Green ya era investigado por conducta inapropiada contra una activista del Partido Conservador. El domingo, el funcionario dijo que la historia del Sunday Times era «completamente falsa» y que provenía de una fuente policial corrupta y poco confiable.
Por Gregory Katz
Londres, 5 de noviembre (AP).- El escándalo que rodea a la clase política británica se profundizó el domingo con más denuncias de acoso sexual, abuso de poder y otros actos indebidos, entre ellas nuevas acusaciones que involucran a un aliado clave de la primera ministra Theresa May.
Damian Green, primer Secretario de Estado y mano derecha de May, negó un informe del diario Sunday Times que indicaba que la policía encontró pornografía «extrema» en su computadora durante una investigación hace nueve años.
Green ya era investigado por conducta inapropiada contra una activista del Partido Conservador. El domingo, el funcionario dijo que la historia del Sunday Times era «completamente falsa» y que provenía de una fuente policial corrupta y poco confiable.
«Las acusaciones sobre el material y la computadora, de hace nueve años, son falsas y provienen de un funcionario de policía desacreditado que actúa en flagrante violación de su deber de mantener confidenciales los detalles de las investigaciones policiales», dijo Green.
Las acusaciones surgieron a raíz del escándalo de abuso sexual por parte del cineasta estadounidense Harvey Weinstein y van mucho más allá de Green y del ex Secretario británico de Defensa Michael Fallon, quien renunció la semana pasada luego de que surgieron denuncias de comportamiento inapropiado.
En Gran Bretaña, un número cada vez mayor de legisladores enfrentan acusaciones similares, lo mismo que políticos en Escocia y Gales.
Carl Sargeant, secretario galés de comunidades y niñez, renunció el viernes después de que surgieron acusaciones de conducta inapropiada. El exfuncionario pidió una investigación independiente para limpiar su nombre.
En Escocia, el ministro de cuidado infantil Mark McDonald renunció debido a acciones pasadas. Se disculpó y dijo que comportamiento que él pensó que podía ser «gracioso» o «amistoso» incomodó a la gente.
La secretaria británica del Interior Amber Rudd dijo que Gran Bretaña está teniendo un momento «decisivo». Agregó que la ola de acusaciones provocará una «limpieza» en el gobierno que dejará a sus instituciones en mejor forma.