Yordi Rosado aseguró que tuvo que rogar por su vida luego de una pelea en un bar de Culiacán, Sinaloa.
Ciudad de México, 5 de octubre (SinEmbargo).- Después de una pelea en un bar de Culiacán, Sinaloa, Yordi Rosado, conductor mexicano, pensó que sujetos armados iban a matarlo.
Durante el programa Miembros al Aire, Rosado aseguró que tuvo que rogar por su vida y hasta beber alcohol con los que querían agredirlo.
La anécdota inició después de que Rosado realizó una conferencia en Culiacán. “Me dice el empresario, vamos a cenar, y fuimos a un lugar donde es cena y hay como fiesta”, contó Yordi.
Ya en el establecimiento, Rosado fue abordado por personas que le pidieron autógrafos y fotografías. Es cuando un sujeto comenzó a fastidiarlo.
“De repente estoy parado y al lado oigo un güey que me dice: ‘¡Yordi, qué pedo!’. Se me deja venir ya jarra y me dice: ‘Yo te adoro, me encantas’. De esas veces que te están diciendo y no sabes si es en serio o te están molestando”, contó Rosado a los conductores de Miembros Al Aire.
“Sigo dando autógrafos y otra vez el güey se me vuelve a aventar, además me agarraba del cuello. Y a la tercera se sube arriba de una periquera. En el momento en que cae yo estaba enojadísimo y en lugar de recibirlo, me muevo, lo agarro de la cabeza y lo aviento contra el piso. Se cae y entonces llegan los de seguridad, llegan sus brothers y los de seguridad lo sacan a él y a sus amigos”, relató Yordi Rosado.
Ya casando por la jornada, el conductor se dispuso a abandonar el bar, sin embargo, le advirtieron que el sujeto de la pelea estaba esperándolo afuera. “Hay un problema, este güey te está esperando afuera”. “Está en una troca esperándote y dice que no se va a ir hasta que bajes, y está armado”, le dijeron a Yordi.
Tras permanecer varias horas en el lugar, Rosado decidió salir y enfrentar al hombre armado.
“Claro que me dio miedo, ya era papá. Ya las 4:30 de la mañana dije: ‘Ya me voy’. Salí, puse las manos juntas, me bajé casi hincado y desde arriba le dije: ‘Perdóname, soy un pendejo’. Fui bajando: ‘Discúlpame, estaba borrachísimo’. Me acerqué y me dice: ‘No hay pedo, quédate a chingarte unas chelas conmigo’ y me quedé como una hora en la troca chingándome unas cervezas con ellos, pero no me mataron”, relató Yordi Rosado.