El diablo entre las piernas, cinta escrita por Paz Alicia Garciadiego y dirigida por Arturo Ripstein, estrena este miércoles en salas de cine. El filme protagonizado por Sylvia Pasquel, Alejandro Suárez y Patricia Reyes Spíndola reivindica la sexualidad de los adultos mayores en el cine, un tema que del poco se habla.
Ciudad de México, 5 de mayo (SinEmbargo).– Durante una tarde de lluvia, como las que en los últimos días se han vivido en el centro del país, la reconocida guionista Paz Alicia Garciadiego se sentó a escribir en total libertad un nuevo libreto. Un guión sólo para ella que no sería filmado, mejor razón no tenía para dejar de titubear con las palabras y escribir extendidamente lo que pensaba. Así nació El diablo entre las piernas, cinta dirigida por Arturo Ripstein, que llega a salas de cine.
El filme es protagonizado por Sylvia Pasquel (Beatriz), quien está casada con el personaje de Alejandro Suárez. Ambos llevan una relación aislada, tormentosa. Él es un viejo regido por los celos que cada día despierta para echar en cara a su mujer las aventuras que tuvo en el pesado, pese a que él mismo también esconde un secreto: una amante, encarnada por la actriz Patricia Reyes Spíndola.
El diablo entre las piernas, que vio entorpecido su estreno por la pandemia, habla de un tema del que pocos se atreven hasta dentro sus propias casas: la sexualidad en la vejez. La que se niega, se calla y se sepulta para no incomodar a nadie, pero que existe y debe hablarse.
«Han habido muchas películas con adultos mayores en el cine mexicano, y en la cinematografía mundial. Lo que distingue a esta película con respecto a las otras cintas de adultos mayores es que están retratados en la integridad de su humanidad, no están retratados como viejos que ya están al margen de las emociones que alguna vez tuvieron. La pretensión de la película es mostrar a los seres humanos con las pasiones vigentes, no a los viejitos tranquilos, dulces, en el mejor de los casos, simpáticos. ‘Qué graciosos que son los viejitos, qué tiernos que son los viejitos’, cuando creen que están enamorados. No, acá es con la integridad cabal que poseían cuando tenían 20 años, cuando tenían 40, y los que tienen ahora los septuagenarios. Es lo que la hace muy distintiva», comenta Paz Alicia Garciadiego en respuesta a SinEmbargo.
La guionista explica que escribió la película después de mirarse al espejo. «Me habían pedido fotos para no recuerdo qué cosa en España, y entre mis fotos y la cara en el espejo había una enorme diferencia», relata. El reflejo la puso a reflexionar sobre la vejez, en ella, en su generación.
«En todas las otras películas que he escrito hay partes mías, pero no hablan de mí en primera persona. Yo no soy asesina serial como en Profundo Carmesí, ni soy gallera como en El Imperio de la fortuna, ni soy puta que asesina enanos, lo que sí soy es vieja, y entonces es una película donde por primer vez me pongo así, a mis cutáneos en primer plano, y aunque no es autobiográfica sí me reflejo en prácticamente todas las situaciones», agrega.
La película en blanco y negro acentúa las emociones de los personajes, los sitúa es este universo cinematográfico que aleja de la realidad, y llevó al director a recordar la forma en que se enamoró del cine.
Para Ripstein, El diablo entre las piernas es la película más importante de su carrera que acumula más de 50 filmes y un puñado de reconocimientos.
«Yo insisto en que es lo mejor que he hecho porque llevo muchos años haciendo películas y al principio yo pensaba qué es lo que quería hacer, pero lo que salía era una cosa completamente distinta. Hay un abismo enorme con lo que uno tiene en la cabeza sobre todo cuando uno es un joven cineasta, un cineasta principiante, y el resultado de las cosas. A través de los años se va puliendo el oficio, a través de los años el abismo que hay entre lo que yo quiero hacer y lo que resulta y lo que sale es cada vez más estrecho», responde en cuestionamiento a este diario digital.
«En el caso de esta película lo que yo quería hacer, lo que yo pretendía hacer, desde el principio es prácticamente lo que está como resultado final del trabajo. Siempre he pensado, y es una frase hecha, pero es cierta: ‘El genio de un director de cine consiste en rodearse de la mejor gente posible y dejarlos hacer lo que saben hacer’. Llevar los hilos por supuesto es el trabajo de un director, conducir la totalidad el asunto, y en la caso de esta película haber tenido es espléndido guión de paz, y haber tenido formidable reparto».
Sylvia Pasquel y Patricia Reyes Spíndola coinciden con el director en que esta cinta representa lo mejor en la carrera de cada una.
Pasquel se mete en el papel de una mujer de libido incendiario, que en las mismas palabras de la actriz, representó un reto. Dudó en un inicio en poder lograr la interpretación, pero siempre se sintió protegida gracias a a la dirección de Ripstein.
Más allá de su primer desnudo en el cine en esta cinta. Lo que apremia verdaderamente de su trabajo es haber tomado un papel tan poco representado en el cine y que visibilidad la sexualidad de la mujeres maduras.
«En la película se desnuda a la mujer, pero no nada más físicamente, sino se desnuda del alma. Esta película habla de nosotros, una generación que de alguna manera vista desde otras edades pareciera que ya somos como insensibles, que no tenemos emociones, que no tenemos libido, que no tenemos ganas, y se nos ve como esos viejitos en la mecedora que ya están frente a la televisor viendo pasar sus días. Aquí estos personajes están vivos, están activos. Tiene ganas, tienen deseos y se ven envueltos también en esta forma de vida, precisamente por estos deseos que siguen teniendo, por estas necesidades físicas y sexuales se ven inmersos en una situación muy violenta y que lleva al personaje a pensar que su agresor es quien más la ama y quien más la venera. Fue difícil para mí hacer muchas escenas», comenta Pasquel.
Reyes Spíndola, quien ha trabajado en más de diez cintas con Arturo Ripstein y Paz Alicia Garciadiego, toma el papel de Isabel, la amante. Ella recalca el idilio en el están sumergidos los protagonistas.
«El filme habla de la sexualidad de las personas de la tercera edad que nos cuesta trabajo incluso hablar entre amigos. Rara vez tú dices: ‘oye, me está pasando esto’. Es muy curioso porque estoy segura que la gente joven no ha pensado mucho en la sexualidad de sus padres. Hablo de jóvenes de 40 años, porque tendríamos hijos de esas edad. Nadie se quiere imaginar a sus papás haciendo el amor. Eso ya es un show para ellos».
El diablo entre las piernas es la película de celos, deseos y pasiones desbordadas. Sentimiento llevados al extremo entre personas de la tercera edad. El único personaje joven es realizado por la Greta Cervantes, trabajadora del hogar de Beatriz que se vuelve en testigo y pieza clave de la tormentosa relación.
Después de un paso por festivales de cine como el Toronto International Film, Málaga y el FIC de Morelia, la cinta por fin llega a salas de cine de México este miércoles tanto en el circuito comercial como en el independiente.