La gestión de la pandemia y el suministro de vacunas ha incidido en la imagen de todos los mandatarios, en una región signada por la polarización y los problemas económicos. En México, una encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica mostró que López Obrador mantiene y el apoyo popular logrado en las elecciones que lo posicionaron en la Presidencia
Por Emmanuel Gentile
Ciudad de México, 5 de mayo (RT).– Buena parte de América Latina se encuentra sacudida como nunca antes por la segunda ola del coronavirus. Con un importante repunte de infectados y muertes, y ante la aparición de nuevas cepas del virus, más contagiosas y dañinas, son varios los gobiernos que han tenido que restringir nuevamente las libertades de circulación, una medida impopular que afecta gravemente la economía.
Para peor, el continente ha quedado relegado en la distribución mundial de vacunas contra la COVID-19, y en esa disputa cada gestión se pone a prueba a la hora de conseguir el tan preciado antídoto para iniciar, cuanto antes, la marcha de una ansiada «nueva normalidad».
Sin embargo, la crisis socioeconómica que causa la pandemia arrastra hacia abajo la imagen de gobiernos que han sido ponderados por su exitoso plan de vacunación, como es el caso de Chile, mientras que en algunos países el descrédito por el Gobierno no logra ser apuntalado por el número de dosis aplicadas, tal como ocurre en una convulsionada Colombia.
En Argentina, en cambio, el desempeño de Alberto Fernández suma más apoyo entre las personas vacunadas que entre aquellas que no lo están. Y en Brasil, el negacionismo de Bolsonaro ha impactado con fuerza en la valoración de su gestión.
CHILE: EL DESCONTENTO SOCIAL
Pasado un año y dos meses desde que se detectó el primer caso de la enfermedad en América Latina, Chile, que logró avanzar como ningún otro de sus vecinos en la vacunación de sus habitantes –el 45 por ciento de su población ha completado el proceso de inmunización–, mantiene en niveles bajos la popularidad de su Presidente, Sebastián Piñera.
La gestión del mandatario tiene una aprobación del 9 por ciento, un 74 por ciento de rechazo y otro 15 por ciento no aprueba ni desaprueba, según reveló una reciente encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP).
El Presidente apenas pudo cosechar un 3 por ciento de aprobación respecto de la última medición de la CEP, datada de enero de 2019, cuando, a cuatro meses del estallido social, alcanzó su mínimo histórico de 6 por ciento.
La última acción de Piñera que reavivó la llama del descontento popular ocurrió la semana pasada. El líder de la coalición Chile Vamos recurrió al Tribunal Constitucional (TC) para intentar frenar el proyecto de tercer retiro del 10 por ciento de fondos de pensiones (AFP), una medida de emergencia que tuvo por objetivo dar soporte al golpeado bolsillo de los chilenos. Piñera la promulgó a regañadientes tras la derrota en el TC y en el Congreso, donde el proyecto contó incluso con votos de su propio espacio.
La calle se había hecho sentir. Cuando Piñera anunció que recurriría al Tribunal Constitucional, hubo cacerolazos, protestas y varios incidentes, principalmente en la capital, Santiago. A pesar de que el tercer retiro ya es un hecho, el 61 por ciento de los chilenos piensa que el Jefe de Estado recurrió al TC para proteger las inversiones de las empresas de AFP en el sistema financiero, según una encuesta de Data Influye.
ARGENTINA: LA INCIDENCIA DE LAS VACUNAS
En Argentina, que en las últimas semana ha registrado cifras récord de contagios y fallecidos, tensionando la capacidad hospitalaria, la aprobación de la gestión del Presidente Alberto Fernández frente a la pandemia está en su nivel más pobre. Un 45 por ciento la ve positiva y un 50 por ciento la considera mala.
Sin embargo, el apoyo crece de manera significativa entre las personas que recibieron al menos una dosis de las vacunas contra el coronavirus, segmento en el cual el 53 por ciento tiene una valoración positiva, y 47 por ciento negativa, según un estudio de Opinaia publicado por La Nación.
La expectativa del Gobierno por conseguir más vacunas y mejorar el ritmo del plan de inoculación, se ve a diario. Y más allá de las necesidades lógicas de superar esta segunda ola, la llegada de más antídotos ayuda a mejorar la imagen de su gestión, máxime teniendo en cuenta que en octubre habrá elecciones legislativas.
La semana pasada, el propio Alberto Fernández asistió al Aeropuerto de Ezeiza a recibir un vuelo proveniente de China, con un millón de dosis de la vacuna Sinopharm. Además, hace dos semanas el país se convirtió en el primero de América Latina en producir la vacuna Spuntik V contra la COVID-19, que podría realizarse de forma masiva a partir de junio.
ECUADOR: UN FIN DE CICLO CON BAJA APROBACIÓN
Ya en sus últimos días en el poder, Lenín Moreno dejará la Presidencia de Ecuador con un 8 por ciento de respaldo popular, posicionándose en el último lugar del ránking de imagen presidencial de América Latina elaborado por la Fundación Directorio Legislativo.
