ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS
La tercera y última temporada de Dark llegó a Netflix con el gran reto de cerrar en enorme entramado de enigmas creado por la serie alemana en el que pasado, presente y futuro se entremezclan.
MADRID, 05 de julio (EuropaPress).- La última temporada de Dark ya está disponible en Netflix. Ocho nuevos capítulos que ponen fin a la compleja trama de la serie alemana, donde pasado, presente y futuro se entrelazan constantemente al igual que se cruzan, en diferentes épocas, las familias de sus diferentes protagonistas.
Una de las claves del desenlace es Sic Mundus, la oscura organización que se dedica a viajar en el tiempo. Y los últimos capítulos de la serie de Netflix revelan que esta sociedad secreta lleva activa en Widen mucho más tiempo del que parecía inicialmente.
El nombre de esta logia hace referencia a una cita de la Tabla de Esperalda «Sic Mundus Creatus Est» («Así se creó el mundo»). En la segunda temporada se mostraba que, con Adam a la cabeza, el resto de miembros de esta sociedad secreta (Noah, Agnes, Magnus, Franziska y Bartosz ) en 1921 estaban ya ejecutando su plan y perfeccionando los viajes en el tiempo con materia oscura y bobinas de Tesla.
Pero lo cierto es que, según revela Dark en los primeros capítulos de su tercera temporada, la organización llevaba funcionando en Widen más de un siglo. Sic Mundus se fundó en lo que entonces ni siquera era un pueblo en el siglo XIX por Heinrich Tannhaus, un hombre que para devolver la vida a su esposa, llamada Charlotte -nada es casual en Dark-, tenía como ambicioso objetivo dominar las leyes del tiempo y el espacio.
Heinrich dedicó toda su vida, y sus recursos, a este objetivo, un legado lleno de conocimiento y avances que legó a su hijo Gustav, ciego desde niño pero que continuó con la empresa de su padre dentro de una fábrica ubicada donde un siglo más tarde se levantaría el pueblo de Widen.
Así, la llegada de los viajeros en el tiempo a su fábrica, cuando él es anciano, le pareció un guiño del destino para dejarles a ellos continuar con la sociedad secreta tras su muerte.
Ellos son los creadores de muchas de las máquinas del tiempo: las sillas en las que mueren los niños, la máquina perfeccionada de la sede subterránea, los pasadizos en las cuevas de Widen
Pero esta sociedad, tal y como le explica en Jonas mayor a la Martha venida del futuro, tenía en su origen unos fines muy distintos a los que ahora persigue Adam: «El padre del viejo Tannhaus intentó hacer volver de la muerte a su esposa. Estaba convencido de que su logro de viajar en el tiempo supondría la salvación del mundo, todo error podría prevenirse antes de que ocurriera. Pero no es una salvación, es una condena», le revela.
Así, Jonas revela que lo que buscaba inicialmente Sic Mundus no era provocar el Apocalipsis, como ahora quiere Adam… sino, además de remediar la muerte de su esposa, rectificar todos los errores de la humanidad, un mundo perfecto… un «paraíso» como vuelve a decir capítulos más tarde el propio Jonas ya convertido en Adam.
