Por Justine Dupuy.
Saber cómo se utilizan los miles de millones de dólares que el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prestan cada año al gobierno mexicano es casi imposible. A pesar de que el marco normativo que rige dichos préstamos es claro y establece la obligación de elaborar una serie de informes y documentos, el gobierno no cumple con éstas.
¿De cuánto estamos hablando? De mucho dinero. En general estos préstamos otorgados por los organismos financieros internacionales representan el 30 por ciento de la deuda pública externa de México. Forman parte de los ingresos del país y tienen el objetivo de contribuir a su desarrollo y a la erradicación de la pobreza.
El Banco Mundial y el BID son muy generosos con el gobierno mexicano. Por ejemplo en 2011, México, ocupa el tercer lugar, después de China (1) y Turquía (2) de los países que más reciben préstamos del BM; lo que equivale al 9.2 por ciento (12,000 millones de dólares) de la cartera del Banco. Y esta tendencia sigue a la alza. En 2013 México fue el país con la mayor línea de crédito del BM con 14,000 millones de dólares. En cuanto al Banco Interamericano de Desarrollo, en 2011, México es su segundo prestatario, justo después de Brasil, con el 18.8 por ciento, es decir 30,000 millones de dólares.
Estos recursos son públicos, por lo que la información sobre su ejecución debería estar disponible de manera accesible. Pero no es la realidad. El diagnóstico sobre la transparencia de los préstamos para el desarrollo en México elaborado por Fundar evidencia la importante opacidad en el destino de estos recursos al analizar las respuestas a 220 solicitudes de información realizadas sobre una muestra de 29 préstamos, 14 del BM y 15 del BID entre 2010 y 2013.
Se elaboraron 147 solicitudes de información al gobierno mexicano, 28 al Banco Mundial y 45 al BID. De las solicitudes realizadas al gobierno, la mitad de las respuestas consisten a remitir a la página del banco correspondiente sin que la información estuviera disponible. Y en más de 20 por ciento de las respuestas, se declara la inexistencia de la información.
Este ejercicio de acceso a la información revela los grandes esfuerzos que todavía faltan por hacer en materia de transparencia de estos préstamos. La información que brinda el gobierno mexicano es muy deficiente. No es posible conocer datos oportunos y veraces sobre la actuación gubernamental en este tema.
Hasta la fecha, no hay manera de conocer con detalle información como por ejemplo: 1) La lista completa de los montos y procedencia de estos préstamos 2) los proyectos, programas o políticas a los que se destinarán 3) las fechas de inicio de implementación de cierre del préstamos, 4) la instancia ejecutora o 5) los resultados obtenidos
El acceso a la información y la transparencia permiten exigir cuentas y ejercer un control sobre el quehacer gubernamental. En materia de préstamos para el desarrollo, existe un vacío importante de información pública que imposibilita que las personas podamos opinar y participar en estos asuntos. EL BID y el BM tienen Políticas de Acceso a la Información desde 2010 y el gobierno mexicano cuenta con una normas avanzadas en la materia. Urge que estas disposiciones no solo se queden en el papel sino que se hagan realidad.