Con el tema de los 43 normalistas desaparecidos, (aún y cuando el corazón nos anima a pensar que están vivos, la realidad nos quita toda esperanza), ha salido a la luz un problema gravísimo que esta sucediendo en nuestro país: cientos de cuerpos que nadie reclama.
No puedo concebir como es que diariamente se descubren nuevas fosas con cadáveres que primero nadie sabe quienes son y segundo nadie reclama. Podrían ser inmigrantes centroamericanos a quienes sus familiares los vieron partir y que no saben nada de su paradero o por otro lado podrían ser algunos cuantos de los miles de desaparecidos mexicanos aunque por la cantidad me inclino más hacia la primera teoría.
Independientemente de quienes son, esos crímenes permanecen impunes aún y cuando todo el mundo sabe que los culpables son en muchas ocasiones las autoridades de dichos municipios junto con los grupos de narcotraficantes del lugar, sin embargo, no existen culpables sentenciados.
Los números tanto de la cantidad de homicidios como de las sentencias por homicidios respaldan esta triste verdad que en los últimos años se ha incrementado y que gracias a la desaparición de los 43 normalistas ha provocado movimientos sociales de dimensiones sin precedentes.
No es un dato nuevo que desde el 2007 hasta la fecha la tendencia de los homicidios ha aumentado, aunque según lo que dicen las autoridades durante los últimos tres años han disminuido. Esto es un problema social gravísimo que ha afectado a miles de familias y que ha cobrado un número de víctimas superiores a algunas guerras, sin embargo, más grave aún es el problema de justicia en el cual la impunidad impera sobre los cadáveres.
Si se observa la gráfica siguiente, a partir del 2008 sucede un fenómeno irreal, empieza a haber casi el doble de muertos que de sentenciados por este delito y con el tiempo este problema va aumentando, en 2010 ya son más del triple las defunciones por homicidio que las personas con una sentencia tanto del fuero federal como del común, que cumplen sentencia en prisión por dicho delito.
Para poder dilucidar el problema con una mejor óptica, se puede hacer a través de la tasa de sentenciados por homicidio, la cual indica la relación que existe entre sentenciados por homicidio y número de homicidios; es decir cuántas personas se encuentran en prisión por el delito de homicidio por número de asesinados.
En 2007 la tasa era de .9; casi por cada víctima de un asesinato existía una persona en prisión cumpliendo condena por homicidio, sin embargo en 2012 la cifra se reduce a .3 lo que indica que por cada 3 víctimas se llega a un culpable.
Ahora, hay que considerar que muchas de las muertes que han ocurrido en México, se han producido en masa, lo que quiere decir que un solo autor material da fin a la vida de muchas personas por lo que seria imposible que existiera una tasa de 1, sin embargo, lo anterior no minimiza el problema de impunidad que aumenta con el paso del tiempo en nuestro país.
Independiente al problema de impunidad y por lo tanto de corrupción que hay en México actualmente, esperamos que los 43 normalistas no se conviertan en una estadística más.
@criminologiamex