Con 34 años, Carlos Dzul tiene bien claro que su caricaturista mexicano preferido es Jis. Sabe qué historias le gustan contar y que la depresión junto con el humor son la mejor forma de hacerlo.
Los «monitos» con los que interpreta las historias y miedos son parte de su firma. Son simples pero divertidos y el lenguaje coloquial que usan logra que todo aquel que las vea eche una carcajada o se identifique con ellas.
Sin embargo, el trabajo de Carlos Dzul va más allá de estas historias. El caricaturista también elabora trabajos más complejos con escenarios inimaginables y seres extraños ubicados en otros mundos.
Ciudad de México, 5 de agosto (SinEmbargo).– Las viñetas de Carlos Dzul empezaron a dibujarse hace cinco años. Un amigo con el que estudiaba Literaturas Hispánicas al ver su trabajo lo animó a seguir diseñando historias. Fue así que decidió crear un blog para ahí compartir los dibujos con más personas.
Las primeras historias en el blog datan de marzo de 2013. Con un humor ácido, Dzul hace que sus personajes sean golpeados por un gran guante de box al terminar de confesar lo que piensan. El que maneja la manopla es un tipo calvo que se enfada por lo que los personajes le cuentan; le parecen demasiado “patéticos», demasiado «buena onda», demasiado “chavos”.
Esa fue la idea original de su blog que lleva por lema “monos chuecos y re mal vibrosos”. Hacer dibujos muy malos donde Dzul iba a transmitir su depresión y «mala onda». Aunque eso ha ido cambiado, no lo ha hecho la esencia.
Y es que Dzul, originario de Villahermosa en el estado de Tabasco, le gusta trabajar por etapas: hacer viñetas con características similares y después olvidarlas para comenzar una nueva y muy diferente. Así lo muestra en ChangosPerros, su blog que lo ha hecho conocer en México y hasta en otros países.
ChangosPerros debe su nombre a la idea de Carlos de querer representar algo “chido».
“Todos los demás nombres estaban tomados. Yo quería que se llamara ‘perros muertos’ o ‘perros podridos’, pero todos los nombres ridículos que me gustaban ya existían, entonces llegué a la conclusión de que tenía que ser ChangosPerros, la idea es que changos es como de ‘mono’,’monitos’, y perros es como de ‘chido’”.
MAGAZINES
Carlos Dzul, quien obtuvo el primer lugar del concurso 44 de la revista Punto de partida en la categoría de Cuento por su historia “Ángel demoniaco”, cuenta con dos magazines publicados: Temores Paranoicos y Se venden pedos.
Temores Paranoicos salió a la luz gracias al Colectivo Soslal, un grupo de jóvenes de Yucatán, lugar donde radicó varios años, ellos fueron los encargados de hacerlo e imprimirlo.
«La idea (de Temores Paranoicos) comenzó porque yo iba con un psicólogo que me dejó de tarea apuntar todos los temores que yo fuera teniendo a lo largo del día y me di cuenta de que la libreta se me llenaba, y fue una forma de lidiar también de una manera más divertida con eso fue pasarlo a monitos. Entonces empecé a subir varios y se hizo popular…”.
Se venden pedos nació apenas este año y consta de 70 páginas con muchas historias. Ambos se pueden adquirir a través sus redes sociales y pueden ser enviados a cualquier parte de la república. Además de playeras, separadores y stikers.
LAS LOVSTORIS
Un día Carlos recibió un mensaje, un sujeto quería que le hiciera una viñeta sobre su historia y así declararle su amor a la morra de la que estaba enamorado. Aunque a Dzul no le gustó la idea, aún así la hizo y la respuesta fue exitosa: el chico logró conquistarla y hacerla su novia.
Esto marcaría una etapa en sus dibujos, pues desde el 14 de febrero de este año invitó a las personas a que le mandaran su historia de amor para que él la convirtiera en papel.
Las Lovstoris se cuentan en un mismo plano a través de varios cuadros. Tienen un lenguaje simple y divertido. Los monos que “interpretan” las historias son sencillos pero desenvueltos en mucha creatividad para hacerlas graciosas.
“Con lo de las Lovstoris (el blog) se ha vuelto algo tierno, súper tierno. […] Las Lovstoris son historietas de una página que hago basándome en casos reales que me envía la gente”.
Hasta el momento, Carlos Dzul lleva hechas decenas de historietas amorosas, pero asegura que no tiene idea ni tiene nada qué decir acerca del amor y desea comenzar con nuevos temas.
“Alguien me dijo que soy una especie de ‘doctor corazón’ y a partir de eso me puse a pensar en que no quiero hacer, quiero empezar a hacer otro tipo de cosas. […] No sé nada del amor. Supongo que la gente lee esas cosas y dice ‘ese wey sabe cómo funciona todo’, y no es así. Es un título que no merezco”.
Ahora quiere invitar a las personas a que le cuenten sobre sus borracheras. Historias relacionadas con el alcohol.
Sin embargo, el trabajo de Carlos Dzul va más allá de estas historias. El caricaturista también elabora trabajos más complejos con escenarios inimaginables y seres extraños y a veces usa los colores como complemento.