta (5 de agosto) y el reconocido cantautor colombiano Calixto Ochoa, uno de los principales representantes del género musical vallenato (18 de noviembre).
En nuestro país, lamentamos la partida del crítico de música Jaime Almeida, quien falleció en Tabasco a los 66 años de edad, luego de dar una charla sobre la historia del bolero.