En una nación sensiblemente polarizada entre correístas y anticorreístas, Moreno no genera simpatía en ninguno de los dos bandos.
Y el Presidente electo, el banquero Guillermo Lasso, iniciará su mandato el próximo 24 de mayo con varios desafíos: superar la crisis económica, acelerar el proceso de vacunación –apenas un 3 por ciento de la población está inmunizada– y reducir los contagios para recuperar el sistema hospitalario, que en algunas ciudades como Quito está con el 100 por ciento de ocupación de camas en unidades de cuidados intensivos.
Todo esto, sin un respaldo claro de los ecuatorianos, dato que sobresale al observar que en la primera vuelta de las elecciones, Lasso cosechó solamente el 32 por ciento de los votos.
DUQUE, EN SU PEOR MOMENTO
En medio de un clima caliente tras siete jornadas consecutivas de protestas, que comenzaron con el proyecto de reforma tributaria, la aprobación del Presidente Iván Duque se deteriora con fuerza y está en uno de sus peores momentos desde que inició su mandato, en agosto de 2018.
A un año de las próximas elecciones, solo un 33.1 por ciento avala su gestión, según una encuesta de Invamer publicada por Valora Analítica. Sin poder resolver el problema de la creciente violencia, con inestabilidad fiscal y atravesando la «tercera ola» del coronavirus, Duque sufrió un derrumbe de casi 10 puntos respecto a la anterior medición —de noviembre de 2020—, cuando cosechó una aprobación del 43.6 por ciento.
Actualmente, la desaprobación está en 63.2 por ciento, mientras que en la anterior medición era de 51.9 por ciento. En este caso, el desempeño del Gobierno en relación a la vacunación es destacable. Ya ha inoculado a más de 5 millones de personas y cuenta con las dosis suficientes para inmunizar a otras 4 millones en el mes de mayo.
BOLSONARO Y EL «FANTASMA» DE LULA
Tras pasar un año negando la pandemia, el Presidente brasileño Jair Bolsonaro empieza a sufrir los efectos de una cuestionada administración de la salud.
En lo que va de 2021, la evaluación que la población hace de su Gobierno empeoró notablemente, ya que la valoración de «malo» y «pésimo» pasó de 40 por ciento a 48 por ciento, mientras que la calificación óptima y buena se redujo de 32 por ciento a 27 por ciento. Así lo demuestra el último sondeo de XP/Ipespe, realizado a finales de marzo.
En el mismo estudio, la consulta sobre la forma en que Bolsonaro está enfrentando la pandemia, la desaprobación pasó de 50 a 60 por ciento, mientras que la aprobación viró de 40 a 33 por ciento. Allí, el porcentaje de personas vacunadas con al menos una dosis alcanza al 14 por ciento de la población.
La caída de la imagen del mandatario contrasta con la buena «performance» del expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva, quien ha recuperado la libertad y sus derechos políticos hace poco más de un mes, gracias a la anulación de sus condenas por presunta corrupción.
El líder del PT supera a Bolsonaro en intención de voto: alcanza el 29 por ciento contra un 28 por ciento del ultraderechista. Y la tendencia es favorable a Lula, ya que en el análisis anterior sumaba 25 por ciento contra 27 por ciento de Bolsonaro.
NAYIB BUKELE, EL MEJOR EVALUADO
El Gobierno de El Salvador es el que mejor imagen tiene de toda América Latina respecto a la gestión de la pandemia. El 98 por ciento de los salvadoreños aprueba a nivel general la forma en que el Gobierno del Presidente Nayib Bukele ha abordado la emergencia sanitaria del coronavirus, de acuerdo a un trabajo de la encuestadora CID Gallup publicada en marzo.
En términos generales, Bukele encabeza el ránking de presidentes de Directorio Legislativo con 83 por ciento de imagen positiva, seguido por Luis Abinader, de República Dominicana (68 por ciento).
Pero el mandatario millennial comienza a ser caracterizado como un autoritario. El domingo, hubo protestas en las calles luego de que la Asamblea Legislativa, de mayoría oficialista, destituyera a los cinco jueces de la Sala de lo Constitucional, una de las cuatro instancias que forman la Corte Suprema de Justicia, y al Fiscal General.
Su embate a la Justicia fue considerado un «golpe» o «autogolpe» por diversas organizaciones sociales, y también despertó fuertes cuestionamientos por parte de la comunidad internacional.
AMLO SUMA APOYO POPULAR
Otro líder político que mantiene y aún supera el apoyo popular logrado en las elecciones que lo posicionaron en la Presidencia es el Jefe de Estado mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Una encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) reveló en abril que López Obrador cuenta con un respaldo del 56 por ciento de la ciudadanía, cifra que supera en tres puntos el porcentaje de votos cosechados en los comicios de 2018 (53 por ciento).
A pesar de ser el cuarto país con más muertes por COVID-19 en el mundo, con más 217 mil fallecidos, dos tercios de los mexicanos evalúan positivamente la campaña de vacunación que el Gobierno nacional está llevando a cabo para enfrentar la pandemia. Hasta ahora, el 10 por ciento de la ciudadanía ha recibido una primera aplicación.