Los sonidos que emiten los sapos para comunicarse o aparearse tiene efecto a más de cien metros a la redonda. Unas veces surge efecto en hembras y otras para saber donde hay agua.
Sídney (Australia), 4 octubre (EFE).- Los sapos americanos son capaces de hacer «llamadas de larga distancia» para aparearse y sus sonidos pueden llegar a escucharse a unos 120 metros, según un estudio publicado hoy en Australia.
«Esto supone que pueden ser escuchados por más individuos y pueden atraer más parejas potenciales para aparearse que otras especies», dijo el autor de la investigación, Benjamin Muller, de la Universidad James Cook, en un comunicado.
La mayoría de las ranas y los sapos solo responden las llamadas a unos cuantos metros de distancia, según el estudio, realizado por un grupo de investigación que trabaja para erradicar la plaga de estos batracios en el país oceánico.
El trabajó añade, sin embargo, que las hembras son más selectivas y pierden el interés a más de 70 metros de la llamada de apareamiento.
«Probablemente porque (las hembras) necesitan escuchar más información compleja relativa al tamaño, el nivel de energía y la salud de sus parejas potenciales», precisó el experto.
Muller también destacó que los machos de estos sapos responden fuertemente y desde lejos a las llamadas de otros machos, probablemente porque estos sonidos sugieren la presencia de agua y de otras hembras con las que se pueden aparear.
La investigación persigue desarrollar trampas sonoras más efectivas en las que se utilice como cebo esta poderosa llamada de apareamiento del sapo.
El «Rhinella marina» fue introducido en Australia en 1935 para combatir una plaga de escarabajos en las plantaciones de azúcar del estado nororiental de Queensland, un plan que fracasó ya que el sapo no se comió esos insectos y al no tener depredadores se multiplicó sin control por casi todo el país.
La plaga del sapo americano, que puede medir 15 centímetros de largo y tiene la piel rugosa y con protuberancias, también ha causado estragos en Hawai (EU), Filipinas, Papúa Nueva Guinea y otras islas del Pacífico.